vitoria - El escenario predilecto de los yihadistas para cometer atentados son las grandes aglomeraciones y los enclaves turísticos, para ocasionar así el mayor daño posible de manera indiscriminada y con alto impacto en los medios de comunicación. No obstante, en los manuales para los lobos solitarios también se recogen recomendaciones para atacar a las fuerzas de seguridad a punta de cuchillo, el mismo modus operandi que se siguió ayer en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Cornellà. Sin embargo, las circunstancias peculiares del ataque frustrado de ayer y la posibilidad de que el sospechoso actuara por un arrebato debido a una disputa con su pareja provocaron que la prudencia fuera la nota dominante. Además, actuó solo y no formaba parte de ninguna célula. De todos modos, la principal hipótesis es el móvil terrorista y los Mossos recuerdan que las fuerzas de seguridad son un objetivo yihadista con carácter general. En este contexto, los policías catalanes trasladaron a todos los cuerpos estatales su recomendación de extremar las medidas de precaución y autoprotección.
Fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco consultadas recordaron que desde junio de 2015 permanecen activas las medidas de autoprotección ligadas al nivel 4 de alerta yihadista. En esencia, esas medidas comprenden el uso de chalecos antibalas, la verificación de llamadas y los mecanismos de apoyo a las patrullas. Según las mismas fuentes, esa protección se va a mantener. Por lo tanto, tampoco está prevista ninguna modificación para endurecerla. Ayer se produjo una reunión de la mesa de valoración de la amenaza terrorista, donde el Ministerio del Interior español decidió con los Mossos, la Ertzaintza, la Policía española, la Guardia Civil y el CNI que se mantienen el nivel 4 de alerta y las actuales medidas de protección, según esas fuentes, aunque las agencias hablaron de medidas complementarias. También desde 2015 existe una vigilancia adicional sobre los puntos críticos y turísticos, como el Guggenheim.
queja sindical El sindicato ErNE, por el contrario, pidió ayer al departamento que dirige Estefanía Beltrán de Heredia que “abra los ojos y se percate de cuál es la realidad de la Policía en la actualidad”. La principal central de la Ertzaintza denunció la decisión de retirar las mamparas de cristal blindadas de las recepciones de las comisarías, que “al albor de los hechos ocurridos se muestran más imprescindibles que nunca”. “Esta decisión de desproteger a los ertzainas en las comisarías es errónea, y tomarla deja en una posición vulnerable al que tiene que defender al ciudadano. Además, las obras de retirada de las mamparas cuestan un dinero que debiera estar destinado a medidas más necesarias”, censuraron en una nota de prensa. ErNE se quejó de que algunos agentes llevan más de diez años sin hacer prácticas de tiro, y lamentó la prohibición de portar el arma reglamentaria fuera de servicio.