barcelona - Recién alumbrada la república catalana, los máximos responsables de que Catalunya rompiera amarras con el Estado español no dudaron en mostrar su satisfacción por haber alumbrado, y no sin dificultades, “un nuevo país”. El president Carles Puigdemont, sobre el que ayer se posaron todas las miradas en el contexto político europeo, reclamó que el movimiento independentista no pierda la que ha sido una de sus principales señas de identidad durante los años en los que se ha movilizado. “Paz, civismo y dignidad”, reclamó, para advertir a los ciudadanos de que el procés no acaba una activada la Declaración Unilateral de Independencia. “Vienen horas en que a todos nos corresponderá mantener el pulso de este país”, afirmó, para concluir instando a mantener el coraje mostrado hasta la fecha. “Seamos conscientes y seamos dignos. ¡Visca Catalunya!”, exclamó.
Puigdemont efectuó una breve declaración en la escalinata del Parlament tras dar carta de naturaleza a la república. “Un momento de grandeza”, sostuvo ante parlamentarios de Junts pel Sí (JxSí), la CUP y alrededor de 650 alcaldes llegados de diferentes puntos de la geografía catalana. “Largamente esperado y luchado”, el presidente aseveró que pese a todos los obstáculos hallados en el tortuoso camino a la independencia, ayer se había “culminado el mandato” expresado en las urnas del 1 de octubre. Ovacionado al grito de “president”, Puigdemont instó a mantener viva la llama soberanista para defender a un país que “no es sólo una vieja nación de Europa”, con una lengua, cultura y derechos que vienen desde hace siglos, si no que tiene derecho a decidir libre y democráticamente los cauces por los que discurrirá su futuro. “Catalunya es y será tierra de libertad. Al servicio de las personas. En estos momentos difíciles y en momentos de celebración. Ahora más que nunca”, proclamó.
El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, apeló a la “participación de todos” en el proceso constituyente para construir la república catalana, aprobado en el Parlament, y aseguró que el Govern estará al servicio de todos los ciudadanos. Al lado de Puigdemont se mantuvo Junqueras. Ambos fueron discutidos por los sectores independentistas más recalcitrantes anteayer, cuando la Generalitat a punto estuvo de convocar elecciones para desbaratar la aplicación del artículo 155 y, de esa forma, echar a la basura la DUI. Ayer la imagen era completamente distinta. En tono emotivo, el segundo de a bordo de la Generalitat aseveró que “todo el mundo puede “compartir los valores que queremos expresar en esta nueva república”, si bien el escaso apoyo internacional obtenido hasta la fecha es uno de los principales quebraderos de cabeza del soberanismo. El objetivo ahora pasa por “ser un solo pueblo, inclusivo e integrador”. La “guía” en todo el procés, en todo caso, ha sido el “mandato popular”.
El maratoniano Pleno del Parlament de ayer dejó caras largas en el bando unionista, que criticó duramente el dictamen final de la Cámara catalana pero también la labor de la presidenta Carmen Forcadell. Fue el caso de la líder del principal partido en oposición, Ciutadans. Inés Arrimadas calificó la DUI como “el mayor error en democracia” en Catalunya. C’s es conocedor de que en unas elecciones futuras tendría la mayoría de papeletas para alzarse como estilete constitucionalista, por lo que Arrimadas llamó a “votar en masa” en unas futuro paso por las urnas autonómicas. En contundencia resultó vencedor el presidente del PPC, Xavier García Albiol. “No participaremos de un golpe al estado democrático que pone en riesgo la democracia y la convivencia”, advirtió. Así lo hicieron, ya que los populares catalanes -junto a los de C’s y del PSC- se ausentaron de la votación cumpliendo lo anunciado.
Los comunes también cumplieron con el guion. Primero en el Parlament, por boca del portavoz de Catalunya Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, quien acusó a los nacionalistas de no querer “asumir su responsabilidad” por el voto secreto dictado por Forcadell. Horas más tarde, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau colgó en redes sociales un texto, titulado No en mi nombre, ni 155 ni DUI, en el que denunció “la huida hacia delante” de las fuerzas independentistas y “el golpe a la democracia con la aniquilación del autogobierno catalán” del Gobierno de Rajoy.