BARCELONA - El president Carles Puigdemont ofreció ayer a la noche una declaración institucional para responder a la suspensión de la autonomía, aunque en realidad se cuidó de revelar cuáles serán los siguientes pasos del soberanismo y pidió celebrar un Pleno en el Parlament la próxima semana para responder al Gobierno español. Con las banderas de Catalunya y la Unión Europea a sus espaldas, y expresándose en catalán, castellano e inglés, el president fue muy duro con la decisión del Estado español y la comparó directamente con la suspensión de la autonomía por parte de Franco. También consideró que España se ha saltado los cánones del Estado de Derecho suplantando a un Govern elegido democráticamente, y llamó a defender las instituciones catalanas. Pero hasta ahí llego su alocución, donde no citó la declaración unilateral de independencia, ni tampoco la vía de las elecciones constituyentes, los dos escenarios que están ahora mismo sobre la mesa.

Puigdemont pidió una sesión del Parlament “para decidir sobre el intento de liquidar nuestro autogobierno” y actuar “en consecuencia”. El president pidió conjurarse para “defender las instituciones, como los catalanes han hecho históricamente: con pacifismo pero con dignidad y razones”. También censuró que el Gobierno español “se ha proclamado de manera ilegítima sin pasar por las urnas y en contra de la voluntad de la mayoría”. “No podemos aceptar este ataque”, dijo, para citar “la humillación que pretende el Gobierno español” y su control de los medios de comunicación, que “se sitúa fuera del Estado de Derecho”. “Impulsar una manera de gobierno sin apoyo ciudadano es incompatible con el Estado de Derecho, como lo es actuar contra ciudadanos pacíficos”, subrayó, en un intento de captar la atención internacional.

las dos alternativas El president aseguró esta semana en su respuesta al último requerimiento de Rajoy que, en el caso de que continuaran los ataques contra Catalunya, el Parlament podría levantar la suspensión de la declaración de independencia. La primera parte de la premisa se cumplió ayer con el anuncio de que el Govern será destituido en pleno y el Parlament quedará intervenido. Por lo tanto, cabría deducir que las medidas de Rajoy van a acelerar la declaración de independencia, un terreno en el que, además, ya estaban trabajando Junts pel Sí y la CUP. Mañana mismo, de hecho, la Junta del Parlament se reúne para poner fecha a un pleno que podría ser el de la citada declaración.

No obstante, Puigdemont no fue tan lejos ayer, aunque tampoco podía hacerlo porque se exponía a que el pleno fuera suspendido por el Tribunal Constitucional. La otra opción que tiene sobre la mesa es la convocatoria de unas elecciones constituyentes. Se trataría de dar el golpe de efecto antes de que el Gobierno español intervenga la autonomía e imponga su propia convocatoria electoral. La Ley de Transitoriedad aprobada por los soberanistas contempla unas elecciones constituyentes con la finalidad de alumbrar una asamblea que redactaría una Constitución catalana. El problema para Puigdemont radica en que la opción de las elecciones es la preferida del Estado y, aunque las vistiera como unas constituyentes, podría parecer una cesión y un paso atrás. No obstante, no hay una posición clara al respecto, y la bondad de esa opción radicaría en que el president se evitaría la intervención de Catalunya, que ayer tildó de “humillación”.

Con una declaración de independencia, el Govern se expone a las dificultades para plasmarla en actuaciones concretas y tangibles, porque el Estado va a intervenir completamente la administración catalana y sus resortes policiales y financieros. Si mantuviera la desobediencia boicoteando también las elecciones que convoque el Estado, se expone además a que los constitucionalistas las den por buenas aunque la participación sea baja, y a que el Parlament se configure únicamente con fuerzas partidarias de continuar en España. El expresident Artur Mas lo insinuó esta semana y consideró que sería una debacle dar lugar a un Parlament constituido solo por constitucionalistas. La vía que contempla la CUP es que haya una asamblea de electos paralela, conformada por diputados, senadores, concejales y alcaldes. Esa vía supondría no acudir a las elecciones y boicotearlas. Dijo que lo había pactado Junts pel Sí, aunque nadie lo ha confirmado oficialmente.

El president lamentó ayer que “todas las propuestas de diálogo han obtenido la represión” como respuesta, y aseguró que el Consejo de Ministros acaba de dar el último portazo. Criticó la “liquidación” del autogobierno catalán, y que aquello que los catalanes deciden en las urnas “lo anula Gobierno español en despachos”. Después se dirigió a los ciudadanos del Estado, en castellano, para asegurar que “lo que se está haciendo con Catalunya es un ataque a la democracia que abre la puerta a otros abusos de esta índole en cualquier parte, no solo en Catalunya”. En inglés, apeló a que, “si los valores fundacionales europeos están en riesgo en Catalunya, también lo están en Europa”. “Hacemos lo que hacemos porque creemos en una Europa pacífica”, dijo.

En su cuenta de Twitter, el president tuvo ayer palabras de agradecimiento para los jeltzales por su apoyo ante la actitud del Gobierno español. Puigdemont retuiteó los mensajes del lehendakari en contra del artículo 155 y le respondió con un “eskerrik asko”, y también se hizo eco de las palabras del portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.

presión de la cup Desde la CUP, siguieron ejerciendo presión para que se responda al Estado español con la declaración de la independencia. El diputado Carles Riera aseguró que la “única respuesta posible” para “restablecer” la democracia en Catalunya tras el “golpe de Estado” es la “proclamación inmediata” de la independencia y de la “República catalana”.

Riera consideró fuera de toda duda que, con la aplicación del 155, el Gobierno español demuestra que no tiene ninguna “voluntad de diálogo” y “solo apuesta por la represión”. “El marco constitucional español es ya inexistente, no es un marco que pueda acoger ningún tipo de solución política ni del derecho de autodeterminación de Catalunya, con lo cual es imprescindible crear un nuevo marco como el de la república catalana”, dijo.

Riera señaló, además, que la movilización popular “es y seguirá siendo nuestra principal fuerza” y, en este contexto, llamó a la unidad de las fuerzas políticas, sociales y sindicales para defender las instituciones de Catalunya frente a las decisiones de Madrid.