gasteiz - La ponencia de Memoria y Convivencia del Parlamento Vasco comenzó ayer a escuchar a las víctimas de la violencia política y lo hizo con los testimonios de Rosa Lluch y Froilán Elexpe, hijos de sendos militantes socialistas asesinados por ETA; y de Unai González, expreso de Jarrai cuya suegra murió en un accidente de tráfico cuando iba a visitarle a la cárcel de Teruel.

Elexpe rehusó hacer comentarios sobre su comparecencia, pero sí los hicieron Lluch y González, quienes lanzaron dos mensajes principales. Lluch abogó por buscar puntos de encuentro en la sociedad en torno a lo sucedido, pero advirtió de que esos puntos de encuentro nunca deben legitimar el uso de la violencia. El expreso de Jarrai, por su parte, reclamó el mismo reconocimiento y reparación para quienes han sufrido las consecuencias de la dispersión que para el resto de víctimas, y pidió también “respeto” para el dolor de estas personas.

Rosa Lluch es hija de Ernest, dirigente del PSC asesinado por ETA en 2000 en Barcelona. Lluch fue ministro de Sanidad con Felipe González y estuvo muy vinculado a Euskadi; fue miembro de Elkarri y defendió siempre la necesidad del diálogo para superar la violencia. Ayer su hija Rosa calificó ayer como “muy, muy positiva y necesaria” la iniciativa del Parlamento de poner en marcha esta ponencia, en la que transmitió la idea de que “la violencia para nada fue justificable ni necesaria, hay que conseguir reconciliar o buscar puntos de encuentro y estos puntos de encuentro para nada pueden legitimar el uso de la violencia”.

Lluch añadió que la violencia de ETA “y del entorno de ETA” fue “un error colosal”, pero que también lo fueron “la violencia de otros grupos paraoficiales que se gestaron en las cloacas del Estado”, y la ejercida “por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.

La hija del exministro socialista puntualizó además que hablaba únicamente por ella misma y no por todas las víctimas. “Yo no puedo hablar en plural, cada víctima es un mundo y he dicho dentro de la comisión que las víctimas pensábamos de formas muy distintas antes de ser víctimas, y seguimos pensando de forma muy distinta una vez que somos víctimas, porque el terrorismo no ha conseguido igualarnos, no hemos dejado que nos ganen, si pensáramos todos igual nos habrían ganado de verdad y no lo han hecho”, afirmó.

Finalmente, Lluch abogó por “intentar entre todos poner nuestro grano de arena para construir un futuro en paz” en Euskadi. “Hay que aceptar que esto se ha acabado, tenemos que estar muy contentos de que la violencia haya acabado”.

A finales de 2007, los padres, la pareja y la suegra de Unai González viajaban a Teruel para visitar al preso gasteiztarra, condenado a seis años de prisión por pertenencia a Jarrai. A la altura de Alfaro sufrieron un accidente y la suegra de Unai resultó herida de gravedad. Pocos días después fallecía en el hospital de Txagorrixu. Ayer González, quien reconoció que la ponencia de Memoria y Convivencia supone “un primer paso en el reconocimiento”, reivindicó en este foro “el reconocimiento que las víctimas de la dispersión no tienen como víctimas de una vulneración de derechos humanos”, y reclamó además “la garantía de no repetición”. Según señaló, “es urgente que no vuelva a haber ni una nueva víctima más, son ya dieciséis y es importante para esta sociedad que no vuelva a morir ninguna otra persona por este motivo”.

Unai González, que ya ha tomado parte en diversas iniciativas en favor de la reconciliación y la convivencia, insistió en la idea de que “el reconocimiento, la reparación y la garantía de no repetición que le corresponde a cualquier víctima de la dispersión debería ser el mismo que le correspondería a cualquier otra víctima”.

No quiso hacer declaraciones Josu Elexpe, que también ha participado en diversas iniciativa en pro de la convivencia. Su padre, Froilán, era teniente de alcalde en Lasarte por el PSE, y en un bar de esa localidad guipuzcoana fue asesinado en 2001.

consenso en la ponencia Los tres testimonios escuchados ayer en la ponencia son los primeros de la docena que componen esta primera fase de trabajo, a la que seguirán la memoria, la política penitenciaria, y la convivencia y los derechos humanos. La ponencia, al contrario que en ocasiones anteriores, se está desarrollando en un clima de consenso entre los cuatro partidos participantes -el PP decidió no participar-, incluso en aspectos como el de la política penitenciaria.