MADRID - Además de la resistencia de Mariano Rajoy a plantear una oferta de calado a Catalunya, los guiños al territorio se están complicando por las presiones de otras comunidades autónomas gobernadas por PP y PSOE. Tras haber dedicado el martes su primer gesto a la comunidad autónoma tras casi cinco años de proceso soberanista, el presidente español tuvo que salir ayer al paso para calmar las aguas entre aquellos que se han tomado las inversiones en infraestructuras prometidas por Madrid como un agravio comparativo y un trato de privilegio. Rajoy anunció 4.200 millones en infraestructuras hasta 2020, un anuncio que, entre otros, hizo torcer el gesto al presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, quien pidió justicia y equidad. El presidente español llamó ayer a la calma y aseguró que, al haber mejorado la situación económica, la inversión en infraestructuras será mayor y habrá para todos. Con su anuncio, Rajoy intenta apaciguar las presiones que le llegan también desde las autonomías del propio PP. También es una forma de constatar que, con la negociación presupuestaria sobre la mesa, tendrá gestos con otras bancadas como la del PNV. Ayer realizó una mención expresa al tren de alta velocidad.

En una rueda de prensa celebrada durante su viaje a Malta, garantizó igualdad de trato a todas las comunidades en materia de infraestructuras. A su juicio, lo que hizo el martes en Barcelona fue decir “con meridiana claridad” que, una vez que el Estado ha superado lo peor de la crisis económica, está en condiciones de hacer y poner en marcha infraestructuras en el conjunto del territorio estatal. Así, citó las obras del Corredor Mediterráneo, que tal y como recordó recorre varias comunidades y no solo Catalunya, o las obras del tren de alta velocidad hacia Euskadi o Galicia. También trajo a colación obras de relevancia en ciudades como Granada o Murcia, o en otras comunidades como Extremadura. “En este momento estamos en una situación mejor que hace cinco años porque la economía se ha ido recuperando y, por tanto, podremos hacer más cosas en Catalunya y en el resto de España”, resumió. Esas declaraciones suponen también restar valor al gesto hacia Catalunya al ponerlo bajo el paraguas de una lluvia general de millones en todo el Estado, de modo que no habría tenido nada que ver con el procés o el agravio que denuncian los soberanistas en materia de inversiones.

A partir de ahí, su mensaje fue el habitual en defensa de la unidad española. Según dijo, el Gobierno español va a seguir defendiendo la unidad del Estado, la soberanía nacional y la igualdad en derechos y deberes de todos los españoles “sean quienes sean y residan donde residan”. Cabe recordar que, además de las presiones para no dedicar un trato preferente a Catalunya en materia de inversiones, otras comunidades autónomas están presionando a Rajoy para que no ceda en materia de financiación autonómica ofreciendo al territorio un trato diferenciado para detener el proceso soberanista.

críticas Las críticas a Rajoy fueron especialmente severas por parte de las comunidades socialistas. El consejero de Economía y Conocimiento de Andalucía, Antonio Ramírez de Arellano, pidió ayer 10.000 millones de euros de inversiones en cuatro años basándose en una proyección de los 4.200 millones prometidos a Catalunya. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, dijo que le gustaría que Rajoy hiciera “algo parecido” en Extremadura, y espera que todo lo que rasque para Catalunya “no sea a costa de los compromisos adquiridos ya con los demás”.