madrid - El abrazo que Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se dieron tras salir adelante la moción de censura ya es historia. Después de que Podemos reclamara un ejecutivo transversal, los socialistas apostaron por gobernar en solitario y, como aseguró ayer el secretario general de la formación morada, “Sánchez ha tardado 24 horas en olvidarse de quién le ha hecho presidente”, una vez se han conocido los nombramientos del nuevo Gabinete, que tomó ayer posesión en bloque. “Pedro Sánchez ha hecho un gobierno con gente que le gusta a Ciudadanos y al PP. Pero hoy no es el día de criticar al Gobierno”, apuntó Iglesias, para quien “ahora tocan unas semanas de cortesía parlamentaria”. Censurando que el líder socialista ha sonreído a populares y naranjas cuando “le hemos hecho presidente nosotros”, reivindicó en una entrevista en Los Desayunos de TVE que “España ha cambiado y votó para que no haya un gobierno monocolor”.

Iglesias estimó que el de Sánchez “es el gobierno más débil de Europa, solo sustentado por 84 diputados, y el más débil de la historia de España” y apostó por tejer alianzas legislativas si los socialistas están dispuestos a negociar “medidas legislativas que ayuden a mejorar la vida de la gente”. “Si negocian les daremos todo el aire aunque pueda parecer contraproducente” para los intereses electorales de Podemos, aseveró, recordando que “normalmente el que se desgasta es el que está en el Gobierno”. “Pasar por Moncloa con el Gobierno más débil no será una buena travesía para Sánchez”, auguró el líder de Podemos.

La hipótesis de que Podemos asumiera cargos intermedios no solo era un rumor. Fue una puerta que había abierto el socialista José Luis Ábalos a principios de semana. Pues bien, la formación morada da un portazo a esa opción y se autodescarta de manera rotunda. El argumento es que si Sánchez “ha apostado” por un Ejecutivo “monocolor”, con figuras netamente socialistas y no dando ningún ministerio a Podemos, ahora tiene que ser coherente y seguir “hasta las últimas consecuencias”. Así lo planteó el secretario de Organización del partido morado, Pablo Echenique, quien rechazó la posibilidad de asumir cargos intermedios en la Administración, algo que tachó de “experimento”, y apostilló que “no está el país para experimentos”. “Me atrevería a decir que nos costaría encontrar un ejemplo similar en el mundo”. “Mira que no hay ejemplos de gobiernos en los que fuerzas con cinco millones de votantes y otras con cinco millones de votantes eligen un punto intermedio entre estar afuera y estar dentro del Gobierno”, ilustró.

primeros deberes Como primera medida exigió a Sánchez que blinde las pensiones asociadas al IPC y que implemente permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles. También demandó que se derogue la reforma laboral y diálogo para resolver la cuestión territorial. “El PSOE ha estado en el estado de excepción territorial con PP y Ciudadanos. Los conflictos territoriales no necesariamente se resuelven, pero se gestionan, y se puede hacer de forma autoritaria o democrática”, valoró Iglesias, matizando que la encargada de la cuestión territorial será Meritxell Batet y no Josep Borrell, que es quien se encargará de Exteriores y no gusta en Catalunya por sus lucha contra el soberanismo y haber estado junto al PP y Societat Civil Catalana. Además, el líder de Podemos apunta que Sánchez necesitará a Podemos y a vascos y catalanes para gobernar en el futuro.

No obstante, Iglesias apostó por valorar a los nuevos ministros por lo que hagan al frente de los ministerios y no por lo que hayan hecho en el pasado o su currículum, aunque su partido haya avalado positivamente el nombramiento de Pedro Duque como titular de Ciencia, Innovación y Universidades. Asimismo, puntualizó que a partir de ahora no debería ser noticia que haya más mujeres que hombres en el Gobierno español.

Sobre los titulares de las carteras, Iglesias criticó la designación en Interior de quien fuera instructor de la Audiencia Nacional, el magistrado bilbaino Fernando Grande-Marlaska, que a juicio de Iglesias, “parece un ministro del PP que no está en el espíritu del cambio” y les sorprende “para mal”. También censuró que el último nombramiento fuera el del ministro de Cultura y pidió juzgarle por lo que haga y no “por sus tuits ”.