barcelona - El procés entró ayer en otro escenario en el que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, quiere que la Unión Europea tenga un papel clave: “Somos europeos los que hemos sufrido vulneraciones de derechos fundamentales de una UE que conviene que refuerce sus valores fundacionales cuando estos están en peligro por los abusos de un Estado que se comporta de forma autoritaria”. Más aún cuando, como anunció anoche, remitirá “en los próximos días” los resultados al Parlament para que siga con la hoja de ruta que contempla la declaración unilateral de independencia (DUI) que diversos sectores ya exigieron anoche.

“En una jornada de esperanza y sufrimiento, nos hemos ganado el derecho a ser escuchados, respetados y reconocidos, a un Estado independiente”, trazó el president, que resaltó que “millones de personas civilizadas, haciendo frente a todo tipo de dificultades y amenazas, han hablado alto y claro. Tenemos derecho a decidir nuestro futuro, derecho a la libertad y queremos vivir en paz, sin violencia y fuera de un Estado que es incapaz de proponer una sola solución convincente que no sea la imposición de la fuerza bruta”.

“La situación que se ha generado en Catalunya por la intransigencia, por la represión, por la negación absoluta del reconocimiento de la realidad y por la hostilidad demostrada ante las peticiones de los ciudadanos de nuestro país ya no es un tema interno”, proclamó Puigdemont, que en los primeros compases de su intervención dio las gracias a los dirigentes europeos que se solidarizaron con lo ocurrido ayer en Catalunya.

“Estamos ante un tema de interés europeo, que apela directamente a los valores fundacionales de este espacio de paz, libertad, convivencia y democracia que hemos construido desde hace décadas”, recordó Puigdemont en una declaración institucional sin preguntas en la que, arropado por el Govern y sin papeles, resumió la jornada en una frase: “Catalunya hoy ha ganado muchos referéndums”. El president puso en valor las escenas de votaciones vistas pese a las “dificultades” derivadas de la actuación policial durante un referéndum que suspendió el Constitucional. Él mismo se convirtió en ejemplo de ello al cambiar de colegio después de que la Guardia Civil tomara el polideportivo de Sant Julià de Ramis.

“El Estado español ha escrito una página vergonzosa en su historia de relación con Catalunya”, denunció Puigdemont, que recordó que “no es la primera. Demasiadas veces la represión y la violencia han sido la respuesta del Estado a las aspiraciones catalanas”. “Hoy, la respuesta ha vuelto a ser la misma: violencia y represión. ¿Hasta cuándo? Hoy hemos dicho que esto se ha terminado”, zanjó Puigdemont, que, en el arranque de su intervención, agradeció la labor de los voluntarios y a los cerca de 800 heridos: “Habéis conseguido que la gente pueda ir a votar en un gesto solidario, anónimo y ejemplar que quedará grabado en la memoria”.

Hoy, reunión del Govern Con la gestión de las expectativas levantadas ayer y la gestión de las tensiones internas del bloque soberanista (la CUP pide declarar la independencia esta semana) como principales retos en los próximos días, Puigdemont perfiló la ruta sin mencionar la DUI de manera expresa. El Consell Executiu celebra hoy a las 10.30 horas una reunión extraordinaria.

“El Govern trasladará durante los próximos días al Parlament, sede de la expresión de la soberanía de nuestro pueblo, los resultados de la jornada de hoy para que todo se desarrolle según la Ley del Referéndum”, señaló antes de anunciar que “las instituciones catalanas tienen el deber de respetar y desarrollar lo que han decidido sus ciudadanos”. Puigdemont emplazó a seguir adelante “juntos, como en el camino que hemos hecho hasta aquí. En civismo y en paz, abiertos a las propuestas de diálogo que sirvan para respetar la voluntad de los catalanes y a las ofertas de mediación que lleguen para que todo lo que recorramos lo hagamos con la máxima eficacia posible”.