bruselas - Carles Puigdemont siguió desde Bruselas pero muy de cerca la declaración en el Supremo de sus consellers y los líderes independentistas, y antes dejó un apunte en su cuenta oficial de Twitter donde les pedía “haced lo que haga falta para salir de la cárcel”, sugiriéndoles que acatasen el 155 si ello implicaba dejar la prisión. El president cesado pedía la libertad para todos ellos porque “no tenían que haber entrado nunca”. “Os queremos en casa (...) Tenemos mucho trabajo y os necesitamos para plantar cara al tripartito del 155”, escribió antes de desear volver a reencontrarse con ellos pronto. También el expresident Artur Mas se pronunció en parecidos términos al asegurar que “entendería” cualquier estrategia de defensa que significase su libertad.
Mas, que visitará a Puigdemont en Bélgica la próxima semana para participar en el pistoletazo de salida de la campaña de Junts per Catalunya, fue a las puertas del Supremo en Madrid en apoyo a los consellers. “Quién está en prisión de forma injusta tiene todo el derecho del mundo a desarrollar cualquier argumento de defensa que le permita salir de la prisión”, argumentó, matizando que “no deberían haber entrado”. Por ello, demandó que sean puestos en libertad por “razones políticas”, por su “derecho a concurrir” en las elecciones del 21-D y por “razones personales”.
reconocimiento del exterior En este contexto, Puigdemont destacó en una entrevista al semanario luso Expresso que no esperaba obtener reconocimiento internacional “en las horas, días, semanas o meses posteriores a la declaración de independencia”. De hecho, responde, al ser preguntado por esta cuestión, que “aún” no han pedido reconocimiento “a ningún país”. “Sería duro si lo hubiésemos hecho y nos lo hubiesen rechazado (...) Jamás contemplamos un calendario que no fuese el del largo plazo, pues existe una potencia diplomática española muy fuerte y nosotros no tenemos poder diplomático”, apunta.
El president cesado sostiene que “los números sobre la evolución de la economía catalana son buenos” y que la situación es “sólida” pese al masivo cambio de domicilio social de las empresas, al que resta importancia. “Las salidas son estadísticamente pequeñas”, dice Puigdemont, para agregar después que “lo que está saliendo son sedes sociales, no fábricas ni centros de producción” y que el real decreto ley impulsado por el Gobierno para agilizar la salida de empresas es “ilegal”.
Confía además en que su opción “derrote al clan del 155” en las elecciones del 21-D aunque, denuncia, no esté “en igualdad de condiciones” con sus competidores. Aun así, no aclara si volverá a Barcelona en caso de una eventual victoria en las urnas, ya que, dice, tiene que “tener garantías de que el resultado de las elecciones será respetado”. Puigdemont rechazó que su estancia en Bruselas pueda ser vista como una “cobardía” porque “vivir fuera de casa, lejos de la familia o estar en prisión es un acto de valentía”.