MADRID. Rajoy ha comparecido en el Palacio de la Moncloa y, en un análisis de los resultados electorales que dan la mayoría a los partidos independentistas, ha confiado en que el futuro Gobierno de la Generalitat "abandone las decisiones unilaterales y no se sitúe por encima de la ley".
Es más, ha avisado de que, si no es así, no será posible generar la certidumbre que permita la vuelta de las empresas, la recuperación del ritmo de las inversiones, que cese la caída de ventas de las empresas y que continúen el crecimiento y la creación de empleo.
En este contexto, el jefe del Ejecutivo ha pedido una etapa en Cataluña de "entendimiento y no enfrentamiento" y ha ofrecido "toda la colaboración y voluntad de diálogo constructivo, abierto y realista", aunque siempre dentro de la ley. "Haré todo lo que esté en mi mano pero no aceptaré que nadie se salte la Constitución ni el Estatuto de Cataluña ni la ley", ha subrayado.
Sin embargo, ha rechazado la propuesta del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont de mantener una reunión en un país que no sea España. "Yo en todo caso con quien tendría que reunirme es con la señora Arrimadas, que es quien ha ganado las elecciones", ha respondido Rajoy en alusión a la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas.
Es más, no ha dado por hecho que Puigdemont, huido en Bélgica desde finales de octubre, vaya a ser el próximo 'president': "Tendré que hablar con aquella persona que ejerza la Presidencia de la Generalitat, para lo cual tiene que tomar posesión de su escaño, ser elegido y estar en condiciones de hablar conmigo".
En la misma línea, ha recalcado que "la situación procesal" de los ex miembros del Govern "no depende en absoluto de la votación de ayer sino de las decisiones que tome en cada caso la Justicia", porque son los ciudadanos los que tienen que someterse a la Justicia y no ésta la que deba supeditarse "a ninguna estrategia política". El, ha remachado, estará a lo que digan los jueces.
PRIMERA OBLIGACION, CERRAR FRACTURAS
Rajoy ha defendido que toda elección permite abrir "una nueva etapa" y ha confiado en que ésta se base en "diálogo y no en enfrentamiento" y en "pluralidad y no en unilateralidad". A su modo de ver, la "primera obligación" de todos los actores es cerrar la fractura "que la radicalidad ha generado en la sociedad catalana", algo que "llevará tiempo" y que, además, "debe venir de la manos de la ley y del respeto de los derechos de todos, las mayorías y las minorías". La segunda es "normalizar" la situación para crecer y crear empleo.
El, por su parte, ha dicho que ofrece "la actuación del Gobierno de España" porque, como presidente de todos los ciudadanos, hará "un esfuerzo para mantener el diálogo con el Gobierno que salga de estas elecciones", pero también lo hará "para que la ley se cumpla". Así, ha dicho esperar que haya "un Gobierno que abandone las decisiones unilaterales y no se sitúe por encima de la ley".
De hecho, preguntado por el hecho de que los partidos independentistas tengan mayoría absoluta en el Parlament, ha dejado claro que "el problema no es lo que piense cada uno" sino que "los gobernantes tienen que cumplir las leyes". "El Gobierno de Cataluña no va a ser el único que no tenga que cumplir la ley", ha remarcado, porque cuando se "violenta" una ley se "violentan" los derechos de las personas.
"CATALUÑA ES PLURAL"
Con todo, para Rajoy una de las lecciones del resultado del 21-D es que "Cataluña no es monolítica, es plural" y "nadie puede hablar en nombre de Cataluña si no contempla a toda Cataluña". Es más, ha desgranado el descenso en porcentaje de votos y en escaños que han sufrido los partidos independentistas desde 2010.
El jefe del Ejecutivo también ha reiterado que el artículo 155 de la Constitución se dejará de aplicar cuando haya un nuevo Gobierno en Cataluña, tal como decidió el Senado.
Y ha insistido en que este artículo de la Constitución se aplicó "de forma inteligente" porque el Gobierno no quiso nombrar un nuevo Govern sino asumir las responsabilidades de forma que "las cosas han funcionado muy bien".
EL 155 ERA UNA OBLIGACION, NO PARA GANAR VOTOS
En el mismo sentido, se ha reafirmado en su decisión de convocar elecciones autonómicas en Cataluña de inmediato, porque en democracia la "excepcionalidad debe ser muy corta". Eso sí, ha dicho ser consciente de que hay gente que opina otra cosa --"las opiniones son libres"-- y se ha preguntado si éstos pretendían que la situación se mantuviese "tres o cuatro años".
De hecho, ha dejado claro que él no decidió aplicar el 155 "para tener un voto más o un voto menos", sino "porque en un lugar de España alguien decidió que allí la Constitución no se aplicaba". "Fue una decisión que no tuvo que ver con intereses partidistas ni con tener más o menos votos, sino una decisión del presidente del Gobierno cumpliendo su obligación", ha zanjado.