SAN FERNANDO DE HENARES. Frente a la declaración policial y ante el juez en la fase de instrucción, donde llegó a negar que estuviera en el establecimiento, Arnanz ha dicho hoy en el juicio por estos hechos que ha comenzado en la Audiencia Nacional que se encontraba en el bar, pero no intervino en el altercado.
"Se me quedaba la cosa grande", ha asegurado el acusado a preguntas de su abogado para justificar los motivos por los que negó su presencia en la fase de instrucción.
Ha explicado que el día que fue detenido salió por la mañana de su casa para ir a estudiar y en la estación le esperaron agentes tapados con pasamontañas. Cuando le detuvieron se asustó mucho, le llevaron a las dependencias de la Guardia Civil de Tres Cantos, en Madrid, y después a la Audiencia Nacional.
Ante el juez, decidió, "bajo miedo", situarse lo más lejos posible de los hechos, pero después, hablando con su nueva defensa y su familia ha tomado la decisión de contar en el juicio lo que pasó, lo que vio y vivió ese día para "colaborar con la justicia".
Así, ahora ha explicado que un chico de su pueblo le llevó hasta el fondo de bar para que no se metiera en el altercado y ha insistido en que no amenazó a los agentes con pegarles ni con nada, ni tampoco le preguntó a uno de ellos si era "madero".
De hecho, no sabía que era guardia civil, aunque le sonaba la cara. "Me enteré después", ha puntualizado antes de reiterar que estuvo en el bar y que, por tanto, "me tuvieron que ver".
"Nunca he tenido problemas ni altercados con la Guardia Civil" ni ha sentido animadversión por ningún cuerpo policial, ha continuado el principal acusado, que también ha negado ser miembro del movimiento Ospa que propugna la expulsión de las fuerzas de seguridad del Estado de Navarra y CAV y haber participado en alguna de sus actividades.
Según el fiscal, fue Arnanz quien propinó un puñetazo en la espalda al teniente de la Guardia Civil y agredió a una de las mujeres. "Propinaba patadas y pisotones con gran profusión", dice el escrito del Ministerio Público.