Podemos ha salido tocada de las elecciones catalanas donde, lejos de responder a las expectativas creadas en torno a Catalunya en Comú-Podem, la coalición encabezada por Xavier Domènech de la que forma parte la filial catalana del partido de Pablo Iglesias, sufrió un importante retroceso de tres escaños respecto a las anteriores autonómicas de 2015. Ayer, el responsable de Sociedad Civil y Movimiento Popular de la formación morada, Rafael Mayoral, admitió que el debate territorial e identitario que ha primado en los últimos meses no es un “marco favorable” para los planteamientos de su partido.
En una rueda de prensa para hacer balance del curso político, el también diputado en el Congreso explicó que “nosotros creemos que en la agenda debe estar la vida de la gente y que las cuestiones identitarias se deben resolver de forma democrática respetando la identidad de todos”. Agregó que “queda mucho por hacer para poner en la agenda política el significado de las palabras plurinacional y fraternidad”, un terreno en el que Podemos aspiraba a ejercer un papel central pero que le ha acabado castigando con su retroceso electoral en las sucesivas elecciones autonómicas en Catalunya y también en la CAV.
Por contra, Mayoral consideró que quien sí se siente “algo más cómodo” en este tipo de debates es el Gobierno de Mariano Rajoy, que optó por alentar la “confrontación de identidades” y llegó a activar el artículo 155 de la Constitución cuando se vio “contra las cuerdas” por el incesante goteo de casos de corrupción, aunque después los resultados en Catalunya no hayan “acompañado” al PPC.
“Para nosotros, en este momento lo prioritario es que la vida de la gente vuelva al centro de la agenda política, parlamentaria y social, y vamos a contribuir con nuestros esfuerzos para que así sea”, insistió el dirigente morado. Restó además importancia a las encuestas que apuntan que Podemos ha perdido apoyos en el Estado español por su papel ante el conflicto territorial y recordó que para ellos el verdadero sondeo es “el que sale de las urnas”.
A la pregunta de por qué no realizó el balance de 2017 el secretario general, Pablo Iglesias, que no ha comparecido públicamente desde las elecciones catalanas, Rafael Mayoral recordó que el año pasado también se encargó él de dar carpetazo a dicho ejercicio. Lo cierto es que la dirección de Podemos aún no se ha reunido para analizar los resultados electorales del 21-D y su portavoz confirmó ayer que no hay prevista ninguna reunión para hacerlo hasta después de las navidades. Defendió además que la primera valoración la deben hacer “los compañeros de Catalunya” y están “a la espera” de que lo hagan.
“Involución” Respecto al resumen de 2017 propiamente dicho, Mayoral lo definió como “el año del Gobierno fuera de la ley”, de “la trama”, de la imputación del PP, “de la precariedad, la devaluación salarial y el paro, la involución democrática y el 155 contra el autogobierno”. Apostilló que ha sido el año en el que “Podemos se ha quedado solo en la oposición”.
El dirigente morado arremetió asimismo contra las principales fuerzas del arco parlamentario y contra la monarquía española: “Es el año en el que la monarquía, como institución antidemocrática y machista, mostró su cara más autoritaria pidiendo mano dura en vez de diálogo”, aseveró Mayoral en alusión al discurso que pronunció el rey Felipe VI tras el referéndum del 1-O que fue reprimido por las fuerzas de seguridad.
Reprochó a su vez al PSOE que haya pasado a formar parte del “bloque monárquico”, acusó al PNV de entregarse al PP y, sobre Ciudadanos, dijo: “2017 es el año en el que Aznar volvió a tener partido convirtiéndose en el padrino político de Albert Rivera”.