gasteiz - La Ponencia sobre Memoria y Convivencia va a celebrar hoy una reunión clave para su futuro en el Parlamento Vasco. Esa cita será el arranque oficial de los trabajos, y en ella se pondrán finalmente las cartas boca arriba, porque cada grupo presentará sus prioridades y propuestas de metodología, comparecencias de expertos y petición de informes. El objetivo es fijar un guion para comenzar a forjar consensos sobre la deslegitimación del terrorismo y la violencia, y la política penitenciaria. El clima que impere, de concordia o bien de enfrentamiento, puede ser un indicador fiel de las posibilidades de éxito que vayan a tener los trabajos. La duda radica en el planteamiento que llevará la izquierda abertzale y la recepción que vaya a tener en el resto de partidos, que desconfían de su interés en poner el foco en los presos. La impresión generalizada es que nadie va a romper la baraja ni tiene interés en llevar la bronca a este foro desde el primer día. Otra cuestión será el margen que haya para llegar a acuerdos si las posiciones son muy distantes. El PP, por su parte, se ha autoexcluido de los trabajos porque la izquierda abertzale no ha condenado la historia de ETA.
A la reunión se llega sin ningún consenso previo y sin que los partidos hayan compartido entre ellos sus propuestas. Es un dato que no se presta a una segunda lectura, porque la mecánica habitual de las ponencias consiste en esperar hasta la reunión para poner en común las propuestas de cada cual, de ahí que aún no haya consenso. Por ello también sigue viva la incógnita sobre el planteamiento de la izquierda abertzale. EH Bildu ha situado la prioridad en los presos porque entiende que los enfermos están en una situación de emergencia y es una vulneración de derechos vigente. Sus pronunciamientos han generado inquietud en otros grupos, que se preguntan si está tratando de orillar la deslegitimación del terrorismo. Todo ello, en un momento en que las relaciones entre Sortu y el PNV se han enrarecido por los ataques contra los batzokis tras el pacto presupuestario con Rajoy.
La ponencia celebró una primera reunión constitutiva el 17 de mayo donde, no obstante, nadie se salió del guion ni hizo ostentación de sus diferencias. Tampoco hubo comparecencias de los grupos ante la prensa para marcar posición. Se interpretó como una buena señal, y la máxima aspiración para hoy es que se mantenga ese espíritu y se apueste por el trabajo discreto. La sensación más extendida es que hay voluntad en todos los grupos. Las expectativas en cuanto al contenido de los trabajos en esta primera fase no son muy ambiciosas porque la tarea es compleja y sensible.
Se espera que, tras la cita de hoy, comparezca ante la prensa la presidenta de la ponencia, la jeltzale Ana Oregi, para ofrecer un balance muy somero. La propia Oregi recalcó tras en encuentro del día 17 que los ejes de la ponencia deben ser la deslegitimación del terrorismo y la violencia, y la política penitenciaria. PNV, PSE y Elkarrekin Podemos han realizado declaraciones en un sentido similar. La coalición de izquierdas presentaba hace unos días su apuesta por atender a los presos pero, sobre todo, poner el foco en el reconocimiento de las víctimas que todavía no han logrado un amparo institucional o que desconocen quién fue el autor concreto del atentado. En esas categorías encuadran a las víctimas de abusos policiales, y también los cerca de 300 atentados de ETA sin esclarecer.