Bilbao - El consejero de Hacienda y Economía del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu, tuvo que contrarrestar ayer nuevamente el ruido mediático generado por las manifestaciones del presidente de Ciudadanos (C’s) Albert Rivera, debido a la aprobación de la ley Quinquenal del Cupo y la del Concierto económico, columnas vertebrales del autogobierno vasco. Azpiazu reprochó que Rivera hiciera uso de la tramitación de ambas normativas “para tratar de poner al conjunto de los españoles en contra de los vascos”.

El consejero lamentó que Rivera “mezclara” ambas leyes con la campaña electoral catalana o la reforma de la financiación de las autonomías, que resulta necesario abordar para los territorios de régimen común pero que no puede solventarse “a costa de cargarse el Concierto y el Cupo” de una Euskadi que se maneja en el régimen foral. “No hay cuponazo -término que acuñó el propio Rivera-; lo que hay es un cálculo del Cupo realizado según la ley, por parte de unos técnicos que saben cómo hacerlo”, contestó. En el cálculo de las cantidades acordadas por los especialistas de los gobiernos de Madrid y Gasteiz “no hay ni trampa ni cartón”.

El consejero censuró que a Ciudadanos y a Compromís, los dos partidos que votaron en contra del sistema de financiación para la CAV, “no les importa el Cupo sino otras cuestiones de carácter electoral y político, Piensan que con esas posiciones lo que hacen es ganar votos, pero utilizar el Concierto Económico o el Cupo para ganar votos en otros ámbitos territoriales no se debe hacer”, señaló en referencia a las elecciones catalanas del próximo 21 de diciembre. Donde la formación naranja no lo está consiguiendo hacerlo es en la propia Euskadi, en la que su implantación “es la que es”, apostilló Azpiazu.

Parecido llamamiento efectuó ayer el Gobierno de Rajoy, que ante las voces de algunos presidentes regionales tuvo que salir al paso para llamar a no mezclar dos sistemas de financiación que “no tienen nada que ver”. El lehendakari, Iñigo Urkullu, por su parte, se felicitó ante una “buena noticia” que equivale a “reconocer la singularidad del autogobierno” y “poner en valor la bilateralidad”. - DNA