MADRID - Otra semana negra para Pedro Sánchez y su Gobierno. En los últimos días dos nuevos escándalos han sacudido los cimientos de su Consejo de Ministros y han colocado al borde del precipicio a Dolores Delgado y Pedro Duque, titulares de las carteras de Justicia y Ciencia, respectivamente. Con la ayuda decidida de Ciudadanos (C’s), el PP ha redoblado la intensidad de su operación de acoso y derribo del Gobierno socialista que les desahució de La Moncloa hace 113 días. Es un Gobierno con respiración asistida que trata de recuperar el oxígeno y blindarse ante posibles nuevos episodios o grabaciones parecidas. La ministra portavoz, Isabel Celaá, cargó ayer contra el PP por no haber “asumido” la pérdida de poder y le acusó, “en connivencia con Ciudadanos”, de realizar “una campaña de acoso incomparable en democracia” contra el Ejecutivo de Sánchez.

La oposición no ha tenido rubor en apoyarse en las cloacas policiales y mediáticas para sacar partido de las polémicas, con la inestimable colaboración de los propios ministros con sus errores. La una al elegir a sus compañeros de confidencias taberneras; el otro al contratar una sociedad instrumental que le pone bajo la sospecha de haber eludido al fisco.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Celaá calificó de “cacería” de la oposición contra el Gobierno y mostró su intención de no arredrarse porque ha venido “a limpiar” y seguirá limpiando de corrupción las instituciones, porque la corrupción en el PP fue lo que provocó la moción de censura del PSOE que desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa. Y ahora, PP y Ciudadanos intentan “impedir” que el Ejecutivo de Sánchez ponga en marcha “la agenda del cambio”.

Para el Gobierno este acoso traspasa los límites de la política y se traduce incluso en “ataques personales” que están sufriendo Dolores Delgado o Pedro Duque. Celaá reiteró la “confianza plena” en la ministra de Justicia, pese a los audios conocidos sobre su comida con el comisario en prisión preventiva José Manuel Villarejo, cuando se le preguntó por qué su compañero de gabinete no denunció los chantajes a los que se dedicaba el policía cuando tuvo conocimiento de los métodos policiales en esa comida del año 2009, cuando era fiscal de la Audiencia Nacional.

La portavoz se limitó a señalar que será la propia Delgado la que dé todas las explicaciones correspondientes en sede parlamentaria, cuando comparezca en el Congreso de los Diputados el próximo 10 de octubre.

Tras insistir en que el Gobierno no se dejará chantajear por un “corrupto” como Villarejo, Celaá zanjó que el Ejecutivo es un “equipo de granito, perfectamente engrasado y que enfrenta los problemas diarios”. Preguntada por si avala que un miembro del Gobierno pueda crear una sociedad para evadir impuestos, Celaá consideró “sorprendente” que se pueda afirmar sin pruebas que ese fue el objetivo de Duque. “No sé si un tribunal lo diría y, si lo dijera, sería tras una larga reflexión e investigación”.

El ministro de Ciencia volvió ayer a dar explicaciones sobre su caso y cambió la versión del día anterior, asumiendo que pudo haber errores en la sociedad instrumental que contrató para gestionar sus dos viviendas. “ Lo único que puedo decir es que, si hay alguna cuestión que ofrezca alguna duda o algún error que hayamos cometido que se deba subsanar, está en manos de unos asesores y lo subsanaremos y se hará lo que haga falta para cumplir con todas las obligaciones tributarias”, dijo ante los medios en el marco de la reunión de ministros de la UE sobre innovación.

El Gobierno de Sánchez también culpó a la oposición por no haber levantado el veto en el Senado a la nueva senda del déficit que pretende el Gobierno de Sánchez y que pone en peligro la aprobación de unos nuevos Presupuestos para 2019 con un margen de 6.000 millones de euros más a gastar, como le permite la Unión Europea. Celaá denunció que este acoso lo están perpetrando “desde las instituciones”, usando su mayoría en la Mesa del Congreso para impedir la presentación de unos Presupuestos.

Los escándalos de esta semana, a los que hay que sumar la polémica por el presunto plagio en su tesis doctoral y la dimisión de la ministra de Sanidad Carmen Montón por apañar su máster ponen a la defensiva a Pedro Sánchez. El Gobierno español está más centrado en salvar su pellejo y atajar estas crisis internas que en desplegar su agenda y ocuparse de la gestión de los problemas reales. En su viaje oficial a Canadá y Nueva York, el presidente español ha estado más pendiente del teléfono de sus ministros que de sus encuentros con los presidentes de los dos países norteamericanos o su discusión ante la Asamblea General de la ONU.

Es el objetivo de PP y Ciudadanos, con un perfil muy afilado, que buscan como sea un desgaste del PSOE a la espera de que, en el momento en que las encuestas les favorezcan, hagan caer al Gobierno de Sánchez y adelante las elecciones. La primera piedra de toque, si no median otros escándalos de los ministros, serán los Presupuestos, cuya aprobación depende de terceros.

PNV: Sánchez, la llave electoral. El responsable de Organización del EBB del PNV, Joseba Aurrekoetxea, cree que Pedro Sánchez “tiene el botón” para convocar elecciones y los catalanes la capacidad de hacer que lo pulse, pero no cree que sea lo mejor. Además, dijo en Onda Vasca que las instancias judiciales “tienen que darse cuenta de que, teniendo en prisión preventiva” a los independentistas catalanes, “bloquean las posibilidades políticas”. “Provocar unas elecciones va a llevar a que los números vuelvan a estar endiablados y realmente no se puedan poner otra vez soluciones sobre la mesa”, advirtió.