MADRID - No hubo sorpresas y finalmente PP y PSOE materializaron el acuerdo para repartirse los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponde nombrar al Senado. Los senadores populares y socialistas sumaron sus votos para designar a Ricardo Enríquez, Alfredo Montoya, María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido. Los cuatro designados forman el cupo que le corresponde renovar al Senado que deberá aprobar definitivamente el pleno de la Cámara Alta la semana que viene, por mayoría de tres quintos. Otros cuatro corresponden al Congreso de los Diputados, con idéntica mayoría, otros dos al Gobierno español y los dos últimos al Consejo General del Poder Judicial.
La Comisión de Nombramientos del Senado eligió estos cuatro nombres con los únicos votos a favor de los dos grandes partidos, ya que Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea no votó, ERC tampoco participó en la votación y el Grupo Mixto se abstuvo. El PNV tampoco asistió a la comisión al considerar que el Constitucional es un tribunal “de parte”, tal y como señaló la víspera el jeltzale Jokin Bildarratz.
La comisión ha escuchado a los 15 aspirantes que le habían presentado los parlamentos autonómicos para los cuatro puestos. Los legislativos vasco, catalán y asturiano renunciaron a presentar propuestas. Los nuevos magistrados son en realidad tres, ya que uno de ellos repite, y se los reparten los dos grandes partidos: Ricardo Enríquez, que repite, y Alfredo Montoya son los propuestos por el PP y la andaluza María Luisa Balaguer y el ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido por parte del PSOE.
El reparto finalmente es al 50% entre ambos partidos, pese a que el PP tiene más del doble de senadores (149) que los socialistas (62). Los portavoces de ambos grupos en el Senado, José Manuel Barreiro (PP) y Vicente Álvarez Areces (PSOE), negaron en todo momento que se haya producido un pacto previo y ajeno a esta comisión, alcanzado por las máximas direcciones de ambos partidos, y defendieron el procedimiento.
Durante su comparecencia ante la comisión de Nombramientos, Ricardo Enríquez, afirmó que ni nacionalidades ni regiones pueden llegar a considerarse nación, un concepto reservado solo a España desde los inicios de la redacción de la Constitución de 1978. A preguntas del diputado de Unidos Podemos Ramón Espinar, Enríquez explicó que la Constitución reconoce la unidad e indivisibilidad de la nación española y la autonomía de nacionalidades y regiones, concepto “muy discutido” porque no hay una opinión común. “Pero lo que sí es una opinión común es que ni nacionalidades ni regiones son nación, desde los primeros comentarios de los padres de la Constitución. El concepto de nación quedó reservado a la nación española”, apostilló.
La sesión estuvo protagonizada por un intenso enfrentamiento entre los portavoces de PP y PSOE en el Senado, José Manuel Barreiro y Vicente Álvarez Areces, respectivamente, frente a los de Unidos Podemos y ERC, Ramón Espinar y Mireia Cortés. Trifulca que comenzó cuando Cortés reiteró que su grupo no iba a participar en la votación porque se trataba de “una decisión amañada entre PP y PSOE”.
Ante estas palabras, Álvarez Areces manifestó, visiblemente molesto, que “no es admisible que se hable de amaño cuando se trata de un procedimiento recogido por la ley”, ante lo que Barreiro añadió que “algunos grupos políticos interpretan la ley” de acuerdo a sus intereses. Por su parte, Espinar no cuestionó el procedimiento de elección de los magistrados pero subrayó que éste no se rige por los criterios de rigor e independencia. - DNA