MADRID - Ayer se vivió un capítulo más en el lío interno de Podemos que, en vez de apaciguarse durante las fiestas navideñas, se ha recrudecido con sus dirigentes echando cada vez más leña al fuego y acusándose mutuamente de sembrar división. Esta vez se enzarzaron la diputada Irene Montero, del sector pablista, y la concejal en Madrid, Rita Maestre, cercana a Íñigo Errejón. Montero culpó al número dos de dañar la imagen de Pablo Iglesias, mientras que Maestre denunció los “castigos” impuestos a los cercanos a Errejón.
Están siendo unas jornadas muy complicadas para la formación morada, que ve como día a día aumentan la tensión y el tono de las discusiones entre las dos principales corrientes. Tras la votación para fijar las reglas de Vistalegre II, en la que Iglesias se impuso por la mínima y Errejón dio la sorpresa con un gran resultado, la semana pasada culminó con un golpe para el sector crítico: primero fue la destitución fulminante del portavoz en la Asamblea de Madrid, José Manuel López, cercano a los errejonistas; y después, en plena Nochebuena, una campaña en redes sociales bajo el lema Íñigo Así No, que pedía al número dos que abandonara su oposición al secretario general. Incluso el responsable de Organización, Pablo Echenique, entró al trapo y acusó a los díscolos de poner “en peligro” la continuidad de Podemos.
En el día de ayer continuaron las críticas hacia Errejón. La diputada y portavoz en el Congreso, Irene Montero, cargó contra el secretario político por perjudicar el liderazgo de Iglesias: “Podemos no será Podemos sin Íñigo Errejón, pero la fortaleza de Íñigo no se puede construir dañando o debilitando a Pablo Iglesias”. En esa línea, Montero lamentó que el partido “haya dado en los últimos días una imagen de muchísima división” y, ante ello, defendió “el toque de atención” al número dos en las redes sociales. “Cuando el debate termina en fractura y en división toca hacer una llamada a la responsabilidad”. Asimismo, confirmó que el secretario general estaba al tanto de la campaña Íñigo Así No.
Pocas horas después el sector errejonista salió al paso de las críticas de Montero. Así, la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, defendió las críticas de Errejón tras el cese de José Manuel López y denunció el “castigo” que a su juicio están sufriendo los díscolos. “Solo podemos inferir que López participó en otro proyecto para liderar la Comunidad de Madrid y uno solo puede pensar en un cierto castigo y en una forma de apartarle, que es algo que forma parte de la vieja política”, argumentó. Aunque Maestre reconoció que la nueva dirección de Ramón Espinar tiene “legitimidad para hacer cambios con matizaciones”, le achacó no haber dado “ninguna explicación en público” sobre la destitución. “Las formas son muy importantes”, aseguró la concejal, antes de lamentar que nadie se siente “cómodo” con la decisión de la destitución cuando ésta se anunció en “un consejo extraordinario con 24 horas de antelación la víspera de Navidad”.
Espinar se defiende En este escenario, Ramón Espinar vuelve a estar en el centro de la polémica tras la decisión de cesar a López. El nuevo secretario general de Podemos en Madrid, muy cercano a Pablo Iglesias, se defendió ayer de las acusaciones de purgar a los errejonistas asegurando que, “cuando hay una nueva dirección, ésta tiene la legitimidad” de tomar este tipo de decisiones. “Tiene la obligación de contar con todo el mundo, pero no tiene la obligación de que todo el mundo ocupe las caras visibles de la organización. Tiene sentido que la nueva organización elija cuáles son las caras visibles y quiénes son las personas que estén en los puestos de mayor responsabilidad”, argumentó.
Espinar insistió en que Podemos Madrid “está en una situación de transición” en la que se producen cambios y la llegada de nuevas caras. “La nueva dirección acaba de llegar, nos acabamos de encontrar con una organización muy endeble en algunas cuestiones y estamos trabajando para ponerla en marcha”, aseveró.
El líder madrileño aseguró además que él hubiera dado “un paso atrás” si fuera contrario a los postulados de la dirección del partido. “Si no estás de acuerdo con el proyecto eres tú el que das un paso atrás, pero en el caso de que estés de acuerdo y cómodo también tienes que decir que estás a disposición de lo que quiera quien tiene la legitimidad de decidir las caras visibles del partido”. En la misma línea, el también senador anunció que pondrá su cargo a disposición de los dirigentes que salgan de la asamblea de Vistalegre II. “Gane quien gane, por supuesto que la dirección del Grupo en el Senado tiene que ser renovada. Y si sigo o no sigo como portavoz, será a propuesta de la nueva dirección”.