barcelona- Ciudadanos no está dispuesto a soltar la polémica sobre los lazos amarillos para sacar réditos electorales. La estrategia de la confrontación por los símbolos soberanistas llegó a su punto más álgido cuando el líder de la formación naranja, Albert Rivera, y la jefa de la oposición en Catalunya, Inés Arrimadas, sorprendieron al implicarse personalmente en la campaña orquestada por organizaciones unionistas afines para retirar los lazos, concretamente ayer en Alella, en el Maresme, donde los fueron eliminando a medida que se los encontraban. Ataviados con una bolsa de basura, ambos dirigentes y su comitiva se dedicaron a arrancar los plásticos colocados por la Rambla d’Àngel Guimerà de la localidad, tal y como vienen haciendo las llamadas brigadas de limpieza. Una operación que provocó que algunos vecinos les increparan al grito de “fascitas”.
La sorpresa se produjo porque en sus previsiones iniciales Ciudadanos solo indicó que daría “un paseo por Alella” y que posteriormente harían declaraciones a los medios en la plaza del Ayuntamiento, pero sin explicitar en ningún momento la actividad que luego llevaron a cabo. La valla sobre la vía en la que ambos políticos procedieron a eliminar los lazos amarillos apareció al cabo de pocos minutos llena de lazos nuevamente, tal y como se encontraba anteriormente, por acción de los vecinos de la zona. Varias personas cargaron contra los políticos al grito de “fascistas”, “fuera de este pueblo” o “iros a Madrid”.
Según Rivera, “hemos querido apoyar a simpatizantes y afiliados, gente que en Catalunya hace lo que debería estar haciendo el Estado porque estamos en una situación de excepción en que el Gobierno español no hace su trabajo” y el Govern únicamente apoya a los “comandos separatistas”. El líder de Ciudadanos recordó la sentencia del Supremo que prohibe colocar en la vía pública emblemas o enseñas partidistas y advirtió de que no habrá convivencia hasta que haya neutralidad en el espacio público”. “La realidad está aquí”, dijo, “en la ruptura de la convivencia” que a su juicio provocan Carles Puigdemont, Artur Mas y Quim Torra. A primera hora ambos dirigentes habían concedido sendas entrevistas radiofónicas donde ahondaron en la necesidad de preservar el espacio público de símbolos partidistas y se pronunciaron con dureza sobre la agresión de este fin de semana junto al Parca de la Ciutadella en la que una mujer rusa fue increpada por retirar estos lazos, aunque los Mossos negaron que existiera motivación política en el ataque. Rivera no tuvo otra además que comparar este episodio con las supuestas agresiones a guardias civiles en Altsasu. Ya por la tarde Ciudadanos celebró una manifestación en Barcelona en apoyo de la mujer agredida.
Arrimadas lamentó que debería ser la administración pública catalana quien se dedicara a retirar estos símbolos y no los ciudadanos como los cerca de 80 que anteanoche hizo lo propio en varias poblaciones de Girona con la cara tapada. Desde el bando soberanista, el diputado de ERC Gabriel Rufián vio “bastante normal” que los Mossos identifiquen a esos “grupos de extrema derecha que van de madrugada, con pasamontañas, con navajas, con cutters, escaleras y direcciones particulares marcadas” a quitar lazos amarillos de las calles, y es que “si son tan buenos, tan patriotas”, cuestionó, ¿por qué van de noche y con esos instrumentos?”.
detenido el agresor de la mujer En este contexto, la Policía Nacional detuvo al presunto agresor de la mujer, que retiraba el sábado estos símbolos, por un delito de odio y otro de lesiones. La agredida, de nombre Lidia, presentó una denuncia ante este Cuerpo. Los partidos no tardaron en reaccionar al arresto. El portavoz del PDeCAT en el Senado, Josep Lluís Cleries, reclamó la comparecencia “urgente” del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al considerar que no se han respetado las “competencias exclusivas de la Generalitat en seguridad ciudadana”. “¿Cree que todavía estamos bajo el 155?”, se preguntó. El presunto agresor presentó igualmente una denuncia contra la mujer.
El PSC se desmarca. El PSC no acudió a la movilización en apoyo a la agredida el pasado sábado y acusó a Ciudadanos, al PP y al independentismo de utilizar el conflicto de los lazos amarillos como arma política de distracción masiva” para no hablar de los problemas reales de la ciudadanía. El líder socialista en Barcelona, Jaume Collboni, dijo que a su formación le “preocupa extraordinariamente” un conflicto que advierte de que puede alterar la convivencia. El PSC defiende que las instituciones son de todos y deben “ser neutrales” al manifestar puntos de vista políticos, por lo que está en contra de que los edificios públicos luzcan lazos amarillos.