1.- Va a ser un año decisivo en el que no se puede perder más tiempo. La aprobación de los Presupuestos vascos nos dota de la estabilidad política y económica necesarias para abordar las reformas que precisa el País Vasco. Desde el PP vasco, ofrecemos estabilidad y colaboración, siempre y cuando el Ejecutivo asuma la responsabilidad y la ambición de afrontar nuestros retos de futuro desde la moderación y la centralidad.
2.- La hoja de ruta del Gobierno vasco en materia de autogobierno no está clara, más allá de la existencia de una Ponencia que comenzó su andadura la pasada legislatura y se encuentra enredada en estos momentos en el derecho de autodeterminación, cuestión que supone una brecha entre los socios de gobierno en un asunto que Urkullu identificó como uno de los cuatro pilares de su gobierno. Desde el PP vasco, hemos pedido en todo momento claridad sobre lo que defiende cada partido, hemos denunciado la constante estrategia de dilación del PNV con el fin de mantener la tensión sobre este tema entre su electorado más soberanista y hemos apelado a la prioridad de respetar el orden constitucional vigente en cualquier cambio que se quiera acometer. En este sentido, hemos advertido que la experiencia de Cataluña debe actuar como vacuna para no despertar aquí el sentimiento independentista que se encuentra en Euskadi en una de las cotas más bajas de su historia.
3.- Ojalá este año sea el de la disolución de ETA. Llega tarde porque hace mucho que se tenía que haber disuelto, tras haber sido derrotada por la fortaleza del Estado de Derecho, por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y por una mayoría de la sociedad vasca. La política penitenciaria la marca el Gobierno y la disolución de ETA sería un elemento clave para condicionar una flexibilización de esa política. Consideramos que debe ser también un año en el que se siga trabajando por un relato veraz y justo sobre lo que ha supuesto el terrorismo en Euskadi, en el que no se blanquee a los asesinos, se dignifique a las víctimas y no se construya una memoria neutral y equidistante entre violencias de diferente signo.
4.- En 2018 se debe consolidar la recuperación económica y social, una realidad en el territorio español. El Gobierno vasco debe ser capaz de aprovechar al máximo las herramientas de nuestro autogobierno para la generación de más oportunidades. La reforma fiscal, corregida gracias al acuerdo con el PP, permitirá que nuestro tejido empresarial gane en competitividad y fomente la creación de empleo. Es fundamental que el Gobierno vasco abandone el paternalismo y sustituya su política intervencionista por una más abierta, en la que se favorezca la iniciativa personal, social y empresarial.