BILBAO - El consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu, también puso sobre la mesa el proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAV), envarado en los últimos tiempo en torno a su financiación y sobre la titularidad de la gestión de las obras. Sobre esta cuestión, el encuentro no deparó grandes avances ya que las reclamaciones vascas no tuvieron un respaldo explícito, aunque tampoco un rechazo velado, por lo que cabe deducir que hay margen para la negociación.

Azpiazu trasladó al ministro el interés del Gobierno Vasco por ampliar el sistema con el que se construye esta infraestructura ferroviaria en Gipuzkoa a las obras de Araba y Bizkaia. El Ejecutivo vasco abona los trabajos y descuenta después el coste del Cupo que paga al Estado, fórmula con la que se lleva adelante la obra en el tramo guipuzcoano, especialmente en el nudo de Bergara.

Su intención es asumir los tres ramales, así como el soterramiento de vías y de las estaciones en las capitales. El objetivo, según aseguró Azpiazu, es agilizar las obras, pero la competencia de la obra “es del Estado y al Estado le corresponde pagarla”. De esta forma, el Ejecutivo de Urkullu plantea asumir las obras de la Y vasca en Araba y Bizkaia, como ya hace en Gipuzkoa, y descontarlas de la factura del Estado vía Cupo. - H. U.