berlín - “No soy un fugitivo. No estoy viviendo una vida clandestina. Soy un presidente. Tengo que reunirme con gente, actuar, no vivir en la oscuridad”. Así se expresa Carles Puigdemont, en libertad bajo fianza en Alemania, en una entrevista concedida a la revista británica The Times Magazine, en la que asegura que afronta su situación como “provisional” y prefiere no trazar planes de “futuro”. “La opción más realista es no tener un plan para el futuro. En el peor caso, seré extraditado a España. Eso significa que mi futuro estará claro: décadas en la cárcel. Si no, probablemente pasaré muchos años en el exilio”, señala Puigdemont a The Times.
Puigdemont, que dice en la entrevista que puede moverse dentro de Alemania siempre que avise con antelación a las autoridades judiciales, recuerda que cada martes debe presentarse en una comisaría de Berlín. Considera esta situación como provisional, al tiempo que indica que no quiere hacer ninguna concesión a la tristeza, pese a reconocer que “no poder besar a mis hijas cada noche o explicarles cuentos es una situación a la que es imposible acostumbrarse”.
Ya en un plano político -en el contexto de una entrevista en la que prima la situación personal-, Puigdemont sostiene que el referéndum sobre la independencia de Escocia que se celebró en septiembre de 2014 “demostró que era posible en Europa el derecho a la autodeterminación” y que su objetivo era hacer en Catalunya “lo que hicieron los británicos y los escoceses”.
Mientras Puigdemont se mantiene en Alemania a la espera de la decisión de las autoridades alemanas, en Catalunya, y en el seno de Junts per Catalunya (JxCat), se hizo ayer patente la división entre el PDeCAT y los independientes alineados junto al cesado president para designar a un candidato a la investidura. Sería la cuarta intentona tras las protagonizadas por el propio Puigdemont, dos veces Jordi Sànchez y Josep Turull.
El PDeCAT dejó ayer claro que tendrán que avalar el nombre del cuarto candidato a la investidura los 34 diputados del grupo parlamentario. La portavoz del partido, Maria Senserrich, marcó así la postura del PDeCAT en una entrevista con la Agència Catalana de Notícies, en la que apuntaba que hay que escuchar a todas las voces del grupo, incluida la de sus “presos políticos”. “Los 34 diputados de Junts per Catalunya tienen que estar de acuerdo, vale lo mismo el voto del número seis que el que iba de 20 en la lista, se tienen que escuchar todas las veces sin discriminar a nadie”, afirmó. La respuesta llegó por parte de la alcaldesa de Girona y diputada de JxCat, Marta Madrenas, quien afirmó que el candidato debe ser Puigdemont o quien designe el cesado president. “Y naturalmente tendrá todo el apoyo de todo el grupo parlamentario de JxCat. Al menos, claro está, que se quiera ir a elecciones”, escribía en Twitter.
En este contexto de discrepancias, el portavoz adjunto de JxCat, Eduard Pujol, puso ayer en duda que el Gobierno español levante el 155 si se forma Govern en Catalunya. Pujol remarcó que tiene “claro” que Puigdemont “volverá a ser presidente de este país”, pero no lo acotó en el tiempo, porque no hay que “echar a perder una figura que está más fuerte que nunca”. El portavoz de JxCat subrayó que “ojalá” esta hipotética investidura de Puigdemont se pudiera producir antes del 22 de mayo, sin descartar que su grupo parlamentario pueda activar un plan alternativo si esta vía resultara inviable. “Si tenemos que tomar una decisión debe ser fruto de una reflexión y la solución será colectiva”, señaló.
Así, no descartó la repetición de elecciones, pues los comicios “siempre se tienen que contemplar”, ya que son “un elemento muy potente a la hora de hacer política”. “Siempre tenemos que tener sobre la mesa la posibilidad de elecciones. ¿Queremos elecciones? No las queremos, pero en política no se puede desechar una carta como esta”, subrayó.