BARCELONA - Fueron enviados a prisión por la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, tras ser acusados de un delito de sedición por erigirse en los cabecillas de una protesta ante la Conselleria de Economía de la Generalitat el 20 de septiembre. Pero los diputados de Junts pel Sí (JxSí) Lluís Llach, Jordi Orobitg y Roger Torrent desmontaron ayer a través de una carta enviada a elnacional.cat la versión judicial que ha supuesto el encarcelamiento provisional de los líderes de Òmnium Cultural y la ANC, Jordi Cuixart y Jordi Sànchez. Lejos de “animar a la masa” aquella tensa jornada, tal y como señalaba el auto de la magistrada, los Jordis trataron de apaciguar a los presentes e, incluso, solicitaron que la manifestación fuera disuelta.

Llach, Orobitg y Torrent estuvieron presentes durante la noche del 20 al 21 de septiembre en la que centenares de manifestantes se arremolinaron en las inmediaciones de la Conselleria de Economía, que en esos momentos estaba siendo registrada por la Guardia Civil. En la zona se encontraban Cuixart y Sànchez, que según los tres parlamentarios catalanes trataron de mediar para que la comitiva policial y judicial pudiera salir de las dependencias sin que su integridad física peligrara. “El mando [policial] lo rechazó. Pero en el mismo momento que lo hacía, daba las gracias por la actitud de nuestros líderes cívicos”, explicaron en su carta. “Se velaba para que nadie sufriera ni se sintiera agredido. Nadie. Repetimos: nadie”, apuntaron sobre unos hechos que han motivado el ingreso de ambos en la prisión de Soto del Real.

“Se dejaron todas las fuerzas con el fin de proteger la integridad de todo el mundo”, prosiguieron en un relato de los hechos que choca de bruces con las acusaciones que pesan sobre los Jordis. “Incluso pidiendo a la gente que se reunía sobre los coches de la Guardia Civil (entre manifestantes y periodistas) que los abandonaran. Los escuchamos rogar a aquellos que se subían sobre los vehículos policiales que bajaran”, aludieron.

Diversos vídeos, publicados durante los últimos días, demuestran que el papel que tomaron Cuixart y Sànchez ante la muchedumbre que se agolpaba a las puertas de la Conselleria de Economía fue bien diferente a lo expuesto por Lamela en su auto y la Fiscalía en su petición de encarcelamiento. En un extracto colgado ayer por el citado medio de comunicación, incluso se escucha al presidente de Òmnium, megáfono en mano y subido sobre una furgoneta policial, reclamar a los presentes que se disolvieran. Tanto es así que Llach, Orobitg y Torrent recordaron cómo ambos reclamaron su ayuda para que la situación no se descontrolara. “Nos pidieron a los diputados de JxSí y la CUP que les ayudáramos a hacer el llamamiento. Les parecía que nosotros podíamos ejercer la influencia respectiva para dar apoyo a su llamamiento”, relataron.

“acto de responsabilidad” Los tres representantes de JxSì no dudan en destacar que el protagonismo de Sánchez y Cuixart fue determinante durante esas horas para calmar una situación que podría haberse tornado en complicada. Ambos protagonizaron “un gran acto de responsabilidad ciudadana”, resaltaron en su misiva, especialmente durante la noche. “Llegó la noche. Y acabó el registro en el interior. Y los dos Jordis estaban preocupados por ver cómo podían garantizar que la Guardia Civil y la comitiva judicial pudiera salir de allí sin incidentes”, remarcaron.

En testimonios como los de los tres parlamentarios catalanes, pero también en pruebas gráficas se apoya la defensa de Cuixart para desmentir los hechos. La abogada del presidente de Òmnium Cultural presentó ayer un recurso ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para pedir su puesta en libertad. Se trata de una estrategia similar a la empleada por los abogados de Sànchez, que además resalta que la protesta fue convocada por una multiplicidad de entidades. “El objetivo era la protesta y no impedir los registros”, aseguran. - DNA