barcelona - Una de las patatas calientes de los Mossos d’Esquadra y de su responsable político, el conseller de Interior, Joaquim Form, es la respuesta que vayan a dar a la orden de detención de los alcaldes catalanes que se nieguen a acudir ante la Fiscalía para declarar por su intención de ceder locales municipales para colocar urnas el 1 de octubre. La mayoría de los regidores, alrededor de 700, ya han aclarado que se presentarán voluntariamente. Es el caso de los alcaldes del PDeCAT y los que se mueven en el ámbito de Podemos -los de ERC no se han pronunciado-. El problema son la treintena de la CUP que han anunciado que no irán a declarar, lo que obligará a la policía a arrestarlos para llevarlos ante el fiscal.

La detención correrá a cargo, previsiblemente, de los Mossos y ante esta eventualidad el conseller Forn explicó que se buscarán “soluciones para hacerlo de una manera absolutamente tranquila y correcta”. No aclaró si la solución pasa por su arresto o por otro tipo de medida.

Preguntado sobre esta cuestión en una entrevista de Rac 1, Forn lamentó que se aproveche el 1-O para hacer presión a la policía catalana. Denunció que hay una voluntad de presionar a los Mossos, ya que, a su juicio, “no ha gustado a determinadas personas del Estado el papel de la policía catalana en la gestión de los atentados, al aparecer como una policía de Estado”.

Sobre si los Mossos están buscando las urnas y papeletas para el referéndum, se ha limitado a afirmar: “La prioridad básica del Govern en estos momentos es perseguir a los terroristas, no es broma una alarma 4 sobre 5, nos lo tenemos que tomar seriamente, y esto quiere decir recursos humanos y materiales”. - DNA