BARCELONA - La pinza unionista en Barcelona pincha en hueso. Si alguien podía aglutinar una candidatura donde PSC, PP y Ciutadans sumaran fuerzas era el ex primer ministro francés Manuel Valls, no tanto por su currículo político sino por el enganche de su figura. Sin embargo, ayer mismo tanto socialistas como populares se descolgaron de la posibilidad de compartir plancha. La dirección del PP mira con recelo a Valls por la forma en que ha planteado la confluencia y porque “si dejamos libre nuestro espacio, lo perderemos para siempre”. Desde las filas conservadoras ven cierto “egocentrismo” en Valls, mientras que desde el PSC, su líder en el Ayuntamiento barcelonés, Jaume Collboni, censuró lo que considera una “operación de marketing y un engaño”, porque “esconde los apoyos políticos que tiene, que son Albert Rivera, C’s y la Faes”. “Que nos quieran hacer pasar esta operación como una plataforma transversal apelando al voto progresista cae por su propio peso”, porque iniciativas y posicionamientos de Valls sobre inmigración y derechos sociales en Francia demuestran que es de todo menos progresista, zanjó. “Unos vienen a proclamar la república, otros a salvarnos del independentismo y otros como caballo de Troya de la derecha para entrar en la ciudad blanqueados de progresismo y transversalidad”, resumió el socialista.

Quien sí tiene previsto engancharse es Rivera, que elogió el paso “valiente” de Valls, seguro de que Ciutadans se sentirá “cómodo” en esta plataforma civil. El líder naranja tampoco ve ningún problema en que el exdirigente galo vaya como independiente porque en Ciutadans es una práctica habitual. Coinciden además con la ideología progresista y liberal del ex primer ministro, de quien Rivera señaló que después de haber militado en el Partido Socialista francés, se posicionó a favor de Emmanuel Macron y su formación En Marché. Valls presumió de haber gobernado el municipio de Évry “con comunistas y ecologistas”.

La plataforma política que promueve Valls se llamará Barcelona, capital europea y será en noviembre cuando presente en un acto público los ejes de su programa y parte del equipo que le acompañará en la contienda electoral. Hasta entonces se financiará con los “recursos modestos que la ley permite” mediante donativos de la ciudadanía. “Yo no voy en contra de los partidos porque los respeto, son imprescindibles en una democracia como la nuestra”, matizó Valls, quien cree que son cruciales las asociaciones, entidades y ciudadanos “que quieren cambio y no pueden más con lo que está pasando en la ciudad”. Remarcó que es el candidato “de la moderación” y que no se esconde. Dos de los detalles más jugosos que ofreció tienen relación con su vida personal. Valls no es licenciado universitario y su título educativo más alto es el del Bachillerato, lo que reivindica como un mérito ante la “carrera política extraordinaria” que ha logrado: “Un niño de Horta ha llegado a primer ministro de Francia con su Bachillerato, sí? ¡No tengo másteres y he aprendido tanto! Mi máster es el de la vida y el de la experiencia”. De esta forma dio un toque de atención a los líderes políticos españoles, incluido Rivera, cuando censuró que “pasarse la vida hablando de másteres aleja mucho al ciudadano de los políticos”.

Valls, quien aclaró que cuando está en territorio español no le acompañan escoltas financiados por el Estado galo, avanzó que tratará de movilizar al electorado que no acudió a votar a las últimas municipales, centrándose en el “gran debate” de fondo “contra el populismo”, en alusión a Ada Colau, a quien dirigió una pulla. “La respeto porque gestionar una ciudad no es fácil, sobre todo cuando no estás preparada y con lo que le ha tocado vivir por los atentados”. También afeó al independentismo “haber puesto a Barcelona en una encrucijada de incertidumbres”, lo que critica que “no se puede resolver desde la equidistancia” sino teniendo “las cosas claras”. Frente a los que deseen “una Barcelona cerrada, replegada en sí misma”, preconizó “una ciudad con una identidad propia, que es el catalanismo cultural, que habla a Europa y al Mediterráneo y que tiene la suerte de poder hablar al mundo entero a través del castellano”. Entre las pocas propuestas concretas que citó abogó por convertir a Montjuïc en “un gran polo cultural de Europa” y buscar fórmulas urbanísticas para “ganar altura” en los edificios sin romper la coherencia de la ciudad. Más contundente se mostró con la inseguridad en Ciutat Vella y “el problema de ocupación pública” con el top manta.

colau y el soberanismo le afean Por su parte, la alcaldesa Colau señaló que estará “encantada” de “confrontar el modelo de ciudad” que defiende Barcelona en Comú con el de Valls, que “se está movilizando para conseguir mucho dinero. Nosotros no nos tuvimos que endeudar con ningún banco ni con nadie, nuestra candidatura solo se debe a la ciudadanía. El señor Valls es el candidato de Ciudadanos, de la derecha”. ERC añadió que “no parte de una ideología clara ni tiene proyecto para la ciudad ni conoce la ciudad”, mientras que el PDeCAT consideró que Valls “es un paracaidista, un político fracasado en Francia, donde no le querían”.