barcelona - Ha llegado el Día D para los denominados bienes de Sijena. Desde las 00.00 horas de hoy, 11 de diciembre, la Guardia Civil, en cumplimiento de un edicto del Juzgado número 1 de Primera Instancia de Huesca, está autorizada a usar la fuerza para entrar en el Museu de Lleida con el fin de trasladar al Monasterio de Sijena (Huesca) las 44 piezas de arte originarias del cenobio aragonés. El juez ordenó la devolución de estos bienes tras anular la venta por parte de la Orden San Juan de Jerusalén a la Generalitat en 1983. Además, autoriza a la Guardia Civil a pedir ayuda a la Policía, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Lleida. Ante esta sentencia, la CUP llama a la ciudadanía a oponer una resistencia pacífica.
El monasterio de Santa María de Sijena fue fundado por Sancha de Castilla, mujer de Alfonso II de Aragón, en el siglo XII. La desamortización de 1836 dejó maltrechas sus arcas y las monjas comenzaron a vender las obras. 97 de estos bienes estaban conservados en Catalunya. En 2015 se dictó una sentencia por la que se ordenaba la devolución de estas obras. En julio de 2016 se devolvieron 51 objetos conservados en el Museo Nacional de Arte de Catalunya, y quedaban 44 obras que están depositadas en el Museu de Lleida desde 1970. Los objetos están allí desde que las monjas se trasladaron a un nuevo convento en Valldoreix (Barcelona), que antes de la segregación había pertenecido a la diócesis de Lleida. En ese momento depositaron muchas de las piezas de arte que se llevaron del monasterio en varios centros, 44 de ellas en el Museu de Lleida. El 21 de abril de 1983 la Generalitat las adquirió por 10 millones de pesetas y desde 1999 forman parte del patrimonio catalán tras ser catalogadas por el gobierno de la Generalitat.
Las piezas más destacadas son tres cajas mortuorias, sepulcros de madera policromada, perteneciente una de ellas a sor Isabel de Aragón, que falleció en 1410, hija de Pere, Conde de Urgell y por la que se pagaron tres millones de pesetas. Otra es la de sor Beatriz Cornel que costó dos millones más y la tercera es la de priora de Sijena Sor Francisquina d’Erill, que falleció en 1494, que se vendió también por tres millones más. Las tres son del siglo XV.
Gracias al artículo 155 Lo cierto es que la Generalitat hizo valer lo que considera sus derechos sobre estas obras tras comprarlas a las monjas sanjuanistas. Así, se había negado a cumplir la sentencia del juzgado oscense que ordenaba la devolución de estos bienes pertenecientes al tesoro artístico de Sijena.
Una vez que el Gobierno de Mariano Rajoy activó el artículo 155 de la Constitución por el que se cesaba al Govern catalán liderado por Puigdemont, la Consellería de Cultura de la Generalitat, hasta entonces en manos de Lluis Puig, pasó a depender del Ministerio español de Cultura, al frente del cual se sitúa Íñigo Méndez de Vigo. Tras recibir el requerimiento judicial por la aplicación del artículo 155, Méndez de Vigo no se ha opuesto al retorno de las 44 piezas depositadas en el Museu de Lleida al Monasterio de Villanueva de Sijena.
El pasado sábado, los directores de los Museus d’Art de Catalunya pidieron en un comunicado conjunto que no se ejecute el traslado de las obras hasta que haya una sentencia definitiva, y mostraron su apoyo al Museu de Lleida. Aseguraban en la nota que la decisión judicial que autoriza a la Guardia Civil a usar la fuerza no tiene en cuenta las resoluciones administrativas dictadas al amparo de la Ley de Patrimonio Cultural Catalán. Señalaban también que no se ha tendido en consideración los informes de conservación que recomiendan no realizar el traslado y se mostraban convencidos de la legitimidad y la legalidad de la compra de los objetos realizada por la Generalitat y el Museo Nacional d’Art de Cataluña (Mnac). “Apoyamos al Museu de Lleida en defensa de sus intereses y derechos, y reivindicamos la buena gestión y conservación patrimonial efectuada”, se aseguraba en el comunicado en el que expresaban su apoyo a los trabajadores del museo por la situación que están viviendo y que afecta al desarrollo de su trabajo, “centrado en la protección, conservación, documentación, estudio y difusión del patrimonio cultural”.
Corroboran de este modo la actitud del director del Museu de Lleida, Josep Giralt, quien se mostró “espantado, preocupado e indignado” por la autorización judicial para trasladar las piezas a Sijena. Giralt puso en alerta ante el riesgo que entraña este traslado, ya que, según explicó, las posibilidades de dañar 12 de las 44 piezas en ese traslado es “muy elevado”.
Llamamiento de la CUP Mireia Boya, exparlamentaria de la CUP y candidata de cara al 21-D, aseguraba el pasado fin de semana que esperaba que cuando se presente la Guardia Civil en el Museu la gente defienda las obras como se hizo con los colegios electorales en el referéndum del 1 de octubre. En este sentido aseguró que “más allá de que te guste o no el arte sacro, se puede coger este caso como una bandera de resistencia ante el artículo 155”. A juicio de Boya, el Estado “quiere humillar a Catalunya y ha encontrado la oportunidad para robar el arte adquirido legalmente por el Govern”. Arran, juventudes de la CUP, recogió el guante lanzado por Boya. “Ep, ¿el lunes hacemos un café? A las 07.30 horas en Lleida! Juntas somos imparables!”, publicaba ayer en Twitter. “Lleva café, té, galletas... lo que quieras. Conversaremos sobre colores, arte, la fauna ibérica, la inteligencia, las musas... No diremos nada sobre el Museu de Lleida, ni de la Guardia Civil, ni del 155”, añadía.
En otro lado de la balanza, la oscense plataforma Sijena Sí pidió ayer a “toda la ciudadanía” que apoye el regreso de las obras. A su juicio, las autoridades catalanas se han negado a cumplir la orden judicial y con ello “han provocado que se tenga que hacer por la fuerza”.