Barcelona - “Hace tiempo que no tenemos contacto porque ellos rehuyen hablar del tema. Ellos querrían que de esto no se hablara”. Así se pronunció ayer Carles Puigdemont a escasas horas de conocer cuál será la postura definitiva del Govern en lo referente a la declaración de independencia, pero desde luego el president tiene claro que si no ha existido un diálogo precedente es por culpa del inmovilismo de Mariano Rajoy y su Ejecutivo. Lo corroboró el Jefe de la Generalitat en una entrevista al programa 30 minuts de TV3 donde insistió en que aplicará “lo que dice la ley” tras la votación del 1-O, en alusión a la ley catalana del referéndum, suspendida por el Tribunal Constitucional, que prevé una declaración de independencia tras un referendo que el Govern avala.

“La declaración de independencia, que nosotros no llamamos declaración unilateral de independencia, está prevista en la ley del referéndum como aplicación de los resultados. Aplicaremos lo que dice la ley”, aseveró Puigdemont. “Lo que está pasando en Catalunya es real, les guste o no. Son millones de personas que han votado, que quieren decidir, tenemos que hablar de esto. ¿De qué creen que hemos de hablar? ¿Por qué se piensan que la gente se mueve? La gente no se mueve y hace frente a la violencia policial por una reforma del modelo de financiación. Seamos honestos todos juntos. Tenemos que hablar de Catalunya y [Rajoy] no quiere hablar de ello”, abundó el president, que dio de nuevo por bueno el referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional.

El programa también entrevistó al delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, quien se preguntó por qué el referéndum de independencia debe ser la solución. “Yo me pregunto, ¿por qué la solución de un conflicto debe ser un referéndum? Un referéndum al final es el síndrome del 50 más 1. Hay ganadores y perdedores. Ganadores y perdedores. Al día siguiente, ¿qué hemos arreglado? El conflicto sigue allí. No lo hemos resuelto. Soy partidario de buscar una fórmula de consenso. Dialogar mucho, buscar puntos de conexión, ceder todos un poco y seguir trabajando juntos”, aseveró Millo.

Atraer a podemos Entre tanto, el soberanismo trata de atraer a Podemos al procés. El conglomerado morado si de por sí es complejo, en Catalunya aún lo es más. Sobre todo porque las divergencias entre el líder catalán del partido, Albano Dante Fachín, y el estatal, Pablo Iglesias, son públicas. A ello se une el sector de Ada Colau, los conocidos como comunes, que ya han lanzado más de un guiño al polo independentista aunque su ideal sea una consulta legal y pactada con el Estado.

De hecho, Albano Dante ha sido uno de los pocos dirigentes no secesionistas al que se pudo ver durante la campaña del referéndum en actos de la mano de la CUP, de ERC y de la ANC. Ahora, como explica en una entrevista en Nació Digital, está a la expectativa del discurso que mañana ofrecerá Carles Puigdemont para decidir si sigue haciendo camino junto a quienes abogan por la ruptura con España. “Si apela a la República y al proceso constituyente, nos implicaremos”, aventura.

Mociones sobre el 1-O. El Congreso y el Senado celebran esta semana plenos marcados por la crisis catalana, con sesiones de control en las que el Gobierno contestará a numerosas preguntas relacionadas con el asunto independentista. Rajoy comparecerá en el Congreso para abordar las medidas adoptadas pero no se sabe si lo hará el miércoles o el viernes. Los plenos del Congreso y el Senado tienen en sus respectivos órdenes del día el debate y votación de varias mociones con las que PDeCAT y ERC pretenden que ambas Cámaras reconozcan los resultados del referéndum suspendido por el Constitucional.