bilbao - El PNV celebra hoy su Alderdi Eguna en las campas de Foronda con el debate sobre el autogobierno abierto en canal. Ortuzar ve margen para ensanchar el acuerdo dentro de las bases pactadas con EH Bildu, porque el texto admite interpretaciones. Por ejemplo, apuesta por evitar una visión totémica del derecho a decidir y cree que, incluso en la propuesta de lealtad federal del PSE, hay atisbos de este principio. Sin embargo, avisa a los socialistas y Podemos de que hay que dar un salto cualitativo en el autogobierno. Si no, no habrá estatus. A EH Bildu le avisa de que no permitirá que le haga el “abrazo del oso”. En la política estatal, esperaba que las negociaciones con Sánchez fueran más rápidas, aunque comprende que está atravesando por una delicada situación. Eso sí, le pide que comience a gestionar y que las polémicas de sus ministros no copen toda la actualidad. Quiere que haya motivos para alargar la legislatura.
El PNV apuesta en el Alderdi Eguna por dar un paso adelante como nación y dice que está preparado pero, viendo el enfrentamiento que existe en torno al nuevo estatus, ¿ve factible que esta legislatura se pueda dar ese paso?
-Con el lema Prest queremos mandar el mensaje de que el PNV está preparado. Y queremos decir a la sociedad vasca que se prepare para lo que viene: transformación del clima, inmigración... En este mundo globalizado, queremos que el país se prepare para pervivir como nación. Una parte es asegurarnos el mejor autogobierno posible. Es un proceso que necesita tiempo. No es cuestión de si esta es la legislatura en la que tiene que acabar. Ojalá, pero si no lo es, no pasará nada. Lo importante es el resultado. Tenemos que tener paciencia histórica. Llevamos treinta y muchos años de desarrollo del Estatuto de Gernika. Por un año más o menos no pasa nada. Lo relevante es que lo que salga sea el nuevo estatus que necesita la sociedad vasca para afrontar esos retos, que lo haga con la mayor adhesión posible política y social, y que luego pueda ser pactado con las instituciones del Estado español y con Bruselas. Si esas tres premisas se van cumpliendo, merece la pena esperar.
Entonces, ¿el PNV prefiere que no haya estatus esta legislatura a que haya un estatus cojo?
-Cojo no va a haber. O sale algo que merece la pena, o el PNV se quedará donde está. No vamos a perder la oportunidad. Esto es para dar un salto cualitativo, no para maquillar lo que tenemos.
Los juristas han recibido el encargo de tener en cuenta los votos particulares, pero al mismo tiempo se pide congruencia con las bases pactadas por PNV y Bildu. ¿Hay margen real para revisar lo pactado?
-Claro que hay margen real. Lo que están diciendo de las bases es una patraña. No es verdad que las bases sean identitarias, que impidan el acuerdo, y que marquen un camino indefectiblemente a la independencia. Las bases son amplias y admiten interpretaciones. Las bases pueden ensancharse en su interpretación, y puede haber marcos de acuerdo, pero tienen que querer, y Podemos y el PSE hasta ahora no han querido. El documento del PNV tiene anclaje en la legalidad: en la disposición adicional de la Constitución, que reconoce como previos a la Constitución los derechos históricos de los territorios forales; y la disposición adicional del Estatuto de Gernika, que dice que la aceptación del presente estatuto no supone renuncia a los derechos que en virtud de su historia pudieran tener los territorios vascos.
Pero el PSE dice que tiene que haber una reforma constitucional previa. ¿El PNV está dispuesto a entrar?
-Pero nosotros creemos que para lo nuestro no hace falta, porque con la disposición adicional de la Constitución ya vale. Estamos dispuestos a hablar, no tenemos ningún problema en entrar en un proceso de renovación constitucional, pero tenemos que saber para qué, porque con la actual correlación de fuerzas españolas no tengo muy claro que el resultado vaya a ser una Constitución más aperturista que la que tenemos, a la vista de lo que oye uno de Casado, Rivera y a veces de voces socialistas y de Podemos. No tengo muy claro que la nueva Constitución sea más progresista en el reconocimiento de la pluralidad nacional del Estado. A veces da la sensación de que el PSE busca la reforma constitucional como una coartada porque sabe que ahora mismo es inviable. No, no. Vamos a ponernos primero de acuerdo entre los vascos sobre qué queremos ser y, si luego alguien nos demuestra que eso no cabe en la actual Constitución, ya buscaremos el mecanismo para cambiarla.
¿Pedro Sánchez podría contribuir a este debate flexibilizando la posición del PSE?
-Hombre, el otro día hizo unas declaraciones valientes que marcaban un camino al citar Quebec, que ha sido uno de nuestros referentes. Eso es un gran avance. Nunca habíamos visto de un presidente del gobierno ir tan lejos. Podríamos buscar una vía para el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado.
EH Bildu intenta acotar el debate diciendo que su mínimo es el derecho a decidir.
-EH Bildu tiene que ser consciente de lo que pesa en esta sociedad. Que no se suba a la parra, porque no le vamos a dejar. Si en algún momento ha pensado que nos va a tener de rehenes o que nos va a hacer el abrazo del oso con este tema, se equivoca. No le vamos a dejar condicionar un acuerdo si el acuerdo es bueno y el acuerdo es de integración. Lo importante es que el contenido tenga coherencia, pero es muy importante también que tenga el mayor respaldo social y político del país. Y para eso hay que incluir a gente. Las bases acordadas con EH Bildu son legítimas y democráticas y creemos que pueden tener viabilidad con voluntad política pero, si somos capaces de incorporar a gente, mejor. Si encima de esa manera garantizamos una tramitación más sosegada en Madrid y en Bruselas, miel sobre hojuelas. Es más importante el resultado que quiénes lo hagamos.
¿El mínimo de EH Bildu cuando se refiere al derecho a decidir se corresponde con el mínimo del PNV?
-El derecho a decidir es una aspiración y un concepto político acuñado por el PNV. No admitimos lecciones de la izquierda abertzale. Hay formulaciones diferentes del derecho a decidir. No se puede totemizar y llevar a una interpretación unívoca. Es un reconocimiento de una capacidad, más que un ejercicio. La disposición adicional es ya en sí un reconocimiento de la capacidad de decisión del pueblo vasco. Creo que puede haber un punto de encuentro entre nacionalistas y no nacionalistas sobre el derecho a decidir.
¿Dónde?
-Tendremos que verlo. El otro día, Sánchez apuntaba Quebec; Podemos habla siempre de la Ley de Claridad; y los socialistas, de la clarificación competencial y de establecer una lealtad recíproca. Ahí hay conceptos que tocan el derecho a decidir. Vamos a buscar puntos de encuentro.
Alfonso Alonso les ha pedido una reunión para que se retracten de su acuerdo con Bildu...
-(Interrumpe) No, no, no. Yo le he propuesto a Alfonso Alonso una reunión. Luego, para conseguir dos titulares, cuenta las cosas como no son. Yo he tomado la iniciativa. Nosotros no vamos a romper ningún acuerdo ni vamos a darle cerrojazo a la ponencia en la fase en la que está.
¿Va a intentar que el PP releve a Del Burgo?
-El PP ha nombrado a Del Burgo con una intencionalidad política. Veremos cuál es. Por sus obras los conoceréis.
Por lo que menciona, la izquierda abertzale tiene que estar en el acuerdo del nuevo estatus.
-Nuestra aspiración es ensanchar el respaldo que tuvo el Estatuto de Gernika. Se quedaron fuera los dos extremos: Alianza Popular y la izquierda abertzale. La aspiración cien es que estuviéramos todos, pero somos conscientes de que es muy difícil. Entonces, por el peso que tiene en esta sociedad, teniendo que elegir, es más interesante y factible que esté la izquierda abertzale. Pero EH Bildu tiene que ser consciente de que representa lo que representa.
Con la condición previa que pone el PP, ¿va a ser posible negociar los Presupuestos? ¿Van a tratar de tentarlos con una reforma fiscal sobre el IRPF?
-A nosotros el PP no nos ha dicho formalmente nada. Sería bastante chusco que por temas que no tienen nada que ver con Presupuestos, alguien se oponga a un proyecto que es muy continuista con los Presupuestos que se han permitido en años anteriores. Esto del autogobierno suena a excusa. Ya teníamos las bases prácticamente hechas el año pasado, y el PP entró en la negociación presupuestaria. Aquí el problema es que el PP sigue sangrando por la herida de la moción de censura a Rajoy y quiere pasar factura al PNV. Si no entra a negociar los Presupuestos, se va a automarginar de la política vasca. Solo va a valer el PP cuando se junte con EH Bildu, cuando junten sus votos y boicoteen a un gobierno legítimo con, como dicen ellos y estas comillas son suyas, “los amigos de los terroristas”.
EH Bildu les ha pedido que rompan el gobierno con el PSE si quieren negociar los Presupuestos.
-Está perdida como alternativa de gobierno. Sortu está dedicándose todavía a compactar su estructura, ha perdido masa militante... Entonces, está haciendo lo fácil: intenta mediatizar al PNV. Pero no puede, porque para parar a este Gobierno, hace falta una pinza PP-Podemos-Bildu. ¡Viva la coherencia política! Si se va a atrincherar contra el Gobierno, allá ellos, nosotros seguiremos adelante. Estamos preparados para acabar la legislatura foral y municipal, y para abordar la segunda mitad autonómica con los gobiernos de coalición actuales. Con más o menos apuros, sí, pero no pasa nada.
¿PNV y EH Bildu no están preparados para gobernar juntos?
-De momento, lo que quiere EH Bildu es quitarle al PNV.
¿Iría el PNV al Congreso con un estatus pactado solamente con EH Bildu o van a evitar que se repita lo vivido en la época de Ibarretxe?
-Ese razonamiento es caer en la trampa de los que no quieren que salga esto. Me resisto a pensar que voy a ir al Parlamento español solo con ese acuerdo, porque si es así querrá decir que nosotros no hemos hecho bien las cosas, o que hay una cerrazón por el otro lado. Y si hay una cerrazón por el otro lado, estamos ante un problema más grave: que hay gente que quiere cortar el avance de este país, y eso nos llevaría a una situación en la que hoy no me quiero poner porque, si me tuviera que poner, sería duro.
Por lo que ha dicho sobre EH Bildu, parece que la opción más lógica para las elecciones municipales y forales es reeditar el pacto con el PSE si dan los números.
-Vamos a las elecciones como PNV y nuestra voluntad es, si podemos, sacar mayoría absoluta. No tenemos prefijada ninguna coalición. La izquierda abertzale tiene un reto fundamental: no puede ser que solo le mueva quitar al PNV, porque además tendría que pactar con PP y PSE, los dos partidos constitucionalistas que para ellos son lo peor de lo peor.
En cuanto a la Ponencia sobre Memoria y Convivencia del Parlamento Vasco, ¿el PNV espera algún gesto de la izquierda abertzale en la línea de los que ha protagonizado el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza, o aún está muy verde?
-No sé cómo está. Es un tema que me gustaría sacar de la polémica partidaria. Las cosas están saliendo bien: el acto de Kanbo acabó con ETA, el entorno de la izquierda abertzale con experiencias como la de Errenteria está demostrando que no es monolítica en la negación... Espero que la izquierda abertzale sea capaz de abrir todavía más las puertas, pero no les voy a criticar. Dentro de ese mundo habrá gente que diga que harán esto cuando se den pasos en la vía de los presos, pero nosotros decimos que es mejor y éticamente necesario que haya pasos por parte de quienes han infligido la violencia. Pero sería bueno sacarlo de la pelea partidista.
El PNV ha tenido algunos gestos de distensión tras los malentendidos con el PDeCAT o JxCat. ¿Hacía falta una reconciliación, se ha perdido la sintonía?
-¡Qué va! No lo hemos vivido así. En el tema catalán hay mucha manipulación. El PNV nunca ha tenido una crisis de relación con el PDeCAT. Jamás. Tengo una relación diaria con ellos, con su presidente, con su anterior coordinadora general, con su grupo parlamentario en Madrid... ¿Que ha habido personas que han podido decir algo off the record? Orgánicamente, de partido a partido, no hemos tenido un problema. Sabemos las condicionantes que cada uno tiene, y sabemos encajar las disfunciones formales que se puedan dar. Pero en lo sustancial estamos con el PDeCAT.
¿También hay buena relación con el entorno de Puigdemont? Da la sensación de que los malentendidos han venido de JxCat.
-Nosotros la relación la tenemos con el PDeCAT. JxCat es una coalición para presentarse a unas elecciones.
Hace unos días el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, y el president Torra decían que sería buena una coalición con los nacionalistas vascos en las elecciones europeas. ¿Eso está sobre la mesa?
-Da la sensación de que en Catalunya no está aclarado qué quieren hacer, porque surgen voces que dicen que tienen que ir todas las fuerzas catalanas en una sola agrupación. En ese ámbito no tendría mucho sentido que estuviéramos en una coalición, porque sería una coalición catalana para Catalunya. Además, ser eurodiputado tiene más que ver con el día a día y la defensa de intereses concretos que con debates sobre la territorialidad o la plurinacionalidad en el Estado, que son debates que se producen una o dos veces cada cinco años.