MADRID. En una tensa comparecencia en la comisión de investigación creada en el Congreso para analizar la presunta financiación irregular del PP, Aznar, que ha llegado acompañado del actual líder del partido, Pablo Casado, ha respondido con ataques a prácticamente todas las preguntas que se le han formulado, y ha sido especialmente duro con ERC y Podemos.
Ha reprochado al PSOE la investigación sobres los ERE en Andalucía, ha tachado de "golpista" a ERC, ha vinculado a EH-Bildu con el terrorismo etarra, ha apuntado a casos de corrupción en el PNV y ha acusado a Podemos de recibir dinero de Venezuela o Irán.
"Yo no conocía al señor Correa ni contraté al señor Correa", ha manifestado respecto al líder de la trama, condenado a 51 años de prisión por la Audiencia Nacional y cuyas agencias de viajes y de eventos trabajaron para el PP en la etapa en la que Aznar presidía el partido (entre 1990 y 2004).
Aznar ha rechazado pedir "perdón" porque su responsabilidad como jefe del Ejecutivo (1996-2004) le alejaba, a su juicio, del conocimiento de la "gestión económica" de su partido. Y ésta correspondía "al tesorero, no al presidente", ha reiterado en varias ocasiones apuntando a Luis Bárcenas, condenado a 33 años de cárcel.
El exjefe del Ejecutivo ha insistido en que la sentencia de la pieza central de la trama Gürtel "se refiere a dos casos concretos en dos municipios de Madrid" y que el PP está condenado a pagar "doscientos mil euros y pico" como responsable civil a título lucrativo, lo que significa que ni participa ni conoce el delito. Él, ha añadido, nunca fue llamado a declarar, ni como investigado ni como testigo.
Ha querido dejar claro también que cuando fue presidente del PP tenía dos remuneraciones -una del partido y otra como diputado- y que cuando encabezó el Gobierno sólo cobraba como jefe del Ejecutivo, y pidió además que se imputara en su declaración de la renta como retribución en especie que vivía en el Palacio de la Moncloa.
En nombre del grupo socialista ha tomado la palabra Rafael Simancas, quien ha afirmado que interrogaba a Aznar "en nombre de los millones de españoles hastiados de la corrupción del PP" y le ha instado a reconocer los hechos, pedir perdón y asumir responsabilidades .
El expresidente del Gobierno le ha recordado que hay 370 cargos del PSOE investigados o imputados en juzgados de toda España y le ha instado a superar sus "frustraciones" cuando Simancas le ha preguntado si "compró" el voto de dos diputados socialistas de la Asamblea de Madrid para impedir que él presidiera la comunidad.
Aznar ha desmentido también que autorizara la caja B en su partido: "Mientras usted no demuestre su existencia y no está demostrada su existencia, yo digo que no existe ninguna caja B en el PP, lo afirmo", ha zanjado.
El intercambio dialéctico ha subido de tono con Rufián, que ha acusado a Aznar de no tener vergüenza y, vestido con una camiseta en memoria del cámara José Couso, asesinado en Irak, ha reprochado al expresidente la intervención española en esa guerra.
El exlíder del PP ha lamentado su "histrionismo" y sus "frases tabernarias" que no merecen, ha dicho, "ni el más mínimo de sus desprecios", y lo ha cuestionado como representante "de un partido golpista que quiere destruir el orden constitucional" mientras apoya a un Gobierno que vende bombas a Arabia Saudí.
También ha sido duro el rifirrafe con el líder del Podemos, Pablo Iglesias: "Mi simpatía por usted es perfectamente descriptible: me parece un peligro para las libertades y la democracia en España", le ha espetado Aznar.
Como el resto de portavoces, Iglesias ha puesto en duda que Aznar no conociera a Correa cuando, según ha apuntado, éste pagó gastos de la boda de la hija del expresidente, quien le ha recriminado que se metiera en asuntos personales y, a renglón seguido, le ha deseado lo mejor en sus reciente problemas familiares, en referencia al nacimiento prematuro de sus mellizos.
La boda de Ana Aznar y Alejandro Agag y la presencia en ella de Correa y de dirigentes del PP implicados en casos de corrupción ha sido un denominador común en las intervenciones: "Eso no era una boda, sino un cártel", ha ironizado Rufián. "En aquella boda de la que fue padrino había más delincuentes por metro cuadrado que en la película de Coppola", ha dicho Simancas.
Pero Aznar ha insistido en que él no se casaba, ha defendido a su yerno como "un empresario de mucho éxito" y ha hecho gala de los equipos de gobierno que formó.
Que pudiera saber entonces que después varios de ellos se verían implicados en casos de corrupción, siempre por actos cometidos cuando no estaban en su gobierno, es algo "metafísicamente imposible", ha remachado Aznar.