MADRID - Un discurso más endurecido, interpretando que su causa ante la Justicia española tiene las cartas marcadas. Así se comportaron los exconsellers Josep Rull y Raül Romeva ayer en sus respectivas declaraciones indagatorias ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye la causa del procés. Ambos reprocharon al magistrado la vulneración de sus derechos y la politización del procedimiento, que ven coordinado desde el Gobierno español, mientras que Joaquim Forn, el tercero en pronunciarse ante el TS, rechazó el uso de la existencia de violencia.
Rull y Romeva emularon a Oriol Junqueras y a los Jordis al censurar la ausencia de separación de poderes en España, a lo que Llarena replicó afirmando que no hay “nada escrito” en este procedimiento. Tanto Forn como Rull aludieron a las declaraciones del ministro Montoro diciendo que no se ha gastado dinero público para el proceso soberanista, lo que en su día ya ratificó el presidente español Mariano Rajoy. El exconseller de Territorio y Sostenibilidad fue el más duro manifestar que tiene el convencimiento de que el juicio será “un mero trámite”, aseverando que ninguno de ellos sería juzgado en este procedimiento si el independentismo no hubiera ganado el 21-D.
“Vemos el rayo en las tinieblas en algunos países del norte de Europa donde existe una clase de Justicia mejor que está”, señaló Rull citando a Salvador Espriu ante el juez, al que le dijo que la sentencia “ya está escrita”. “Tomaré nota”, le respondió Llarena. Rull le miró directamente a la cara para acusarle de seguir la hoja de ruta del ministro Catalá y le reprendió que él va a seguir siendo independentista, por sus hijos, “para que no vivan en un país en el que vas a la cárcel por tus ideas”. - I. Santamaría