Bilbao - El desarme de ETA, que comenzó a convertirse “en realidad” el pasado 8 de abril en Baiona, motivó que el lehendakari Iñigo Urkullu equiparara el escenario post-ETA con la posibilidad de avanzar en la normalización política para “lograr el pleno reconocimiento y respeto de nuestro pueblo” mediante el derecho a decidir. Urkullu aseguró en el Aberri Eguna celebrado ayer bajo el lema ‘Lehen, orain eta beti, Aberri! que el éxito del proceso de paz debe convertirse en una “victoria de todos” y, de esa forma, abrir el paso a una nueva fase en la que Euskadi construya de forma “progresiva” una sociedad “más justa y libre desde el gobierno de nuestro pueblo: el autogobierno”.
“Compromiso” fue la palabra más utilizada por Urkullu. Y es que apelando al “compromiso ético presente en el primer Gobierno Vasco del lehendakari Agirre ante los bombardeos de casi 100 municipios vascos hace 80 años”, pero también en la actitud mantenida “ante la sinrazón de ETA”, arrancó su discurso recordando que los jeltzales ya mostraron hace 12 años cual era el camino a recorrer para lograr la paz. Se trata del documento Elkarbizitzarako Bake Bideak, un ideario para el final dialogado de la violencia y la normalización política presentado hace ya más de una década -más concretamente, en octubre de 2005- cuyo “valor estratégico” se ha visto certificado por el reciente desarme. A juicio del lehendakari, también se habría visto avalada la apuesta jeltzale por el “derecho democrático de los vascos a decidir su futuro” lanzada entonces, un derecho que llamó a actualizar para que los ciudadanos de la CAV, Nafarroa e Iparralde opten “libremente” por elegir “las relaciones que deseamos mantener internamente entre todos los territorios vascos”.
A la vista de que ETA ha dado el paso de forma unilateral, legal, definitiva y sin contraprestaciones, “tal y como siempre hemos defendido desde el PNV”, Urkullu insistió en que “ahora podemos seguir avanzando en nuestro objetivo central, que es la aspiración de una convivencia normalizada”. En todo caso, “no valen los atajos ni las revoluciones de la noche a la mañana; no vale la épica que olvida que lo más preciado es la vida de la persona y la convivencia entre diferentes; no vale el todo o nada”. Asimismo, el lehendakari se refirió al espacio “central” en las políticas de convivencia que ocupan las víctimas del terrorismo y la violencia “porque, más allá de la solidaridad personal, es imprescindible hacer constar el reconocimiento al sufrimiento injusto padecido”.
construcción nacional En lo que respecta al compromiso con la construcción social de Euskadi, el lehendakari confió en el trabajo “día a día para superar la crisis económica, para generar mas y mejor empleo, para la solidaridad con las personas mas desfavorecidas y para que nadie se quede en la cuneta”. A juicio de Urkullu, una herramienta indispensable para mejorar progresivamente la situación de los ciudadanos es la profundización en las cotas de autogobierno. Se trata del tercer compromiso asumido ayer por el lehendakari: la construcción nacional. “Nos corresponde profundizar en la identificación de nuestro autogobierno. Nos corresponde ampliarlo y extenderlo desde el acuerdo”. Tanto es así que llamó a aprovechar la oportunidad abierta para “crecer como país, de avanzar en una Europa más integrada, de lograr el pleno reconocimiento y respeto al pueblo vasco”.
El lehendakari expuso nuevamente cuales son los márgenes de la apuesta jeltzale para la consecución del nuevo estatus. “Abogamos por el respeto a la voluntad popular y el derecho de la sociedad vasca a decidir libre y democráticamente su futuro político”. Las aspiraciones jeltzales pasan por “una articulación política entre los ámbitos jurídico-políticos de Euskal Herria” guiando un proceso de “construcción progresiva de la nación vasca” que se ha demostrado “eficaz”. Vamos en la dirección “correcta”, avanzó.