Bilbao - Tras el éxito alcanzado en Altsasu llevando el caso de la agresión en un bar a dos guardias civiles de paisano por parte de unos clientes hasta la misma Audiencia Nacional y a prisión, preventiva, a los presuntos agresores, ahora Covite a puesto su mirada en los ayuntamientos de Bilbao y Donostia. A sus respectivos alcaldes, Juan Mari Aburto y Eneko Goia, les emplaza a colocar placas de recuerdos a las víctimas de ETA asesinadas en las dos ciudades en un plazo de quince días, o de lo contrario serán los miembros del Colectivo de Víctimas del Terrrorismo que preside Consuelo Ordóñez quienes los fijarán en los lugares donde se produjeron los asesinatos.
En el caso de Bilbao, Covite cifra en 62 el número de víctimas pendientes de reconocimiento para las que exige colocar otras tantas placas de recuerdo. Este colectivo reclama al alcalde, Juan Mari Aburto, que respete el “compromiso anunciado por su antecesor, Ibon Areso, en septiembre de 2014”, según señala en un comunicado.
En aquella fecha, Covite anunció que había logrado que el Ayuntamiento de Bilbao acordase en junta de gobierno colocar placas de homenaje en cada uno de los puntos de la ciudad en donde fueron asesinadas las víctimas del terrorismo. La decisión fue adoptada después de el Colectivo de Víctimas del Terrorismo colocase sin permiso municipal una placa en recuerdo de María Luisa Sánchez Ortega, asesinada por ETA en la capital vizcaína el 19 de febrero de 1987.
La organización liderada por Consuelo Ordóñez denuncia que el regidor bilbaíno no ha atendido el compromiso adquirido por Areso y le advierte de que tiene quince días para colocar una placa por cada una de las víctimas. Si no lo hace, ellos mismos los colocarán.
Desde el Ayuntamiento de Bilbao declinaron ayer ofrecer, al menos de momento, una respuesta al anuncio de Covite. El alcalde Aburto se encuentra estos días en Maastricht (Holanda) donde ayer firmó el acuerdo que convertirá la capital vizcaína en sede de la conferencia internacional sobre Igualdad, Diversidad e Inclusión que se celebrará en la villa en 2018 y que atraerá a 500 expertos en estas materias,
Bilbao fue, hace dos años, la ciudad escogida por Covite para iniciar su campaña “Una víctima, una placa”.
El colectivo también pretende llevar esta iniciativa a Donostia, donde ya lo intentó hace dos años y medio. En aquel momento el Ayuntamiento de la ciudad estaba gobernado por Bildu, según señala la nota de Covite, hacía caso omiso al acuerdo municipal que obliga a colocar placas de recuerdo de los asesinados por el terrorismo. Ante tal circunstancia, “y en el marco de una acción de desobediencia civil”, Covite colocó en la madrugada del 10 de mayo de 2015 un total de 73 placas, “muchas de las cuales fueron retiradas o arrancadas a las pocas horas”.
Apenas unos meses después de que el PNV se hiciera con el Gobierno municipal de Donostia, el nuevo alcalde, Eneko Goia, -que sustituyó a Juan Carlos Izagirre- se reunió con el Colectivo de Víctimas del Terrorismo el 4 de marzo de 2015 y anunció que llevaría a cabo el mandato municipal de abril de 2014 “siempre y cuando las familias de los damnificados estuvieran de acuerdo”. Ante ello, Covite trasladó a Goia el 8 de julio de ese mismo año “el consentimiento de 18 familias de asesinados por el terrorismo en Donostia que quieren que el Ayuntamiento recuerde con placas a sus familiares”.
Covite pretende que Goia cumpla su compromiso mientras la ciudad ostente la capitalidad europea de la cultura. En caso de que “esquive su responsabilidad”, el colectivo tomará el testigo y volverá a colocar las 73 placas en recuerdo de los 94 asesinados en la ciudad. - DNA