madrid/barcelona - Era previsible que a medida que pasarán los días desde los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils, tarde o temprano, aflorarán las diferencias y el cruce de reproches entre los Gobiernos español y catalán. Nadie quiere abrir la caja de los vientos en pleno duelo por los muertos, pero en las últimas jornadas ya se han ido adivinando algunas puyas del Gobierno de Mariano Rajoy, a través de segundos espadas y de portavoces policiales, hacia la actuación policial e incluso política de la Generalitat en esta cuestión. Ayer fue el president Carles Puigdemont el que acusó al Ejecutivo español de instrumentalizar políticamente la situación para desgastar al Govern y de paso al procés independentista.
El Gobierno español no quiso ayer responder a las acusaciones realizadas por Puigdemont, en una entrevista al prestigioso diario británico Financial Times, en la que acusa al Ejecutivo de Rajoy de “hacer política con la seguridad de los catalanes. “Por responsabilidad y sentido común nos remitimos a la extensa comparecencia del presidente del Gobierno esta mañana en rueda de prensa”, aseguraron a Europa Press fuentes de Moncloa.
Mariano Rajoy compareció ayer a mediodía, tras la reunión del Consejo de Ministros, y reivindicó el papel de su Gobierno en la gestión policial y política tras los ataques del 17 de agosto. Aplaudió el trabajo de los Mossos d’Esquadra tras los atentados en Catalunya y la desarticulación en 100 horas del núcleo central de la célula terrorista que los perpetró, un reconocimiento que hizo extensivo a la Guardia Civil y la Policía española. El jefe del Ejecutivo se mostró conciliador y se centró en alabar este trabajo y añadió que “tiempo habrá de analizar todos los pormenores”. Sin embargo, el president Puigdemont, acusó al Gobierno español de estar “jugando a hacer política” con la seguridad del pueblo catalán por cortar los fondos de la policía autonómica.
El jefe del Ejecutivo catalán aseguró que la fuerte oposición del Gobierno español al referéndum del 1 de octubre ha llevado a Madrid a cortar el flujo de dinero e información a Catalunya. “Les hemos pedido que no juegen a hacer política con la seguridad”, declaró Puigdemont sobre la decisión de Moncloa de bloquear la contratación nuevos agentes de la policía catalana para este año y de “contemporizar” a la hora de entregar a las fuerzas de seguridad autonómica información de la Europol. “Por desgracia, el Gobierno español tenía otras prioridades”, remachó.
Puigdemont se refiere a la intención de la Generalitat de contratar este año a 500 nuevos agentes, tras considerar que, durante los últimos años, el cuerpo de los Mossos d’Esquadra ha tenido un déficit estructural. El Govern incluyó esa ampliación de efectivos en los Presupuestos de este año, pero esa disposición fue cuestionada por el Gobierno español, que reclamó información a través del Ministerio de Hacienda, aduciendo cuestiones presupuestarias.
El president catalán también reprocha los obstáculos del Gobierno español a que los Mossos tengan acceso a las dos bases de datos de Europol, en pie de igualdad a otras policías autonómicas, cantonales o de los lander alemanes. En este sentido se pronunció ayer el portavoz de la policía catalana, Albert Oliva, quien defendió que los Mossos tengan acceso al Europol porque, a su parecer, “todo lo que sea avanzar en esa línea de contacto directo, todo lo que sea sumar para acceder a más, para tener más rapidez y, por lo tanto, ganar eficacia, solo puede ser positivo”. Abundando en este argumento, señaló que “no nos podemos quedar atrasados cuando la sociedad avanza a ritmo de vértigo”.
El reglamento de la Europol cotradice el argumento del Ejecutivo de Mariano Rajoy de impedir el acceso a la policía catalana a estas bases de datos policiales europeos, ya que permite explícitamente “contactos directos” con los Mossos d’Esquadra, sin necesidad de pasar por el filtro del Gobierno español. Eso sí, tendría que ser este quien autorizara la relación entre “sus autoridades competentes y la Europol”. En definitiva, se trata de una cuestión de voluntad de Moncloa.
Los reproches entre Moncloa y el Palau Sant Jaume se producen en vísperas de la manifestación de hoy en Barcelona en respuesta a los atentados yihadistas de hace nueve días.