madrid - El secretario general de Podemos, y por ahora único candidato al bastón de mando de la formación morada, admitió ayer que la pugna de Vistalegre se circunscribirá a “dos equipos y dos liderazgos con ideas distintas plasmadas en documentos”. Dicho de otro modo, el consejo ciudadano estatal del 11 y 12 de febrero no solo se ceñirá a la confrontación entre las tesis ideológicas y organizativas de Iglesias y su número dos, Iñigo Errejón, si no que será una batalla por hacerse con las riendas del partido. Quién gane deberá ponerse al frente.
“El liderazgo en Podemos lo tendrá aquel equipo de personas que tenga más apoyo”, asumió Iglesias sobre un proceso que viene desgastando la unidad interna a pasos agigantados pero que, a la par, puede certificar su posición en cabeza de la cúpula del partido si sus tesis son avaladas por la militancia. En caso de perder, se echará a un lado para dejar paso a Errejón. “Está muy claro, evidentemente, que si las ideas y candidatos de Iñigo -por Errejón- ganan, él será el líder del partido y yo me pondré a trabajar junto a él en una posición discreta”, certificó. Quedará “en un segundo plano”. En caso de resultar ganador, el líder de Podemos huirá de purgas para aglutinar a las diferentes sensibilidades en el nuevo Consejo Ciudadano Estatal incorporando “a las personas de otros equipos”.
Iglesias, que se ha puesto al frente de su candidatura, aseguró que las diferencias que mantiene con Errejón por cuestiones como la relación con el PSOE o la forma de abordar la oposición al PP son “explícitas”. El secretario político también cree que las cartas están sobre la mesa, aunque se mostró “sorprendido” por el hecho de que el líder encabece su plancha cuando “no hacía falta” hacerlo porque “es el único candidato con posibilidades”. No en vano “no está en peligro quién va a ser el número uno”.
Iglesias y Errejón lamentaron la marcha de la secretaria de Análisis Político y Programa, Carolina Bescansa, que dejó su puesto al ser víctima de su intento por tender puentes al entendimiento entre las dos corrientes mayoritarias. “En un marco de choque de trenes no tendría sentido que la única opción fuera echar carbón en alguna de las locomotoras”, profundizó sobre su decisión. Con una mayoría de la base social de Podemos que se muestra “insumisa al eje de confrontación”, Bescansa reclamó mayor altura de miras porque el partido “está por encima de nosotros”. Por lo pronto Nacho Álvarez, que dimitiera con la cofundadora, podría encontrar acomodo en el equipo de Iglesias, ya que este le ha ofrecido un puesto como “invitado permanente” en la nueva dirección.