sevilla - El PP celebró ayer su Convención Nacional en Sevilla en medio de una tormenta perfecta: el ascenso de Ciudadanos en las encuestas, la controversia del máster de Cristina Cifuentes, y el varapalo de Alemania a la justicia española con la puesta en libertad del president cesado Carles Puigdemont por la inexistencia de un delito de rebelión. Fue el caso de la presidenta madrileña el que se notó en mayor medida en los pasillos del acto, con los periodistas persiguiendo a Cifuentes, y con el presidente español, Mariano Rajoy, en silencio y sin posicionarse sobre este asunto en declaraciones a la prensa. En este contexto, fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quien brindó el apoyo más caluroso a Cifuentes con varias muestras de afecto y un discurso público donde aludió de manera implícita al caso. En concreto, pidió “cerrar filas” en el PP. “Defender lo nuestro y a los nuestros”, resumió. También aludió a Catalunya sin ningún tipo de autocrítica por el correctivo de Alemania. Reivindicó a su partido como garante de la unidad de España y como freno a la “rebelión” independentista.
Rajoy se dejó ver abrazando a Cifuentes, cuya caída supondría un quebradero de cabeza de primer orden para el líder del PP y conllevaría, previsiblemente, una nueva pugna con el sector aguirrista para elegir a un sucesor. El presidente evitó hacer declaraciones y su protagonismo se ciñó a plantar una encina en el jardín del hotel de la convención para escenificar las raíces “fuertes” de su partido. “Es un árbol duro, muy español y muy bonito”, se limitó a decir. Las próximas decisiones de Rajoy dependerán de la posición de Ciudadanos. El presidente español podría mover ficha con tal de que el PP no pierda el gobierno regional, como hizo en Murcia sustituyendo a Pedro Antonio Sánchez por Fernando López Miras para evitar la moción de censura.
En la convención, bajo el título Contigo crece España, Cospedal aseguró que el PP es el “adversario a batir por todos” y habrá “juego sucio” para intentar que los populares lleguen a las elecciones municipales y autonómicas del próximo año “desmoralizados y cansados”. Fue entonces cuando apostó por el cierre de filas y avisó a la oposición de que tendrá enfrente “la unidad inquebrantable del partido”. No realizó ninguna alusión expresa al caso de Cifuentes, que seguía su discurso junto a otros líderes territoriales del PP.
Cospedal evitó referirse a “asuntos de plena actualidad”, y pidió unidad. “No permitamos que nos avasallen, defendamos nuestros principios y aquello en lo que creemos. Hagamos todo esto y volveremos a ganar las elecciones”, arengó. Buena parte de su discurso se centró en criticar a Ciudadanos, aunque tampoco lo citó de manera explícita. Cargó contra las formaciones “gaseosas” y reivindicó al PP como “referente del centro-derecha” y como un partido que ni da “bandazos” ni vive “pendiente de las encuestas”.
Catalunya también estuvo presente en su discurso inaugural. No hubo espacio para la autocrítica pese al varapalo de Alemania, que no ve por ninguna parte el delito de rebelión en el procés porque no existió violencia, más allá de incidentes aislados y de baja intensidad. Cospedal hizo abstracción de todo ello y dijo que el PP ha “salvado España de la quiebra y de la rebelión”, un término expresamente descartado por Alemania.
En concreto, aplaudió la aplicación del artículo 155 de la Constitución española para cesar a todo el Govern y suspender la autonomía catalana. Según dijo, su aplicación fue clave para frenar el “intento de golpe de Estado” por parte del independentismo. “Humildemente, hoy España sigue siendo España gracias al Gobierno del PP”, concluyó.
alonso presiona al pnv El presidente del PP de la comunidad autónoma, Alfonso Alonso, se centró en presionar al PNV para que apoye los Presupuestos, y le recriminó que condicione su posición al 155. También apostó por un relato veraz tras el cese de ETA y se atribuyó el mérito de la estabilidad en Euskadi. “Somos garantía de que no se discurra por el camino de la radicalidad, de que no ocurra lo de está sucediendo en Catalunya, porque Euskadi no quiere contagio. Las encuestas muestran el apoyo más bajo al independentismo”, dijo.