Los pensionistas también han puesto sus ojos sobre Sánchez y su nuevo equipo. Palomo ve “otro estilo” en la composición del gobierno, pero les emplaza “a cumplir” con el colectivo. “Que haya pensiones dignas”, cita.

Becas, bibliotecas... el nuevo gobierno tendrá tarea en el sector educativo, aunque Andreu valora positivamente que Sánchez haya optado por “poner a cada uno en sectores que conoce. Es un punto a favor”.

Domínguez habla claro. Se muestra “ilusionada” con el nuevo gobierno de Sánchez pese a “defraudarme Borrell y Marlaska”. Ensalza a Duque y Huertas “por ser algo diferente a lo de siempre y Celaá, que es de aquí”.

A Rebollar le sorprenden los nombramientos de Duque o Huerta, pero ve con buenos ojos a Carmen Montón, que tendrá tarea en asuntos como el copago farmacéutico o el decreto de prescripción enfermera.

Fernández considera que algunos nombramientos como Borrel o Marlaska pueden estar “anclados al pasado”, aunque en general, afirma gustarle un nuevo Gobierno que “tendrá que consensuar mucho”.

Senegalés de nacimiento y residente en la CAV “desde hace bastante”, Ndiaje cree que el nuevo gobierno será mejor que el anterior para el colectivo inmigrante. “Si es como Zapatero, va a ser bueno”, asevera.

ACUMULAN largos años de afiliación socialista desde Barakaldo, uno de los principales feudos del partido en Bizkaia, pero también en la CAV. Han visto caer y levantarse al partido, vivir épocas de esplendor y sumirse en las disensiones internas que amenazaron con una grave fractura. Sea como fuere, el PSOE protagoniza un tiempo después de que su secretario general, Pedro Sánchez, tumbara a Rajoy con su moción de censura y se erigiera en nuevo presidente. El optimismo de los cuadros altos del partido se ha trasladado a las bases, “a esas que hacen socialismo en la calle, en el barrio y en los pueblos”. Marisa González, Mikel García y Nuria Rodríguez son tres de esos militantes que palpan esa realidad diaria de un partido que, tras años “complicados”, se ha instalado en la “ilusión” con Sánchez. No obstante, coinciden en apuntar que hay que mantener los pies en el suelo “para sentar las bases de un nuevo proyecto”.

La cita es en la casa del pueblo de Barakaldo. Y los tres atienden a DNA para exponer sus opiniones sin complejos, “porque con tantos años de militancia podemos decir las cosas como son”, señala González. “Ya era hora de haber formado un gobierno feminista”, asevera, aún y calificarse como poca amiga de las cuotas. “La mayor cuota de entre los gobiernos europeos”, suma una Rodríguez que apela constantemente a la necesidad de volver a centrar las políticas sociales en el centro del tablero de Moncloa, “esas políticas que siempre han caracterizado a nuestras siglas”. Sanidad, educación, servicios sociales, pensiones y empleo. Los tres asienten, a la par que tampoco se olvidan de derogar algunas leyes “que han hecho flaco favor a la sociedad”. “Y de hacer las cosas diferentes a lo que se han hecho hasta ahora”, replica García, que pese a ser el más joven asegura haber sufrido con la travesía por el desierto de los últimos años. “Han sido años duros”, desvela recordando aquellas imágenes del Comité Federal de 2016 que terminó con Sánchez fuera del partido. Ahora son historia.

Las ideas fluyen durante la conversación, pero llega el momento de los nombres concretos. Los ministros Duque, Huerta o Grande-Marlaska salen a coalición rápidamente. “Su incorporación ha sido toda una sorpresa”, afirma González, pero recuerda que el PSOE “siempre ha integrado a personas independientes”. “Y eso es bueno. Aporta otra visión de las cosas con personas de dilatada trayectoria y profesionalidad”, incide una Rodríguez que saca a colación a otra ministra, y que ejercerá de portavoz además, “que nos es más cercana”. Isabel Celaá, “que será uno de los pesos pesados del nuevo Gobierno. Es de la casa y diría que tiene una cualidad fundamental. Además de su currículum, es una férrea defensora de la educación pública”, apunta García. “Y falta que hace defenderla”, expone acto seguido González. Por el contrario, otro tótem de los socialistas vascos como Patxi López se ha quedado sin Ministerio. “Pero seguro que tendrá un papel relevante en el Congreso. Ten en cuenta que va a hacer falta mucha cintura negociadora...” concluye lacónico García.

A pesar de la ilusión que reina en el PSOE, y por ende en el seno del PSE, los tres militantes barakaldarras apelan a la prudencia. Sánchez necesitará de apoyos, pero ni García, ni Rodríguez ni González ven a Podemos como un cómodo compañero de viaje. “Parece que están poniendo palos en las ruedas, si bien han aprendido de la experiencia de hace dos años”, recuerda García sobre unos morados que tumbaron la investidura de Sánchez en 2016. Olvidados aquellos tiempos, estos tres militantes de base solo le piden a Sánchez “ganas e ilusión” para trabajar con ahínco. No será fácil, “pero se deben dejar atrás los seis años de oscuridad del PP”. Empieza la era Sánchez, la de la recuperación del “orgullo socialista”.