bilbao - La crisis catalana ha abierto un escenario de imprevisibles consecuencias en el Estado español. En este contexto tan convulso, los partidos vascos van a debatir sobre la ampliación del autogobierno vasco. La ponencia del Parlamento que busca un nuevo estatus para Euskadi entrará en harina el día 18, dentro de dos semanas y en plena vorágine catalana. Los grupos celebrarán su primera reunión de debate tras haber escuchado las comparecencias de los expertos, y comenzarán a ordenar los trabajos y fijar un método. En cualquier caso, el convencimiento generalizado de los partidos es que la discusión debe abordarse sin contagios del proceso catalán. Ese criterio lo comparten el PNV, Elkarrekin Podemos y PSE. Solo EH Bildu, además de los sindicatos ELA y LAB, piden seguir la estela del procés. El PP, por su parte, no ha mostrado ningún interés por el nuevo estatus con el argumento de que, cuando todo marcha bien, es mejor no cambiar las cosas.
La posición de los socialistas y Elkarrekin Podemos era de sobra conocida. Tampoco causa sorpresa la del PNV, que ayer confirmó a DNA que el proceso catalán no tendrá ninguna incidencia en el nuevo estatus. Los jeltzales ven con simpatía a Catalunya y coinciden en reivindicar el derecho a decidir, una demanda del PNV que se mantiene en pie y se va a plantear en el marco de la ponencia parlamentaria. Sin embargo, matizan que “una cosa es simpatía; y otra, contagio”.
cargas policiales Los jeltzales han quedado sobrecogidos por las imágenes de la votación del domingo, donde las fuerzas de seguridad estatales cargaron con dureza contra mujeres y personas de avanzada edad para llevarse las urnas. El referéndum se celebró de manera unilateral porque el presidente español, Mariano Rajoy, no quiso negociarlo ni ofreció ninguna tercera vía a Catalunya, y la jornada de votación arrojó imágenes escalofriantes y enfrentamientos donde se mascó la tragedia y hubo casi 900 heridos. El PNV está convencido de que la sociedad vasca no quiere que esas imágenes se reproduzcan en Euskadi. Se desconoce cuál será el siguiente movimiento, y no se descarta que el Estado español suspenda la autonomía catalana en aplicación del artículo 155 de la Constitución española. También existe un riesgo de fractura social.
El PNV tiene claro que el responsable de esta situación es el Gobierno español que dirige Mariano Rajoy. No plantea su argumentación como una crítica a Catalunya. Cree que nunca se hubiera llegado a este punto si Madrid hubiera dado cauce al derecho de los catalanes a pronunciarse sobre su futuro, una demanda democrática que ha sido asumida con naturalidad en países del entorno como Reino Unido. Al partido de Andoni Ortuzar le inquieta el devenir de los acontecimientos, y está convencido de que la sociedad vasca “no quiere esto”. “Quiere una vía pactada y negociada. No quiere que lo que ha pasado en Catalunya suceda en Euskadi”, recalcan fuentes de la ejecutiva jeltzale.
El PNV plantea que los partidos vascos negocien y acuerden un nuevo estatus de autogobierno en el Parlamento. Ese acuerdo sería negociado posteriormente con Madrid. También debería someterse, al menos, a un referéndum final de ratificación por parte de la sociedad vasca. Los jeltzales plantean otra consulta más, antes de llevar el documento al Congreso de los Diputados y antes de negociarlo con el Gobierno español. Esa votación serviría para conocer si los vascos respaldan mayoritariamente ese documento, y también sería útil para presionar a Madrid y que entre a negociar en vista del apoyo social que tendría el articulado alumbrado por el Parlamento. El PNV plantea una relación bilateral, de igual a igual, y de cosoberanía con España. También defiende el derecho a decidir.
“Lo que está sucediendo en Catalunya nos afianza en nuestra vía. No es lo que queremos para Euskadi. La sociedad vasca tampoco quiere reproducir esas escenas aquí”, recalcan. En ese análisis coinciden Elkarrekin Podemos y el PSE, aunque el fondo de las propuestas difiere. Los jeltzales y el partido morado defienden el derecho a decidir, pero el socialismo no termina de apoyarlo.
EH Bildu es el único grupo con representación parlamentaria que desconfía de la vía acordada. Cree que no es realista pensar en una actitud proactiva de Mariano Rajoy viendo su comportamiento ante las demandas catalanas. Sin embargo, su planteamiento no tendrá éxito y se quedará en soledad en la ponencia parlamentaria. El PNV cree que es posible llegar a un acuerdo porque Euskadi tiene una percha jurídica que no existe en Catalunya: los derechos históricos y la capacidad de actualizarlos, una singularidad reconocida en la Constitución española y el Estatuto de Gernika. Por ello, cree que su apuesta por instaurar una relación bilateral tiene sustento en el ordenamiento jurídico y es viable.
Además, en los últimos meses se han producido acuerdos de alcance con el Gobierno español que han permitido recuperar espacios de bilateralidad. Ha sucedido con el Concierto Económico, que regula las relaciones financieras entre ambos gobiernos y donde la paz fiscal ha quedado garantizada para toda la legislatura; y con la Ertzaintza, que podrá renovar su plantilla sin ajustarse a los criterios de ahorro que fije Madrid y atendiendo únicamente a los acuerdos alcanzados en la Junta de Seguridad que reúne a las dos partes.
pse y podemos El socio del PNV en el Gobierno Vasco de coalición, el PSE, pidió no imitar a Catalunya y también defendió una vía vasca. La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, ve con preocupación que el nacionalismo vasco “mire con envidia” lo que ocurre y trate de trasladarlo a Euskadi. Podemos Euskadi, por su parte, alertó ayer del “error” que supondría el “efecto contagio” de Catalunya, y propondrá a los partidos adoptar la “vía canadiense”, es decir, fórmulas “pactadas, bilaterales, legales, claras y con garantías” para hacer una consulta. La secretaria general del partido, Nagua Alba, y su portavoz, Lander Martínez, anunciaron ayer la puesta en marcha de una ronda de contactos con los partidos para exponer este planteamiento.
Referéndum legal. El PNV no tiene constancia de que Mariano Rajoy lo haya convocado a su ronda de partidos sobre la crisis catalana. Si el presidente español llamara, los jeltzales acudirían y le plantearían que la solución es un referéndum legal y pactado, y el reconocimiento de las realidades nacionales que habitan en el Estado.