barcelona - ERC coge oxígeno y recupera la supremacía independentista que le otorgaban los sondeos previos a las elecciones del pasado 21 de diciembre, donde Junts per Catalunya, con Carles Puigdemont a la cabeza, superó a la formación liderada por Oriol Junqueras. Bien por el enconamiento de las negociaciones para formar un Govern, la pérdida del voto prestado del que gozó la llamada lista del president o las voces soberanistas que judicialmente han dejado a Puigdemont en no muy buen lugar tras los acontecido el 1-O; lo cierto es que, según la encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat (CEO), los republicanos mejorarían sus resultados con una horquilla de entre 33 y 35 escaños (32 en la actual Cámara) y un 22,9% de los votos, lo que los colocaría a la altura de Ciutadans, que perdería entre uno y tres asientos aunque seguiría logrando la mayoría de papeletas (24,7%). La marca de Puigdemont retrocedería desde sus 34 diputados a entre 29 y 31, con el 19,5% de respaldo, cediendo dos puntos porcentuales.
Con las conversaciones embarradas entre Junts per Catalunya y ERC, entre otros asuntos por ver quién se hace con el control de los medios de comunicación públicos, y a expensas de ver si en diez días puede haber fumata blanca; lo cierto es que el exilio en Bélgica no parece reportarle a Puigdemont los guarismos que se presumían en sus propias filas, desde donde han censurado las cesiones de ERC en materia de enarbolar la bandera de la república. Puede ser que en los días previos a los comicios Junts per Catalunya lograra capitalizar mucho voto de la CUP y ello facilitara el sorpasso a los republicanos. De hecho, el sondeo refleja que los anticapitalistas, también con su figura más visible, Anna Gabriel, refugiada en Suiza, recuperan la misma cantidad de apoyo (pasando de 4 a entre 7-8 representantes, con el 6% de voto) que pierde quien fuera jefe del Govern.
jxCAT: causas del descenso Habrá quizás quien piense que Puigdemont debería haber hecho el empeño de regresar a Catalunya y poner a prueba su suerte aunque ello implicara pisar la prisión, que es donde se encuentra Junqueras desde hace más de cien días; o quien esperaba que el pleno de investidura se hubiera desarrollado ya para echar a rodar la legislatura cuanto antes tras meses de stand by. Y, desde luego, no ayuda al líder de Junts per Catalunya que voces como la de la republicana Marta Rovira recuerden que ella pidió aplazar el 1-O la misma jornada de los incidentes policiales y que Puigdemont se negó a ello, o que Artur Mas añada que la proclamación de la república fuera una cosa “simbólica” e insinúe que el máximo dirigente del PDeCAT deba dar un paso al lado.
Eso sí, lo que en ningún caso peligraría en el Parlament es la mayoría independentista, situada ahora en 70 escaños, y que podría oscilar entre 69 y 74 asientos. En votos, los partidarios de la ruptura con España siguen por debajo del 50%, pero volverían a subir un punto respecto a la última cita con las urnas, pasando del 47,5% al 48,4% de las papeletas. Ello también podría deberse a la supuesta bajada de la participación que indica la encuesta y que dañaría al bloque constitucionalista. Según esta primera predicción tras las elecciones, el número de personas que iría a votar caería 11 puntos, descendiendo del 79,04% al 68%, de ahí la posible pérdida del partido que encabeza Inés Arrimadas y la caída socialista y popular.
En el bando españolista, el PP no conseguiría remontar los desastrosos resultados que firmó Xavier García Albiol, quedándose con entre 3 y 4 escaños y el 4,6% de apoyo; mientras que el PSC de Miquel Iceta, a quien dañó antes de las elecciones aquella declaración de que amnistiaría a los políticos encarcelados entonces, esta vez perdería fuerza y entre uno y dos de los 17 representantes que firmó el 21-D, con el 12,5% de voto en urna. Catalunya en Comú Podem tampoco capitaliza el estancamiento de la situación política catalana y se embarraría en los 8 asientos, con el 7,4% de sufragios.
Con todo, las ecuaciones para formar Govern se mantendrían como se hallan en la actualidad. Es decir, las fuerzas independentistas serían de nuevo mayoría en la Cámara. El bloque constitucionalista quedaría entre 51 y 56 escaños, mientras que los 8 de CeC-Podem seguirían sin decantarse por uno de los dos bandos. El trabajo de campo de la encuesta del CEO, el denominado CIS catalán, se efectuó a partir de 1.200 entrevistas realizadas del 10 al 30 de enero en plena tensión por la investidura de Puigdemont y por el momento de desarrollarla.
La tensa atmósfera en Catalunya también quedaría reflejada en unas hipotéticas elecciones generales, en mucha mayor medida en comparación con los comicios al Congreso de 2016. En aquella ocasión, En Comú Podem logró 12 escaños (24,53% de los votos); ERC, 9 (18,18%); PDeCAT, 8 (13,90%); PSC, 7 (16,10%); PP, 6 (13,36%); y C’s, 5 (10,94%). Hoy en día, los resultados serían muy diferentes: ERC se situaría en primera posición con 13 escaños (22,4% de los votos); En Comú Podem lograría entre 8 y 10 (18,5%); C’s, entre 8 y 9 (18,6%); PDeCAT, entre 7 y 9 (15%); PSC (6-7); y PP, 2 (7%), con la ausencia de la CUP, que no se presentaría al no reconocer suya ya a España.
cae el ‘sí’ a la independencia El sondeo del CEO también muestra que el sí a la independencia vuelve a los niveles previos a octubre, cuando eran partidarios de ella el 48% de catalanes, máximo histórico, mientras que ahora solo lo son el 40,8%, frente al 53,9% de los que se decantan por formar parte de España. De hecho, los contrarios a la secesión superan el 50% por vez primera desde 2015. Al parecer, los hechos posteriores a la proclamación de la república han maniatado las ansias soberanistas. La CUP sigue siendo el partido con más simpatizantes del Estado independiente (90,3), seguido de cerca por JxCat, con el 90,1%, mientras que en ERC solo lo son el 84,9%. En la balanza contraria no apoyan la ruptura el 95,8% de votantes de Ciutadans, por un 92,7% de los socialistas y el 84,2% del PP.
Los encuestados favorables a continuar como comunidad autónoma son el 36,3%, por un 32,9% que apela al Estado propio y un 19,4% que apuesta por el encaje federal. Solamente el 6,6% aboga por ser simple región de España. También han bajado quienes creen que Catalunya tiene un “nivel suficiente de autonomía”, ya que en octubre alcanzaban más del 64%, ahora se quedan únicamente en el 60,3%.
Rechazo del 45% de catalanes. Un 45% de los catalanes votaría ‘no’ si se volviese a celebrar un referéndum para decidir sobre la Constitución de 1978, según el CEO. El sondeo arroja que un 34,8% optaría por el ‘sí’; un 3,1% votaría en blanco; un 0,8% nulo; un 6,8% no votaría; y hay otro 6,8% de encuestados indecisos, mientras que un 2,8% no contesta.
Los catalanes suspenden la gestión de Govern en el último año con un 4,19 sobre 10 y tampoco avalan la del Gobierno de Mariano Rajoy, al que otorgan un 2,07. En el caso de Madrid, el 80% de catalanes le da un suspenso, es decir, puntúa la gestión del Ejecutivo en el último año entre el 0 y el 4. El 49,3% cree que la situación política en Catalunya es mala.