Bilbao- Agus Hernán, coordinador del Foro Social, dice ser un “optimista antropológico” y por ello está convencido de que la reconciliación llegará a Euskadi con la desmovilización de ETA, el reconocimiento a las víctimas y la excarcelación de los presos.
Por empezar por lo más próximo en el tiempo, Francia aplazó el martes una reunión sobre los presos con dirigentes de Iparralde, pero sí ha habido encuentros con Covite y con la Fundación de Víctimas del Terrorismo ¿Le dice algo esto?
-Nada, absolutamente nada. Valoramos de forma positiva que Francia se reúna con las víctimas. Nos parece normal que contraste sus intenciones con las víctimas, aunque está claro que las asociaciones de víctimas no pueden determinar las políticas públicas.
Entonces, ¿no se puede decir que los gobernantes galos hayan cedido a presiones ejercidas por las asociaciones de víctimas?
-Es normal que el Ministerio de Justicia francés quiera reunirse con asociaciones de víctimas. Nos parece un procedimiento normal.
De todos modos, lo importante es que las autoridades francesas han dado un primer paso anunciando el acercamiento de los presos.
-Lo que hemos dicho desde un principio es que hay que valorar el marco reconocido por la propia ministra francesa de Justicia y los dirigentes de Iparralde. Están en un marco de resolución de la problemática de los presos dentro de la legalidad vigente. Están viendo cómo se puede resolver la problemática de los 58 presos vascos en Estado francés.
¿Tiene usted conocimiento de los ejes básicos del plan del Elíseo?
-Lo que ya sabemos es que van a comenzar por los presos que están cerca del cumplimiento de condena y que no tienen delitos de sangre. Es un primer paso de un trabajo que se está realizando. Lo que sí podemos decir es que encima de la mesa está la resolución de la totalidad de la casuística. Es lógico que empiecen así. Y, en este sentido, tenemos que decir que tomamos nota de la posición de Covite. Que no se opongan a este plan nos parece realmente interesante. Luego cada uno pone el acento donde cree conveniente, pero de entrada su postura nos parece muy interesante y tomamos nota de ella.
Deben ser actuaciones individualizadas por parte de los presos...
-Debe ser así porque la legislación penitenciaria solo se puede abordar de forma individual, tanto en el Estado francés como en el español, pero también viene derivado del debate que se ha dado dentro del seno del EPPK, donde se han aceptado las actuaciones individuales.
Francia ha dado pasos importantes que el Estado español no da. ¿Por qué esa actitud del Gobierno del PP?
-Cada vez se está confirmando más una cosa: después de conocerse los planes del Gobierno francés, a los dos días el ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, dio una entrevista en la que quedó claro que el Gobierno español está perfectamente informado. Al igual que sucedió con el desarme, la posición de España con los presos tal vez sea dejar que Francia dé los pasos y ver qué consecuencias tienen. En cualquier caso, todos los agentes se están situando en el escenario post desmovilización de ETA.
La sociedad vasca se ha mostrado favorable a un cambio de la política penitenciaria y la mayoría de los partidos también. Sin embargo, el Gobierno español se mantiene impermeable a los cambios.
-Por una parte está claro que la mayoría de la sociedad es favorable a dar una solución a la problemática de los presos. También hay pasos por parte de partidos. Por lo que respecta al Gobierno español, para que avance en esta cuestión creemos que se deben dar tres condicionantes: 1) un acuerdo en el marco vasco de todos los partidos políticos, algo que ya está en curso; 2) la movilización de la sociedad civil, y el pasado 13 de enero en Bilbao se vio que la sociedad está movilizada; 3) generar una corriente en el Estado español favorable a buscar una solución a la cuestión penitenciaria. Y en estos tres aspectos estamos trabajando.
El Gobierno Vasco ha intentado muchas veces que el Ejecutivo del PP varíe la política penitenciaria, todas ellas sin éxito. ¿Qué puede hacer el Ejecutivo de Gasteiz? ¿Cuál debe ser su papel?
-El Gobierno Vasco está remando con todos en la misma dirección. Eso es claro. Ahora, por ejemplo, ha sido uno de los actores que ha trabajado para solucionar la situación de Ibon Iparragirre. Hay que destacar también el trabajo de los parlamentos vasco y navarro. Estamos todos remando en el mismo sentido, todos los remos son necesarios y esta txalupa debe llegar cuanto antes a un escenario de convivencia y a una sociedad sin presos.
¿Cómo valora el traslado de Ibon Iparragirre al centro Aita Menni de Arrasate? Etxerat mostró su decepción, ya que considera que debe ser trasladado a su domicilio.
-Ha habido un trabajo de muchísimas personas para intentar resolver esta cuestión. No está en su casa, que es donde nosotros consideramos que debería estar por la enfermedad que sufre, pero son muchos los que han trabajado en esta cuestión.
Usted mantuvo una entrevista con Olarra Guridi, portavoz del EPPK, donde le dijo que los presos estaban dispuestos a reconocer el daño causado. ¿Es un paso importante?
-De aquella entrevista hay que destacar, por un lado, el reconocimiento del daño causado y, por otro, y esto es importante, mostró la disposición para buscar un marco adecuado para entablar un diálogo con las víctimas, e ir avanzando, huyendo de la dinámica de los reproches.
Sin embargo, en una reciente entrevista, David Pla, uno de los últimos dirigentes de ETA, señalaba que no lamentan la historia y lo realizado por la organización. ¿Es una contradicción con lo manifestado por Olarra Guridi?
-No valoramos las declaraciones de forma individual de ninguno de los actores de este proceso. Lo que sí entendemos es que ETA debe proceder a una desmovilización que de cara a la sociedad vasca debe ser definitiva y concluyente y debe incluir lo que llamamos las tres C: crítica, constructiva y compartida. Eso sería un avance que, si se hace en los términos correctos, supondría una gran aportación al proceso de reconciliación social en este país.
Olarra Guridi también mostró la disposición de los presos a hablar con las víctimas. ¿Es algo que ya se dio, pero el Gobierno español lo cerró? De hecho, ¿estos pasos se parecen a los que dieron los presos acogidos a la ‘vía Nanclares’?
-En este país ha habido experiencias anteriores. Nos parece que las iniciativas de la vía Nanclares correspondían a un contexto determinado, pero ahora estamos en otro contexto, en 2018, con 300 presos y hay que avanzar. Depende también desde qué perspectiva se haga. Entendemos que los presos del colectivo lo deben hacer porque quieren aportar a la convivencia en este país. Y con respecto a ese marco entre víctimas y presos, lo importante es que se den porque quieren aportar a la sociedad.
Artesanos de la Paz, Foro Social, colectivos de dirigentes de Iparralde, muchas asociaciones... ¿Cuál es el peso del EPPK en el proceso?
-Nosotros podemos estar trabajando para generar una hoja de ruta, pero en la problemática de los presos habrá que contar con los presos. Lo que estamos intentando, y por ello la entrevista con Olarra Guridi, es recoger sus aportaciones y trasladarles lo que estamos trabajando desde la calle. Insisto, es difícil establecer una hoja de ruta para los presos sin contar con los presos.
Desmovilización, disolución... ¿Cómo va ser el último paso de ETA?
-Defendemos el marco estándar integrado en la ONU, que se llama DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración). Creemos que en el caso vasco, por su singularidad, tenemos que salir de los debates terminológicos. No sabemos qué términos hará públicos ETA para anunciar el final, pero lo que sí creemos es que deben ser concluyentes y que generen suficiente confianza al conjunto de actores: miembros de la sociedad civil, partidos, sindicatos... Así, se formule cuando se formule, debe ser claro, concluyente y contundente.
¿Lo ve más pronto que tarde?
-Por los datos que manejamos a través de los mediadores internacionales, creemos que esto se hará antes de que termine este curso político (antes de junio). En este país se ha sufrido muchísimo y tenemos que ir avanzando hacia la convivencia.
Luego, tras el final de ETA, vendrá la lucha por el relato, en esta ocasión una pelea incruenta.
-Soy un optimista antropológico. Pienso que primero hay que cumplir con todo lo que hemos hablado: desmovilización de ETA; la verdad, justicia y reparación de las víctimas; una sociedad sin presos. Cuando se haya dado todo esto, la cuestión del relato se va a abordar de una manera mucho más tranquila. Va a ser difícil que haya un relato único. Es más, creo que no hay un relato único en ningún conflicto del mundo. Lo importante es que el relato de una de las partes no signifique sufrimiento para las otras.
¿El problema de Catalunya está retrasando el proceso de normalización en Euskadi?
-Es evidente que la cuestión catalana ha influido pero, aunque cada partido tiene un postulado en ese materia, han sabido seguir trabajando juntos por lo que respecta al proceso de normalización en Euskadi. Hay dos lecturas. Una dice que, si el foco está en Catalunya, podemos trabajar en Euskadi con más tranquilidad; y otra afirma que, mientras no se resuelva lo de Catalunya, no se va avanzar nada. Eso es lo que dicen los partidos aunque, la verdad, no hay datos que avalen una u otra postura.