representa el mestizaje - estudió en Sevilla, se afincó en Barcelona y sus padres son oriundos de Salamanca- y en solo cinco años Inés Arrimadas (Jerez de la Frontera, 1981) se ha convertido en la flamante lideresa del principal grupo de oposición. La menor de los cinco hijos de Rufino, abogado salmantino que fue concejal de UCD en el primer ayuntamiento democrático de Jerez, se curtió en el campo de fútbol del barrio. A la andaluza, a la que no se le escapa el acento jerezano, nunca le gustaron las muñecas, ni las cocinitas, ni los disfraces de enfermera.

La mano derecha de Albert Rivera creció rodeada de chavales buscando que le hicieran un hueco para jugar un partido de fútbol, coleccionando cromos de jugadores, escuchando El Larguero y viendo Mazinger Z. “La verdad es que siempre he sido muy masculina; me relacionaba siempre con chicos, me sabía el nombre de todos los jugadores de fútbol, las alineaciones, discutía con mis compañeros después de cada jornada de Liga... y, por supuesto, era una seguidora incondicional del Barça”.

Esa afición al deporte la ha mantenido en su vida política. Salir a correr, actividad que desde los últimos años de universidad, la ha ayudado a desconectar y mantenerse en forma. “En el colegio hice atletismo, pruebas de 400 metros sobre todo. Me gustaba. Luego, en la universidad, nadé y empecé a correr un poco. Más tarde, cuando comencé a trabajar, utilizaba el poco tiempo libre que tenía para echar una carrera. No grandes distancias, cinco o seis, siete kilómetros, lo máximo doce. Tampoco soy una obsesa”.

Hasta ahora, el gran orgullo de Salmoral, el pueblo de apenas 150 habitantes situado a 50 kilómetros de Salamanca de donde proceden sus padres, era la iglesia de la Asunción. De unos años a esta parte, presume también de ser la cuna de Inés. Para los vecinos, la hija de Rufino lo tiene todo: dos carreras -es licenciada en Derecho y Dirección y Administración de Empresas y posee además un título de postgrado en Niza que la acredita como experta en gestión-; cuatro idiomas -habla castellano, inglés, francés y catalán-.

salto a la política El padre, nacido en 1937, en plena Guerra Civil, estudió Derecho en Salamanca y licenciado con 22 años partió hacia Barcelona, donde pasó la mayor parte de su vida trabajando de policía en la Policía Científica, actividad que simultaneaba ejerciendo en las horas libres en un bufete de abogados. Rufino, que al menos hasta el desembarco de su hija pequeña en política era votante del PP, reconoce que cuando la niña, que decidió residir en Catalunya en 2008, le contó que pedía una excedencia en Daleph, la consultoría en la que trabajaba, para dedicarse a la política, trató de disuadirla, pero también destaca que Inés tiene las cosas muy claras y es complicado hacerla cambiar de opinión.

La mujer que vio cambiar su vida la noche que decidió acompañar a una amiga a un mitin de Rivera en el Teatro Romea (2010) -“allí descubrí que había otra forma de hacer política”-, dio el paso a la primera línea polítca en las elecciones de 2012. Ciudadanos saltó entonces de tres a nueve diputados y ella, cuarta por Barcelona, se sentó por primera vez en el Parlamento. Nunca había pensado Arrimadas dedicarse a la política. Y tiene claro que dejará de ejercerla. Pero Rivera la reclutó y fogueó en el parlamento catalán -tenía 31 años- para otorgarle toda la responsabilidad en el frente más difícil de la política en España.

Aunque sus enemigos restringen su papel al de marioneta de Rivera, portavoz de casting, niña urbanita pija o candidata de laboratorio, Agnès Russiñol, diputada de ERC la pasada legislatura, forjó con Arrimadas una amistad que aún perdura. Ella la define como una chica rigurosa en el trabajo, seria y conciliadora. “Tiene mucha energía y es una mujer humilde. Por otro lado, cuando aparcas las obligaciones y sales a tomar unas tapas, es muy simpática. Le sale ese humor, esa guasa andaluza”. Russiñol cuenta que entonces mucha de la gente joven del Parlamento formó un equipo “entrepartidos” no muy bien visto por los más veteranos. “Nos veían salir a tomar unas cañas juntos y nos miraban con cara rara”, recuerda.

Catalana por decisión propia, la portavoz de Ciudadanos, tiene un marido independentista, Xavier Cima (37), que ha desempeñado responsabilidadas políticos en la extinta CiU -fue teniente de alcalde en Ripoll y diputado autonómico-, antes de simpatizar con un movimiento nuevo, Lliures, que representa la línea nacionalista no soberanista, un caladero de votos en el que, a diferencia de Rivera, la candidata era partidaria de pescar.

fan de led zeppelin Muy fan de Led Zeppelin y también de Adolfo Suárez, Arrimadas habla con pasión y veneno. “Siempre ha tenido su criterio. No la callábamos ni debajo de agua. Como era la pequeña, tenía que sacar la cabeza para discutir con los hermanos”, recuerdan sus padres. Así, en las discusiones caseras y escolares, se fraguó su habilidad para el debate. Ha ofrecido sus mejores discursos en los momentos más delicados y repite como un mantra el discurso del orden constitucional, de la unidad territorial.

La número uno de C’s en Catalunya se ha multiplicado en los programas de radio y televisión, con este mensaje para los 750.000 votantes que refrendaron su candidatura en los comicios autonómicos de 2015 y para el millón que ha atraído en estos. Nunca Ciudadanos había llegado tan lejos. Ni se había permitido hasta entonces la ambición de un a victoria y un doble sorpasso: el PSC de Iceta y el PP de García Albiol han sucumbido a la campaña de renovación del españolismo que ha liderado Inés Arrimadas.