Turtzioz - Llovió a mares en Enkarterri en los aciagos días que mediaron entre la caída de Bilbao bajo las tropas franquistas el 19 de junio de 1937 y la salida del Gobierno Vasco de Turtzioz el día 30, según recogieron las crónicas de la época. Y llovió ayer en la conmemoración del ochenta aniversario del manifiesto en que el lehendakari Aguirre proclamó que se podría conquistar el territorio, pero jamás el alma del pueblo vasco. En el palacio La Puente que le vio redactar la declaración, Iñigo Urkullu presidió un Consejo de Gobierno extraordinario en el que apeló a la perseverancia y el espíritu de consenso de aquel ejecutivo para, trasladándose a la realidad actual, y en clara referencia a la situación de Catalunya, “buscar soluciones útiles en nuestra sociedad, que se encuentran en los acuerdos”.

“Con el legado y la perspectiva de estos ochenta años, no sería responsable depositar nuestra esperanza en cantos de sirena que ofrecen el cielo por caminos rápidos y directos que no requieren acuerdos integradores”, incidió el lehendakari, aunque sin nombrarla directamente, sobre la convocatoria unilateral del referéndum de independencia para el 1 de octubre por parte de la Generalitat que preside Carles Puigdemont con el rechazo frontal del Gobierno estatal a un referéndum que considera al margen de la ley.

Euskadi se enfrenta “al principal reto que tenemos como país, el de avanzar juntos en la paz, la convivencia y el autogobierno”, según declaró ayer el lehendakari en Tur-tzioz. Ese último desafío lo comparte con Catalunya, tal y como los dirigentes de ambos territorios expresaron en la reunión que mantuvieron en Barcelona el día que se conmemoró el trigésimo aniversario del atentado de ETA en Hipercor. El pasado 19 de junio, Urkullu y Puigdemont pidieron a Mariano Rajoy que abandone el inmovilismo y facilite un cambio del marco legal que abra la puerta al derecho a decidir. Pero desde ópticas diferentes. La Generalitat aboga por llevar a cabo la consulta aunque Moncloa no mueva ficha, mientras que desde Lakua apuestan por la bilateralidad, los acuerdos con Madrid cuyos frutos se han obtenido en la negociación entre PNV y PP para los Presupuestos, y que se tradujeron, entre otras cuestiones, en la devolución a la CAV de 1.400 millones de euros del Cupo, procedentes de la liquidación de los últimos diez años.

Convivencia en Paz En un acto emotivo en recuerdo de una conflagración “que no tenía que haberse producido”, ya que los golpistas “pasaron por encima de lo que el pueblo había decidido”, según recordó el alcalde de Turtzioz, José Manuel Coterón, el lehendakari puso en valor ante los asistentes “la experiencia de una paz plena que nuestros mayores no han podido conocer”. Hoy, los supervivientes, que en 1937 eran apenas unos niños, “pueden decir que finalmente están viviendo un tiempo de esperanza y convivencia”, cuya protección “es un compromiso que asumimos, no solo con las generaciones venideras, sino también, y sobre todo, con los mayores”.

“La guerra, la dictadura, la violencia y el terrorismo” han sacudido Euskadi en los últimos ochenta años. Por ello, “miramos a este nuevo tiempo conscientes de que “debemos sanar muchas heridas personales y colectivas”, reconoció el lehendakari. Reivindicar la memoria de quienes más lo han padecido y, sobre todo, “asentar una nueva convivencia que apague para siempre el fuego de la violencia y el terror en nuestra tierra”, serán la mejor manera de mirar hacia “un futuro en paz, modélico en el respeto a los derechos humanos”. Una Euskadi “con alma, con valores, tratando de interpretar correctamente el sentir y las necesidades de nuestro pueblo, social, comprometida con el bien común, abierta al diálogo, capaz de acordar y pactar, leal con la palabra dada, a la altura de quienes nos precedieron” y capaz de legar a los jóvenes un futuro mejor”.

En un lugar cargado de historia, Iñigo Urkullu destacó que las palabras del lehendakari Aguirre “hablando de generosidad, dignidad y sensibilidad” conservan todo su significado y vigencia ocho décadas después. “ Somos herederos de aquel primer Gobierno Vasco, gracias a cuya tenacidad y compromiso se consiguió mantener viva la llama de nuestro pueblo hasta la recuperación de la democracia, un ejecutivo asentado sobre valores firmes que continuó en su puesto aun atravesando las circunstancias más adversas”, ensalzó.

“El compromiso humano y ético, la dignidad de las personas y la lealtad en la responsabilidad pública” guían el actual proyecto, anclado sobre “el suelo de nuestros padres, el idioma, la ley y las libertades que mantienen “la aspiración de un gobierno legítimo de los vascos” como el que encabezó Aguirre. Con una ofrenda floral al busto en su honor que preside la entrada al Ayuntamiento de Turtzioz concluyó ayer una jornada de recuerdo y reivindicación.