donostia - A punto de arrancar el curso político, Andueza hace repaso de los principales temas estivales, de los que algunos continuarán este próximo año. Entre ellos, las relaciones entre el Gobierno Vasco y el español, que Gasteiz pide fortalecer en la Comisión Bilateral para acelerar la transferencia de las competencias pendientes, entre ellas, las prisiones y la gestión de la Seguridad Social.
El consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, apremia a poner fecha para la reunión de la Comisión Bilateral. ¿Qué sucede?
-La Comisión está trabajando bien, de manera intensa, y los frutos están ahí. En poco más de dos meses de este Gobierno se ha formalizado la transferencia de ferrocarriles y con la retirada de los recursos, se ha avanzado bastante. En breve podrá producirse otra reunión. No son cuestiones banales y administrativamente son complejas, pero no me cabe ninguna duda de que la Comisión Bilateral trabajará para que se produzca. Poner fechas no es lo más conveniente en la medida en que el tema de la transferencia de la gestión de la Seguridad Social es administrativamente muy, muy, muy complejo, y las gestiones que hay que hacer llevarán su tiempo. Al señor Erkoreka, más que prudencia, le pediría un punto de objetividad y realismo, que no vendiera falsas expectativas. Hay voluntad política, pero hay que seguir pasos administrativos que llevarán su tiempo.
¿Coincidirán los avances en la Comisión Bilateral con la próxima negociación presupuestaria?
-Un tema son las transferencias y otra, totalmente diferente, los presupuestos. Cada partido intentará jugar las cartas que estime oportunas, pero no es conveniente mezclar. Todos debemos jugar con lealtad y sinceridad para que el tema de las transferencias no se convierta en una moneda de cambio. A nadie le beneficia que se prorroguen estos Presupuestos y todas las fuerzas que han propiciado el cambio político deben jugar con sinceridad, y hacer posible que la nueva etapa que se abrió hace dos meses tenga continuidad.
¿Estas negociaciones pueden afectar a la relación entre PNV y PSE?
-Creo que no. El acuerdo está muy consolidado, se está trabajando muy bien, el nivel de lealtad de todas las instituciones en las que gobernamos juntos es muy alto y no veo riesgo de ruptura al respecto.
¿Qué balance hace del acuerdo?
-Muy satisfactorio. Cuando nacionalistas y socialistas hemos gobernado en este país, se han dado las cotas más altas no solo de autogobierno, sino de evolución, modernización y avance del país. Hemos dotado al país de una estabilidad muy importante a pesar de lo que algunos decían a comienzo de legislatura: estamos demostrando una capacidad de negociación muy importante con el resto de fuerzas políticas y podemos estar muy satisfechos del trabajo que estamos realizando.
¿Han hablado con el PNV sobre reeditar el pacto a partir de mayo de 2019 si los resultados les dan?
-Ha habido conversaciones informales, dentro de nuestra relación cotidiana y valoración de las cuestiones generales. No se ha llegado a profundizar, es muy pronto para hablar de estas cuestiones. Lo fundamental es cumplir los compromisos adquiridos, materializarlos y procurar que los resultados electorales sean los mejores posibles. Si no hay ningún tipo de sobresalto, hay voluntad política por parte de ambos partidos para continuar con este acuerdo de gobierno.
¿Cómo valora la oferta de EH Bildu de sostener el Gobierno Vasco si el PNV rompe con ustedes?
-EH Bildu quiere vender una imagen mucho más institucional que la trayectoria hasta ahora de la izquierda abertzale. Se ha abierto un nuevo tiempo político en Euskadi para todos, también para ellos, y quieren dar esa imagen de responsabilidad institucional. Ha hecho un gesto que respeto profundamente, pero que no tiene ningún sentido en la medida en que considero que el acuerdo de gobierno está consolidado y no existe ningún riesgo.
EH Bildu hace esa oferta con base en lo que pueda pasar con el Nuevo Estatus. ¿Qué recorrido le ven a la reforma?
-Tengo aún la esperanza de que el PNV deje a un lado las obsesiones soberanistas que llevan a dividir a la sociedad vasca, con experiencias previas que lo demuestran y ahí está el ejemplo de Cataluña, y podamos centrarnos en lo que pueda concitar un consenso muy amplio. Hay cuestiones sociales muy diversas, que afectan al día a día de la ciudadanía, en las que auguro que puede haber un acuerdo unánime. Les pediría centrarnos en eso, lo importante, y conseguir un texto que la sociedad vasca en su globalidad pueda hacer suyo. Ojalá que con el arranque del curso político se convierta en la realidad.
¿Se podía haber sumado el PSE al acuerdo de derechos sociales que firmaron el PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos?
-Hay matices, pudiera haber cuestiones que pudiéramos modificar? Siempre hemos estado abiertos al acuerdo. No tenemos problema en sentarnos, dialogar y acordar. Lo que no vamos a hacer es dialogar sobre cuestiones que exceden la legalidad vigente. Esa es nuestra línea roja.
Algún dirigente socialista, como el alcalde de Irun, ha criticado al Gobierno Vasco por su papel en la gestión de los migrantes de paso. ¿Comparte la crítica?
-Si el alcalde de Irun, José Antonio Santano, tiene alguna queja al respecto, sus motivos tendrá; no creo que haya salido públicamente a quejarse por mero capricho. Sí pediría tanto al Ayuntamiento de Irun como al Gobierno Vasco que busquen una solución a la problemática para gestionarlo de la mejor manera posible.
¿Y qué le pide al Gobierno español, principal competente en materia de migración?
-El compromiso es claro en esta materia. Estamos a la vanguardia de Europa, estamos dando una absoluta lección de dignidad y le pediría que siguiera trabajando en conseguir una política migratoria a nivel europeo que cumpla con las expectativas y dé solución a un problema humanitario de indudable relevancia.
A punto de cumplir los 100 días en La Moncloa, ¿cómo ve al Gobierno socialista?
-Muy bien, a pesar de que muchos partidos que propiciaron el cambio no le dieran ni una semana de gracia. Es un Gobierno muy sólido, muy competente, en estos dos meses y medio ha demostrado solvencia y que no ha venido a pasar el rato sino a cambiar el país de arriba abajo. Auguro que será un Gobierno que va a durar y demostrar que hay otra forma de hacer política, muy diferente a la del PP.
¿Dónde cree que está la clave para que Sánchez llegue hasta 2020?
-En la manera de jugar que tengan los partidos que propiciaron el cambio. Si lo propiciaron, es con un objetivo: avanzar en la modernización de España y que esté en la vanguardia de las políticas sociales a nivel europeo y mundial. Es fundamental que todos los partidos que hemos propiciado el cambio juguemos con sinceridad, cada cual defendiendo lo suyo de manera legítima -como no puede ser de otra manera-; intentar poner todo de nuestra parte para que los acuerdos sean posibles y agotar la legislatura. Esto hará que los cambios necesarios se materialicen. Pediría jugar con lealtad y sinceridad de acuerdo con el cambio político que quisimos dar a este país.
¿Podrá atender el Gobierno a la demanda de los 1.080 euros?
-Ya se ha reactivado el Pacto de Toledo y a partir de ahí, tenemos una ardua labor en consolidar el sistema público de pensiones que ha sido destrozado por el Gobierno del PP. El acuerdo entre patronal, sindicatos y fuerzas políticas en el marco del Pacto de Toledo será posible. Primero hay que consolidar el sistema y luego, seguir avanzando para conseguir las pensiones dignas que piden los jubilados.
PP y C’s no van a apoyar el decreto de la exhumación de los restos de Francisco Franco. ¿Veremos los restos fuera del Valle de los Caídos antes de que acabe el año?
-No tengo ninguna duda de que así será. Será un paso muy importante en la obtención de los principios de justicia y reparación que les debemos a todas las víctimas. Entiendo que el PP tenga sus recelos, miedos y complejos porque no deja de ser parte de su pasado, aunque no lo comparto. Dicen que la Transición fue ejemplar y que remover esto reabre heridas. No pongo en duda que fue ejemplar, pero más que reabrir heridas, esto busca cerrarlas, porque muchas familias tienen a sus seres queridos en cunetas y que el dictador esté en un lugar propiedad del Estado homenajeado es una afrenta a esas víctimas.
¿Cómo ve las primeras semanas de Pablo Casado al frente del PP?
-Con preocupación. Ha dado un giro a la derecha brutal, volvemos a los peores años de José María Aznar y la radicalización del PP nos mete en una senda peligrosa. Entiendo sus recelos con C’s a su derecha, pero es un camino muy equivocado. Incorporar más crispación a este país con una política más a la derecha de la de Rajoy nos lleva a los peores años del aznarismo. A Casado le veo con una actitud que no le favorece al PP, y menos al interés general del país.
¿Cómo analiza el desmarque de algunas asociaciones de víctimas de ETA respecto al discurso de Casado?
-Es el riesgo que se corre cuando se intenta utilizar a las víctimas del terrorismo: se te pueden volver en contra. En muchas épocas de este país el PP ha tenido la mala costumbre de intentar usar a las víctimas del terrorismo y eso tiene sus consencuencias, que ahora se ven. Si se ha abierto un nuevo tiempo en este país, es para todos, y el fin definitivo de ETA es la apertura de ese nuevo futuro. Si queremos consolidar la convivencia de este país, se tiene que seguir avanzando. Remover el pasado no tiene relevancia. Les pediría que jugaran con sinceridad y ayudaran a seguir avanzando en la consolidación de la convivencia y la paz.
Francia lleva varios meses acercando presos, España ha acercado a Olga Saez y Xabier Moreno? ¿habrá más pasos?
-No tengo ninguna duda y el Gobierno tiene voluntad para ello. Así lo hizo saber la semana pasada el delegado en Euskadi, Jesús Loza. En el acercamiento de presos hay prioridades dentro del conjunto, porque hay grupos a los que se les debe dar prioridad. La política de acercamiento es acertada, establecer prioridades es un acierto e iremos viendo cómo se desarrolla esa política. Es algo fundamental para consolidar la convivencia en Euskadi y, en este sentido, el PSE-EE y el PSOE estamos convencidos de la construcción de ese futuro en el que la convivencia sea una de las cuestiones más destacadas.
Por último, un año electoral suele ser movido y el que está a punto de arrancar acaba en elecciones. ¿Qué curso espera?
-Muy intenso, en el que tendremos que trabajar todos de manera muy dura para cumplir con los compromisos que adquirimos con la sociedad vasca hace casi cuatro años. Lógicamente, alguna tensión habrá porque siempre las hay cuando se barruntan elecciones, pero estamos a resolver los problemas de los ciudadanos y terminar de la mejor manera posible esta legislatura.