madrid - El cuarenta aniversario del regreso del president Josep Tarradellas del exilio ha servido para caldear las relaciones entre Madrid y Catalunya, que en las últimas horas se han lanzado los trastos a la cabeza a cuenta de su figura histórica. Si el presidente español, Mariano Rajoy, aseguraba anteayer en el Congreso que ni Tarradellas se hubiera saltado la ley convocando un referéndum de independencia, Carles Puigdemont subía ayer la apuesta al asegurar que el expresident no podría haber bajado del avión si le hubiera tocado volver del exilio ahora, durante el mandato del PP. El Govern ha reivindicado en las últimas horas el esfuerzo que se realizó durante la transición para reconocer la identidad catalana y reinstaurar la Generalitat como institución de autogobierno. Lo hizo Adolfo Suárez, quien permitió el regreso de Tarradellas aunque aún no estaba aprobada la Constitución, una actitud que contraponen a la de Mariano Rajoy.

Según Puigdemont, el “Gobierno franquista” de Adolfo Suárez demostró más talante democrático que el actual Ejecutivo de Rajoy cuando promovió que el entonces presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, volviera del exilio sin que la Generalitat estuviera aún restablecida. “Hoy el presidente Tarradellas no podría bajar del avión”, dijo, recordando que el regreso de Tarradellas a Catalunya desde el exilio fue en 1977, cuando la Constitución Española aún no se había aprobado.

último intento Puigdemont también explicó ayer que propondrá de nuevo con “énfasis y convicción” negociar el referéndum a Rajoy cuando el Pacte Nacional pel Referèndum acabe su trabajo. El anuncio no es nuevo y ya lo planteó hace dos semanas, pero ayer añadió como dato que, si Rajoy pretende parar el referéndum y que no se produzca en septiembre, la única alternativa que le queda es aceptar pactar otra fecha. Por lo tanto, realizó un ofrecimiento concreto para alterar la fecha de la consulta y retrasarla.

El Pacte Nacional pel Referèndum es una plataforma que busca apoyos para un referéndum acordado y prevé un gran acto el viernes de la próxima semana, cuando podría dar por acabado su trabajo, y entonces Puigdemont buscaría iniciar esta negociación. El president avisó ayer de que la negociación que busca con Rajoy será “el último intento” de acordar una consulta y avisó de que, si fracasa, el referéndum se organizará igualmente con todas las garantías. También dijo que no ha anunciado aún la fecha y la pregunta del referéndum porque está dispuesto a negociarla con el presidente: “Que se mueva del despacho, que abandone la pereza”.

Puigdemont avisó a Rajoy de que la única manera que tiene de frenar el referéndum es negociando otra fecha. “El Estado solo tiene una manera de frenar que el referéndum sea en septiembre: dialogar y pactar otra fecha. Las amenazas no pararon el 9-N”, recordó. Puigdemont entró en el debate de la declaración unilateral de independencia para zanjar que no está en la agenda del Govern, y que sería “irresponsable” especular con ese escenario cuando su prioridad ahora es negociar una consulta. - E.P.