Ya han pasado 6 años desde que ETA anunciara, por fin, su renuncia a la violencia. Fue un 20 de octubre, precisamente la misma fecha que hemos elegido nosotros para homenajear a uno de los colectivos más castigados por el terrorismo: el colectivo empresarial vasco. Será este próximo viernes en el Palacio Euskalduna de Bilbao cuando llevemos a cabo ese Acto de Memoria y Reconocimiento.

Lo primero que nos viene a la cabeza ahora son las miles de personas que durante más de 40 años han sufrido la sinrazón de la violencia. Echamos de menos a amigos, familiares, conocidos y gente de empresa a los que nos arrebataron de una forma tan injusta como absurda.

Lo segundo en lo que coincidimos todos es la enorme soledad en la que muchos de nosotros tuvimos que afrontar aquellos ‘años de plomo’. Soledad que en no pocos casos, se convirtió en hostigamiento por una parte de la sociedad vasca que incluso llegó a jalear los asesinatos, secuestros y amenazas. Todavía resuenan en nuestra mente gritos y pintadas hirientes hacia un amplio número de empresarios y empresarias que de esa forma fueron marcados en sus pueblos, ante sus vecinos, familias y amigos, pretendiendo generar dudas sobre su prestigio personal y profesional. Fueron años muy duros, y, sin embargo, a pesar de todo, siguieron trabajando y apostando por nuestro país, aun a sabiendas del riesgo que podía suponer para sus vidas y las de sus familias.

Siempre se ha dicho que el colectivo empresarial vasco responde a una imagen propia, de seriedad, implicación y compromiso con la sociedad de la que forman parte. Y lo cierto es que durante los cuarenta años en los que la violencia terrorista ha ejercido una enorme presión ha quedado más que patente que ese estereotipo responde a la realidad.

Es momento de mirar al futuro, sí ? pero por supuesto, sin olvidarnos del pasado. Hay que recordar lo vivido para transmitir a las generaciones presentes y futuras que nunca más puede repetirse algo semejante. “No es posible construir la convivencia de una sociedad por encima de la memoria de las víctimas”’, tal y como hemos podido escuchar a familiares directos de empresarios víctimas de la violencia en Euskadi. Y eso es algo que suscribimos plenamente.

Ahora se nos agolpan las preguntas: ¿para qué tanto dolor, tantas ausencias y vacíos? Nos faltan respuestas. Afortunadamente, eso sí, el causante de tanto sufrimiento ha sido derrotado por el conjunto de la sociedad vasca y solo esperamos ya su disolución definitiva.

En todo caso, no nos engañamos: somos conscientes de que en una parte minoritaria de la población vasca, a día de hoy, pervive todavía la falta de reconocimiento del dolor causado, específicamente al colectivo empresarial vasco, una ausencia de empatía con el papel que los empresarios y empresarias han jugado en nuestra historia reciente, con su perseverancia en seguir apostando por el país que les vio crecer como personas y como emprendedores, y en el que insistieron en quedarse redoblando aún más si cabe su compromiso con el país, invirtiendo, generando riqueza y bienestar social.

Pues bien; si hay algo que también queremos destacar con el acto de este próximo viernes en el Palacio Euskalduna de Bilbao es precisamente eso, la enorme valentía y compromiso personal de quienes habiendo sufrido el acoso de ETA y su entorno, sus amenazas y chantajes decidieron resistir. Un comportamiento ejemplar de empresarias y empresarios vascos que, sin embargo, pensamos que no ha tenido el reconocimiento que merece de la sociedad vasca.

El Acto de Memoria y Reconocimiento al Empresariado Vasco que celebraremos este próximo viernes día 20 quiere cubrir ese hueco. Y lo quiere hacer bajo una cuádruple perspectiva: primero, memoria. Segundo, dignidad: muchas de las víctimas -por no decir todas- fueron abocadas a la condición de ‘doble víctima’ al ser insultadas, ofendidas e incluso aisladas. Tercero, reparación legal y moral, y cuarto convivencia: el perdón le corresponde a cada uno y ése es un terreno muy personal en el que no podemos entrar, pero el reto de reconstruir la convivencia social y evitar que la violencia pueda anidar otra vez en Euskadi es tarea de todos. Este próximo viernes en el Euskalduna aportaremos nuestro granito de arena: el objetivo bien lo merece.