- El coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, levantó ayer la voz para censurar el acercamiento que están experimentando Podemos y el PSOE. Esa unión de fuerzas se ha traducido en la alianza de ambas formaciones en Castilla-La Mancha, donde comparten el gobierno del socialista Emiliano García-Page, aunque esa colaboración haya levantado ampollas en el ala más a la izquierda de la formación morada aglutinada entorno al sector anticapitalista. Partido aliado en el Congreso de los liderados por Pablo Iglesias, IU no parece ver con buenos ojos las últimas maniobras de su socio parlamentario. Maíllo afirmó “no entender” que tomen parte activa en la entente castellano-manchega, que “no solo no simboliza ningún tipo de alternativa, sino que representa lo más rancio del apuntalamiento del bipartidismo español”.

PSOE y Podemos han abierto una nueva etapa de entendimiento que choca de bruces con la táctica prefijada por Iglesias en la asamblea de Vistalegre 2 de febrero pasado. No sin turbulencias, el cónclave estableció unas tesis más rupturistas que apuntaban a achicar espacios por la izquierda al socialismo, al que se acusaba de ser parte de la triple alianza -junto a PP y Ciudadanos- que unía fuerzas para limitar los derechos ciudadanos. La vuelta en mayo de Pedro Sánchez a la secretaría general de Ferraz tras la caída de la Gestora, sin embargo, ha desembocado en un vuelco a esa situación, hasta el punto de que ambas formaciones se han asociado en Castilla-La Mancha y hace apenas dos semanas han constituido una mesa de colaboración en el Congreso -en la que IU está representada- con la mira puesta en revertir las políticas del Gobierno del PP a medio plazo. Aún así, Maíllo confía en que la formación en la que milita no comparta radio de acción en ese bloque si es “para hacer lo mismo que hacía el PSOE. Para jugar a los muñecos que no nos avise porque no vamos a estar”, reconoció.

En todo caso, “esa alternativa tiene que arrastrar al PSOE a posiciones de impugnación de un modelo neoliberal en el que han estado implicados y del que tienen que desvincularse para construir ese bloque histórico”, afirmó ayer Maíllo en una entrevista a Europa Press en la que puso como ejemplo de todo lo contrario al acuerdo castellano-manchego. Y es que García-Page personificaría “lo más ‘susanista’ que hay en el PSOE”, especialmente después de que durante largos meses mostrara su decidido apoyo a la secretaria general del PSOE andaluz y presidenta de la Junta, Susana Díaz, en las primarias socialistas en las que fue batida por Sánchez. A ese apoyo en un hipotético bloque histórico contrapone IU su modelo, que pasa por edificar una verdadera “alternativa a los García-Pages y a las Susanas Díaz”.

recelo de Sánchez IU, que viene realizando una férrea oposición a las políticas de Díaz desde el Parlamento andaluz, también recela de los cambios que puede ir interiorizando la renovada dirección del PSOE en los primeros compases de la vuelta de Sánchez a la cúpula de Ferraz, pese a que el máximo mandatario socialista ha ido dejando una impronta de renovación vaticinando la necesidad de hincar el diente a asuntos como la plurinacionalidad, en la que podría mostrar una mayor sintonía con los partidos a su izquierda. Maíllo recordó que “Sánchez fue el autor de la estrategia del achique de espacios que impidió que hubiera un gobierno alternativo tras las elecciones del 2015 al cerrar un pacto con Ciudadanos y con eso intentar engatusar a IU y a Podemos”. Esa fórmula no satisfizo a ninguna de las partes y Rajoy no tuvo más que aprovechar la coyuntura para obtener un mayor respaldo apenas diez meses después.

Por el contrario, “la historia de IU es la historia de la reivindicación de un proyecto profundamente andaluz” que empujaría en favor de reinventar el modelo territorial Estado, aunque fuera siempre “a partir de un empoderamiento andaluz”, remarcó. Y Podemos, capitaneado por Teresa Rodríguez en Andalucía -de tendencia anticapitalista-, compartiría trayecto con IU para alcanzar esa meta. “Nos sentimos cómodos para elaborar una alternativa al PSOE, no para pactar en dos años un gobierno con el PSOE”, según se reafirmó.