Gasteiz - El alcalde de Errenteria, Julen Mendoza (EH Bildu) puso ayer en valor el modelo de convivencia desarrollado en este municipio guipuzcoano impulsado por todos los partidos que posteriormente ha sido incorporado “como algo propio” por los vecinos.

Mendoza y tres concejales de Errenteria del PNV, PSE e Irabazi comparecieron en la Ponencia de Memoria y Convivencia del Parlamento Vasco para exponer los trabajos en materia de convivencia puestos en marcha desde 2012 en esta localidad, una de las más castigadas por la violencia de ETA.

Desde entonces se han sucedido distintos actos de reconocimiento a todas las víctimas e incluso Mendoza llegó a pedir perdón por si en algún momento el Ayuntamiento o él mismo no acompañaron correctamente a las víctimas de ETA. Hace un año el Ayuntamiento de Errenteria se convirtió en el primer consistorio vasco gobernado por la izquierda abertzale en tributar un homenaje expreso a tres personas asesinadas por ETA.

Mendoza, en declaraciones a los medios antes de comparecer en la ponencia, destacó que este proceso en Errenteria ha pasado de ser una iniciativa liderada por el Ayuntamiento y todos los partidos a estar “integrada” en la ciudadanía. A su juicio, el éxito de la convivencia en esta localidad ha sido posible gracias a que todas las acciones desarrolladas han contado con el acuerdo de todos los partidos. Ello, según Mendoza, se ha logrado por la “confianza” que ha habido entre los políticos y por un “diálogo sincero” entre diferentes.

edurne portela En la ponencia también intervino, a solicitud de Elkarrekin Podemos, la historiadora y escritora Edurne Portela, autora, entre otras obras, del ensayo El eco de los disparos y de la novela Mejor la ausencia, que trata el tema de la violencia de ETA. Portela subrayó a los parlamentarios la necesidad de implicar a la sociedad vasca en el proceso de convivencia “y no pensar que es algo que solo afecta a las víctimas”.

La escritora reclamó que se tenga en cuenta el valor de la cultura, a través del cine, de la literatura y de las artes, como un vehículo para potenciar un diálogo público sobre el pasado y hablar “del dolor, de los silencios”. A su juicio, una película, un libro o una obra de teatro pueden ser los instrumentos que despierten la memoria y por ello considera que este asunto no se puede dejar solo en el ámbito de la política o las instituciones. - DNA