Barcelona - El sindicato USPAC, que ejerce la defensa de la agente de los Mossos imputada por abatir al hombre que asaltó el pasado lunes la comisaría de Cornellà, pidió ayer que se la condecore, porque es una “heroína” que tuvo una actuación “de libro, muy meritoria” que “salvó vidas”. El presidente de la USPAC, David Lijarcio, destacó que actuó para salvar su vida y la de sus compañeros de comisaría, muchos de los cuales estaban en los vestuarios, sin arma, antes de iniciar su turno o acabarlo. Por la amenaza que suponía el atacante, armado con un cuchillo y que invocó a Alá al abalanzarse contra la policía, la agente, con catorce años de experiencia en el cuerpo, no se encerró en un despacho para protegerse, como podría haber hecho, sino que pidió la ayuda del sargento para impedir entre ambos que el asaltante accediera al interior de las dependencias y atacara a sus compañeros, desarmados en el vestuario. El president Torra acudió ayer a la comisaría de Cornellà para mostrar su respaldo a los agentes catalanes.
Según el presidente del USPAC, la mossa, que actualmente está de baja, no solo pensó en salvar su vida, sino también la de sus compañeros, durante un incidente que no duró más de 15 segundos, en los que se interpuso entre el agresor y los demás agentes. “Esperamos que el departamento de Interior se comporte y la reconozca como es debido”, indicó Lijarcio. El dirigente sindical resaltó que la actuación de la mossa es aún más “meritoria” si se tiene en cuenta que el lunes llevaba trabajando doce de los últimos quince días, que en los últimos siete había hecho el turno de noche -los últimos dos en jornadas de doce horas-, y que le faltaban cinco minutos para acabar el servicio. “Estaba en situación de cansancio físico y lo resolvió perfectamente”, remarcó.
Lijarcio afirmó que el asaltante llamó por el interfono para entrar en comisaría con el pretexto de hacer gestiones y que cuando le abrieron la puerta fue directamente a la garita donde estaba la agente y arremetió contra ella con el cuchillo e invocando a Alá. El asaltante entró en las dependencias, ante lo que la agente y el sargento intentaron impedirle el paso por un pasillo, mostrando su arma y dándole el alto: “quieto, quieto”, le dijeron. Al hacer caso omiso el asaltante, que seguía mostrando el cuchillo, la agente efectuó cuatro disparos, pero no en ráfaga, sino que después de cada tiro la policía retrocedió un paso, mientras el agresor avanzaba enseñando el puñal.
evitar el efecto contagio Por su parte, la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, señaló que Interior se trabaja en “atajar esos posibles efectos que tiene sobre otros comportamientos de otras personas que pudieran sentirse contaminadas por el hecho”. - Efe