gasteiz - El pacto PNV-PSE ha comenzado a mover sus engranajes y ha arrojado las primeras actuaciones conjuntas en el Parlamento Vasco. Los dos partidos han solicitado la puesta en marcha de las ponencias de paz y autogobierno para trabajar en las políticas de memoria y alumbrar un nuevo estatus para Euskadi, respectivamente. El lehendakari espera consensos históricos, y la premura al registrar las iniciativas es una señal de la relevancia que se otorga al debate. Como es habitual en estos casos, las proposiciones no de ley registradas son de mínimos, aunque también es un gesto para propiciar el consenso de los grupos y que ninguno opte por quedarse fuera de la ponencia. En el caso del autogobierno, se apuesta por seguir los cauces legales y forjar consensos entre diferentes, lo que deja ver una defensa del pacto plural entre abertzales y no abertzales. En la paz, el texto es más abierto, quizás porque es donde más problemas han surgido en el pasado y la ponencia estuvo paralizada durante prácticamente toda la legislatura anterior. No se cita el suelo ético, pero se alude implícitamente a él cuando se pide tomar como referencia los acuerdos más amplios de los últimos tiempos.

La duda radica en el PP, no tanto en relación a la ponencia de autogobierno, en la que participaron todos los grupos en la pasada legislatura, sino en la de paz, en la que no entraron los populares y de la que salieron los socialistas tras unos pocos meses de rodaje por discrepancias con la izquierda abertzale en torno al suelo ético. La ponencia quedó en suspenso, solo con PNV y EH Bildu. El PSE se va a reenganchar tras su pacto de coalición con los jeltzales, y se descarta que vuelva a desmarcarse en el futuro. Está garantizada la presencia de EH Bildu, pero también la de Elkarrekin Podemos, cuyas propuestas de paz son casi calcadas a las del PNV. Fuentes populares consultadas por DNA no precisaron si entrarán en las ponencias porque aún deben analizar los textos registrados.

El PP ha dado señales de querer ceñirse a su discurso más clásico sobre paz y autogobierno, sin maniobras creativas o de apertura a otros grupos en una legislatura en la que, además, se presenta como alternativa constitucionalista frente al nacionalismo vasco. Cabe recordar que la anterior presidenta de los populares vascos, Arantza Quiroga, se salió del guion habitual de su partido con una propuesta más posibilista para reactivar la Ponencia de Paz, en la que reemplazaba la exigencia de una condena del terrorismo por el término rechazo. Ese movimiento le costó ser fulminada desde Madrid. Fue entonces cuando Alfonso Alonso se hizo con las riendas. En autogobierno, el propio Alonso consideró ayer en Herri Irratia-Radio Popular que tener un nuevo Estatuto “no es una prioridad para nadie ahora mismo”. Pidió “aprovechar el actual”, y rechazó el reconocimiento de Euskadi como nación o la transferencia de las pensiones. Tomó distancia con el debate, aunque se da por hecho que el PP entrará en la Ponencia de Autogobierno.

las propuestas En la iniciativa para crear una “Ponencia para la actualización del autogobierno de Euskadi”, PNV y PSE defienden el Estatuto como “experiencia de éxito”, pero piden una reforma. Ven “urgente e inaplazable” arbitrar mecanismos para defender el autogobierno ante el “fuerte impulso recentralizador” de Madrid. Apuestan por seguir los procedimientos legales vigentes y por el “máximo consenso posible entre diferentes”. Literalmente, se propone una “reforma del Estatuto de Gernika”. No obstante, cabe precisar que el apartado del autogobierno ha quedado muy abierto en el pacto de PNV y PSE, que se han dado libertad para que cada uno defienda su postura. Los jeltzales seguirán reivindicando el derecho a decidir y la consulta habilitante antes de ir al Congreso para forzar al Estado a negociar.

En cuanto a la Ponencia sobre Memoria y Convivencia, piden reconocer a “todas las víctimas” y que se tomen como punto de partida “los consensos que con mayor alcance de pluralidad han sido logrados en los últimos años”. Se incorporan nuevos temas como los refugiados, el terrorismo internacional o la guerra.

Las iniciativas fueron registradas el viernes por los portavoces Joseba Egibar (PNV) y José Antonio Pastor (PSE). La Mesa del Parlamento las admitió ayer a trámite, y todo apunta a que serán sometidas a votación en febrero, puesto que de momento solo se han convocado dos plenos hasta las vacaciones navideñas y ya hay varias propuestas en cola. Por ahora, nadie ha pedido que enero sea hábil. PNV y PSE emplazaron a “todos los partidos” a propiciar espacios de diálogo, y recetaron “mucha cintura política”.

Desde el PSE, Idoia Mendia calculó en Radio Euskadi que, en el autogobierno, serán necesarios seis meses para que Podemos registre su propuesta, y otros ocho para que los grupos hagan una síntesis y encarguen a un grupo de expertos o una entidad que la traduzca en un texto articulado. A partir de ahí, cree que serán necesarios dos años, por lo menos, para debatir las enmiendas y aprobar el texto definitivo. No descartó que acabe la legislatura sin haber completado el proceso.