PARÍS - Tres detenciones en Marruecos en los últimos días -dos de ellas ayer- y la confirmación de que dos de los terroristas viajaron a París días antes de los atentados revelan que la célula de Ripoll disponía de una red de contactos más amplia de lo que se pensaba en un primer momento, y que se extendía más allá de Catalunya. Así, los arrestados por la policía marroquí podrían formar parte de una vertiente internacional del grupo yihadista, que les habría servido de enlace para recibir instrucciones de responsables del Daesh.

Ayer mismo, las autoridades de Marruecos detuvieron en la localidad de Nador a N.O., un primo de los miembros de la célula Moussa y Driss Oukabir, el primero de ellos abatido por los Mossos en Cambrils y, el segundo, arrestado. Horas más tarde, capturaban a otro hombre en Casablanca, Hicham Ennadih, que trabajaba de butanero y residió en el edificio de Ripoll donde vivía Younes Abouyaaqoub, el autor del atropello mortal en la Rambla. Además, según fuentes de la investigación, la policía marroquí detuvo el domingo en la ciudad de Uxda a un individuo de 34 años por su posible vinculación con el comando.

Al parecer, este último hombre vivió un tiempo en el mismo barrio de la localidad catalana donde residía Moussa Oukabir, y podría haber sido uno de los enlaces de los terroristas con el Estado Islámico (EI). Además, se investiga el viaje a Marruecos de nueve días que el propio Driss Oukabir realizó este verano antes de los atentados.

De esta manera, son ya siete los arrestados en relación con los atentados de Catalunya, cuatro de ellos en el Estado y los tres detenidos en Marruecos, donde aún prosigue la investigación. Estas personas formarían parte de la red internacional del grupo yihadista, una de las líneas de investigación que siguen los Mossos d’Esquadra en colaboración con la Guardia Civil, encargada de solicitar a otros países información sobre los terroristas. En este sentido, la inteligencia marroquí está colaborando con las fuerzas de seguridad españolas y un grupo de expertos de la policía del país se ha desplazado a Barcelona para apoyar las investigaciones sobre la célula catalana y sus posibles ramificaciones.

Otra de las conexiones internacionales de los terroristas podría ser Francia. Según confirmó ayer el ministro de Interior galo, Gérard Collomb, miembros de la célula realizaron un viaje de ida y vuelta “extremadamente rápido” a París días antes de los atentados de la Rambla y Cambrils. Un radar detectó por exceso de velocidad el vehículo en el que supuestamente viajaban Younes Abouyaaqoub y uno de los fallecidos en Cambrils cuyo nombre no se ha facilitado.

estancia sospechosa Tal y como revela la televisión francesa, ambos se alojaron en un hotel cercano a la capital en la noche del 11 al 12 de agosto e hicieron compras en unos grandes almacenes, pero no adquirieron nada relacionado con componentes químicos, armas, o material para cometer atentados. Ahora, la policía gala, que no tenía fichados a los miembros de la célula, está investigando si durante la estancia en París recibieron algún tipo de instrucción de última hora por parte de enlaces yihadistas. En este contexto, el titular de Interior español, Juan Ignacio Zoido, se traslada hoy a París para, entre otras cuestiones, analizar el viaje de los terroristas.

El tercer país que se cruza en el camino de la trayectoria de los yihadistas es Bélgica. Allí es donde viajó en diversas ocasiones el imán de Ripoll que supuestamente lideraba la célula y que falleció el miércoles pasado en la vivienda de Alcanar mientras manipulaba explosivos para los atentados. El imán, Abdelbaki Es Satty, realizó estancias de incluso seis o siete meses en la localidad belga de Vilvoorde, que se caracteriza por la gran cantidad de población salafista que alberga.

En resumen, las autoridades están comprobando cómo varios miembros del comando catalán estuvieron en los principales focos yihadistas sin que las fuerzas de seguridad tuvieran conocimiento de dichos movimientos, ya que no estaban en las listas de sospechosos de pertenencia a grupos salafistas. Otra sospecha que arroja la investigación es que el EI cuenta con una estructura sólida en Europa de enlaces con hilo directo con los altos mandos de la organización.