madrid - Pese al diferente tono, PP y PSOE mostraron nuevamente que maniobran al unísono con respecto al conflicto catalán. Ayer, en una comisión del Senado que contó con un inusitado interés debido a que certificó el arranque de los trámites para intervenir el autogobierno de Catalunya, ambos votaron a favor de la aplicación del artículo 155 conjurándose para ser el antídoto del “desmebramiento de España”. Los populares incluyeron solo una de las tres enmiendas socialistas en la comisión para la intervención en Catalunya, que pasará a ser “proporcional” después de que el Gobierno de Rajoy amenazara con las medidas más drásticas.

De nada sirvió que Puigdemont tirara por la calle de en medio, sin Declaración Unilateral de Independencia (DUI) y sin elecciones anticipadas, para que el Senado echara atrás el 155. Todo lo contrario, obtuvo el respaldo del PP, PSOE y el Grupo Mixto, cuyo representante en la comisión es Francisco Javier Yanguas, de UPN. Su aprobación estaba amarrada desde que el Consejo de Ministros lo ideara el pasado sábado y ayer nada salió al albur de las circunstancias. La propia Soraya Sáenz de Santamaría recalcó que la “obligación” de Moncloa es “respetar y hacer respetar las leyes” frente a un Govern que ya desde el 6 y 7 de septiembre decidió “hacer saltar por los aires” el Estatut y llegar a un callejón sin salida. “Han echado por tierra la mejor Catalunya de la historia y ahora tenemos que rescatarla”, abundó sobre un Govern que ha caído en el “desgobierno”. A pesar de los numerosos llamamientos de Puigdemont a la negociación, “no ha habido más que ruido, solo ruido, y no lo ha provocado este Gobierno, que ha estado en su sitio y seguirá estándolo”, zanjó.

“Cumplimos con una obligación legal, democrática y política”, puntualizó la vicepresidenta, que estuvo arropada en el Senado por siete ministros del Ejecutivo de Rajoy. Tanto es así que enclavó la aplicación del 155, que conllevará el cese del Govern -Puigdemont incluido- y la asunción de las competencias y de la Administración catalana, como procedimiento para “un nuevo centralismo político”. “En este caso no hablamos de una ley cualquiera, sino de la Constitución y el Estatuto”, prosiguió para advertir de que la unión de los partidos constitucinalistas pondrán pie en pared contra cualquier atisbo independentista. “Quienes compartimos el modelo constitucional sabemos que el viaje a ninguna parte del independentismo tiene que llegar a su punto de retorno, volver a la legalidad”, ahondó.

Puigdemont está “a tiempo” El socialismo siguió ayer dando vueltas a la opción de unas elecciones como fórmula para desatascar el procés. Su portavoz en el Senado, Ander Gil, realizó un llamamienyo el president Puigdemont para instarle a acabar con el conflicto mediante una convocatoria a las urnas que “evite el desastre del que España y Catalunya tardarán mucho tiempo en recuperarse”. “Aún” está a tiempo de dar ese paso “y evitar el desastre”, señaló. “Estamos en las últimas horas del penúltimo día que pueden evitar lo que nadie quiere”. El PSOE trató de que el decreto para la activación del artículo 155 desechara la opción de controlar los medios públicos, entre otras medidas adicionales que permitirían rebajar la creciente tensión. El PP, con mayoría en la comisión del Senado, tan solo aceptó la posibilidad de modular la intervención del Estado en la autonomía catalana de manera “proporcionada y responsable”. Aún así, y pese a distanciarse de la responsabilidad de los populares en el asunto catalán, bendijeron la respuesta de Rajoy al abrazar la idea de que “en el PSOE no tenemos dudas. No hay democracia sin Constitución”.