iruñea - El Gobierno español acusó ayer al Ejecutivo navarro de incumplir la Ley del Convenio Económico, después de que el consejero de Hacienda, Mikel Aranburu, anunciase ayer que Nafarroa ha abonado 93 millones menos de los que exigía Madrid en el último pago de la aportación para el año 2016. Fue la primera reacción al respecto por parte del Gobierno español, que a través del secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, consideró que el movimiento llevado a cabo por la Administración foral supone un “incumplimiento flagrante de la ley” y una “ruptura unilateral del acuerdo”, lo que le llevó a advertir con que, si no se da marcha atrás en la decisión, el Estado “utilizará y llevará a cabo el ejercicio de sus competencias e instrumentos normativos para que esos pagos se produzcan”.

A punto de concluir el año en curso y con las negociaciones para fijar el año base del próximo quinquenio en punto muerto desde hace un año y medio, Mikel Aranburu compareció ayer ante los medios para anunciar que Nafarroa ha completado en diciembre el cuarto y último pago de la aportación al Estado para el año 2016 abonando 60 millones de euros, y no 153 como se había realizado en los tres pagos anteriores. La cifra del último desembolso, 93 millones de euros menor que en los pagos de marzo, junio y septiembre, no es aleatoria. Responde a la estrategia de la Hacienda Foral, que se agarra al artículo 63.2 de la Ley del Convenio Económico. En dicho apartado, se especifica que, en caso de no poder fijar una cantidad, el “ingreso se efectuará con arreglo a la última aportación líquida provisional fijada” por ambas Administraciones, correspondiente a 2012 y con un alcance en la cuantía de 520 millones. Teniendo en cuenta que en los primeros tres trimestres del año ya se habían abonado 460 millones, el último pago para empatar con la cantidad fijada en la última aportación líquida provisional correspondía a 60 millones, alcanzando un desembolso total lejos de los 613 que pedía Madrid. Pero la decisión también tiene otras motivaciones de fondo. La primera, cortar la sangría económica que supone para Nafarroa asumir las demoras de un Convenio cuya negociación no se ha podido acometer no por falta de voluntad en el Gobierno foral, sino por los continuos portazos que se han dado desde Madrid.

El año base para el quinquenio 2015-2019 habría que haberlo empezado a negociar hace dos años, pero la cercanía de las elecciones forales aparcó las conversaciones entre Nafarroa y España. Después, la interinidad del Gobierno de Rajoy y el pretexto de la incapacidad para tomar decisiones se ha invocado desde Madrid para ir posponiendo la negociación, hasta que ahora se alega que los ministros y sus respectivos equipos están todavía aterrizando. El aspecto quedará zanjado en las futuras negociaciones para renovar el quinquenio.