vitoria - A día de hoy, todo apunta a que EH Bildu terminará presentando a Maddalen Iriarte como candidata a lehendakari, y tendría que producirse un auténtico vuelco en sus negociaciones con el PNV para que el desenlace cambiara. Fuentes de la coalición abertzale explicaron a este diario que esta semana han intercambiado documentos y mensajes con los jeltzales para explorar acuerdos de estabilidad, y la próxima semana tendrá lugar la reunión cara a cara entre ambos que está llamada a despejar la incógnita. Sin embargo, tienen la intensa sensación de que sus interlocutores se han decantado por acordar con los socialistas y de que el pacto podría estar más o menos perfilado. Se apoyan, sobre todo, en las informaciones publicadas en los medios de comunicación. Por el contrario, no tienen ninguna pista de que pueda sellarse no ya un pacto de legislatura entre el PNV y EH Bildu, sino tampoco una dinámica de acuerdos más o menos estable y de cierta entidad. “A día de hoy, no lo vemos”, zanjan. La decisión no está tomada, pero todo apunta a que presentarán a Iriarte para la sesión de investidura. Ese paso no pondría en riesgo la reelección de Urkullu, pero serviría a EH Bildu para marcar perfil de oposición y tener un altavoz ante la ciudadanía con el que presentarse como alternativa para futuras ocasiones.

La candidatura parece asumida por todos pero está tardando en escenificarse de manera oficial. Como en toda negociación, ninguna de las partes quiere aparecer como la responsable de romper la baraja del acuerdo. EH Bildu deposita todo el peso en el PNV, asegurando que son los jeltzales quienes ya han tomado la decisión de pactar con el socialismo, pero la propia coalición abertzale admitió ayer que en el fondo del asunto están las discrepancias económicas con el partido de Sabin Etxea y su vocación de ejercer la oposición. Ni Bildu ni PNV ven cerca un pacto de coalición.

El portavoz Arnaldo Otegi se expresó con una claridad cristalina en una entrevista concedida ayer a Radio Euskadi. “La gente nos ha puesto como primera fuerza de oposición”, zanjó, aunque puntualizó que ser alternativa no es en absoluto un obstáculo para poder llegar a acuerdos en cuestiones concretas, de modo que EH Bildu tampoco ejercería una oposición pura y dura sin margen para el encuentro a lo largo del mandato de Urkullu. Adoptaría una posición intermedia. “Somos oposición y alternativa, pero estamos abiertos al pacto. Somos las dos cosas”, matizó. Llegó a confesar que tendrán que hacer pedagogía con sus bases para calmar a quienes quieren “hacerlo todo con el PNV” y a quienes, muy al contrario, no quieren encontrarse con los jeltzales desde una posición purista de izquierdas. Comienza a perfilarse una legislatura parecida al último tramo de la anterior, cuando EH Bildu era oposición pero pactó con el PNV normas relevantes como la Ley Municipal o la de Turismo. Urkullu tenía entonces un acuerdo con los socialistas que permitió aprobar los tres últimos Presupuestos. Otegi concretó algunos puntos que los separan de los jeltzales y dificultan un pacto estable, como la activación de un complemento para las pensiones, el salario mínimo o el aumento de la plantilla de los empleados públicos.

Tampoco se anduvo con rodeos cuando le preguntaron si Iriarte será candidata en el caso de que haya pacto PNV-PSE. “Sin duda”, sentenció. El plazo para que la coalición presente a su aspirante expira el viernes de la semana que viene. Las próximas horas serán determinantes para hacer oficial una decisión en la que no parece haber demasiado margen para la sorpresa.

La sesión de investidura arrancará con un primer Pleno el miércoles 23, cuando los candidatos expondrán su proyecto. En principio, de confirmarse este esquema, tomarían la palabra Urkullu e Iriarte, una periodista con una dilatada trayectoria en ETB que ha supuesto toda una revelación para la izquierda abertzale, muy satisfecha con su manejo de la dialéctica y con su papel en los debates televisivos. La presentación de una aspirante por parte de la izquierda abertzale desactivaría inmediatamente la de Elkarrekin Podemos, que solo contemplaba presentar a Pili Zabala en el supuesto de que EH Bildu pactara la gobernabilidad con el PNV y abdicara de su papel de oposición.

Ese día tendrá lugar una primera votación, pero ninguno de los dos pasaría la criba porque se necesita mayoría absoluta. El jueves 24, en la segunda votación, solo se precisa una mayoría simple. Existe la posibilidad de que Podemos avale a Iriarte, lo que elevaría su cuenta a 29 votos, uno por encima del PNV. Sin embargo, esa operación quedaría neutralizada con el voto socialista a Urkullu, que parece evidente que se registrará si hay acuerdo de legislatura o coalición.

diferencias PNV y EH Bildu han comprobado que tienen importantes diferencias sobre política económica, lo que supone el grueso de la acción del gobierno y la gestión del día a día. Pero existen otras discrepancias que complican el pacto de legislatura, como la apuesta de EH Bildu por una vía a tres que incluya a Podemos, que ya se ha descartado; su defensa de la vía unilateral como plan B por si Madrid veta el nuevo estatus de autogobierno, o la exigencia por parte del PNV de un ejercicio de autocrítica sobre ETA. En cualquier caso, tienen voluntad de encontrarse en los acuerdos de país, más aún cuando los jeltzales no suman mayoría absoluta con el socialismo. En materia presupuestaria, la coalición ha planteado ya su exigencia de reformas fiscales.